CAP. 12 - Solo era un niño

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-10 años atrás-

Se sentía la brisa del campo mover los arbustos y las hojas de aquellos grandes arboles que se encontraban en la parte trasera de aquella casa. Yo miraba por mi ventana algo entristecido. Me encontraban en mi habitación, sentado en el marco de la ventana pensando. Respiraba profundo.

-¡Ethan, a comer!- Se escucho a mi madre desde el piso de abajo, llamándome para que fuera a cenar. No hice más que levantarme e ir, tenia mucha hambre.

Llegue al comedor en donde se encontraba mi hermano de un año sentando en una sillita y junto a el, mi padre. Se veía con los ojos rojos nuevamente, pero no le preste atención, ¿Que puedes esperar de un niño de 8 años?. Me senté en una de las sillas que rodeaba la mesa y en ese instante llego mi madre. Traía en sus manos un mol con una ensalada y lo puso sobre la mesa.

Note como la comida se encontraba puesta en aquella mesa redonda. En frente de mi había un plato, así que como siempre comencé a servirme. Añadí arroz carne y poca ensalada... En realidad no me gustaban muchos los vegetales. Todos se sirvieron y comenzaron a comer, mi hermano agitaba su sonaja manteniéndose entretenido por el sonido.

Pase un rato en la mesa mientras comía, fui a levantar mi vaso que estaba repleto de jugo y este se derramo en la mesa accidentalmente. Me quede impresionado por la torpeza que acaba de hacer. Esperaba un regaño de mi madre por eso.

-¡ERES UN INCOMPETENTE BUENO PARA NADA!- Se escucho la voz de mi padre completamente alterado, en sus ojos no veía mas que furia. Baje la mirada.

-¡Henry!, tampoco es para que trates al niño así- le replico mi madre algo furiosa por su comportamiento y alteración.

-¡TU NO ME DIGAS COMO CRIAR A MIS HIJOS! ¿OK?- Su voz no bajaba el tono, parecía molesto, me causaba temor, no podía ni siquera mirarlo a los ojos sin poder temblar. -¡Y TU ME TIENES HARTO CON ESE SONIDITO!- Señalo a mi hermanito.

Este del susto comenzó a llorar, después de todo era un bebe. Me sentí culpable, tan culplabe de su discusión y de que mi padre estuviera alterado, sentía que todo era mi culpa. Solo me levante de la silla y salí corriendo a mi habitación. Tranque la puerta con seguro mientras partía en lágrimas. Tenia miedo, mas que miedo sentía decepción, por no ser lo que mi padre quiere.

Solo pude escuchar algunos azotes de puertas y nada mas. Me quede dormido aunque solo fuesen las 7 de la noche.

Como era de esperarse me levante de madrugada, no quería ni revisar la hora, solo salí de mi cuarto con la boca seca esperando tomar algo de agua y volver a dormirme. Comencé a bajar las escaleras y escuche un llanto, alguien se encontraba llorando en la sala, desde las escaleras me asomaba, vi a mi madre con sus manos tapando su rostro y a mi padre con una mirada furica en los ojos, se veía alterado caminando por toda la sala sin razón aparente. Me quede tranquilo, no hacia ningún movimiento, solo escuchaba los sollozos de mi madre.

-Por favor, intenta calmarte... Vamos a hablar tranquilamente...- Mi madre se veía partida en lágrimas. ¿Que estaría pasando? Me preguntaba.

-¡¿Que no entiendes mujer?!... ¿todos en esta familia son unos estúpidos acaso?, ¡YO SOY QUIEN MANDA AQUÍ... TU NO TIENES QUE REPLICARME NADA, LO QUE YO DIGA NO LO CONTRADICE NADIE- Su voz subía de tono a medida que decía cada frase. Mi madre trataba de ocultar su desesperación al verlo tan alterado, su mirada estaba frágil, quebrada, quería ir y abrazarla.

-Son tus hijos... No puedes tratarlos así...- mi madre susurraba esperando no despertarnos, no estaba consciente de que yo me encontraba allí, observando cada uno de sus movimientos, sin embargo me encontraba totalmente callado, mis piernas temblaban pero no sabia que sentía, seguro era miedo. Trague saliva que costo pasar por mi garganta.

-¡¿QUE TE ACABO DE DECIR MUJER?!- Golpeo a mi madre en la mejilla con la suficiente fuerza como para derribarla. Mi madre puso su mano en su mejilla y comenzó a llorar fuertemente, rogándole a mi padre que parara pero este no la escuchaba y continuo golpeándola unas cuantas veces mas.

Me levante, me sentí mas que valiente, temeroso, pero mi madre estaba siendo maltratada y no podía dejar las cosas así. -¡DEJA A MI MAMA!- El hombre de gran tamaño paro de golpearla y fijo su vista en mi.
Mi madre desde el suelo me miraba aterrada mientras negaba con la cabeza. Yo corrí hacia ella, la quería proteger de los golpes de mi padre.

-¡TU NO TE METAS HIJO DE PUTA!- Tiro un golpe hacia mis costillas antes de que pudiera acercarme a mi madre. El golpe fue tan doloroso que solo caí al suelo en posición fetal, no había quebrado mis costillas por poco, pero maldición que gran dolor para un niño. Mis lágrimas ya salían solas.

-¡NO LO METAS A ÉL EN ESTO!- Grito mi madre implorando que me dejara en paz. El sujeto se acerco de todos modos a ella y le dio una cachetada en una mejilla haciéndola nuevamente besar el suelo. Aun seguía llorando desesperada.

Como pude me levante después de recuperar aliento y me acerque a mi madre tambaleando. Llegue hasta su cuerpo y sujetar sus brazos. Mi padre nos miraba con desprecio, no entendía porque estaba actuando tan violento, suele alterarse pero jamas había hecho eso. El miedo por lo que podría llegar a pasarnos recorrió mi cuerpo, tan solo mirar sus ojos, aquellos ojos con total odio y desprecio me daban pavor. No quería verlo a la cara, su mirada penetrante me hacia llorar. Me aferre fuerte a mi madre.

-¡NO TE PONGAS A LLORAR!. ¿O ACASO ERES UNA NENITA?- Gritaba a todo pulmón. Viviendo en un vecindario abierto, con mas que campo a los lados era muy difícil lograr ser escuchado y nadie podría ayudarnos en ese en entonces. Me tomo del brazo y con toda fuerza brusca me jalo hacia una esquina de la casa separándome de mi madre. Mi cuerpo se estrelló fuertemente contra la pared.

-Henry... te lo suplico... dejalo- decía mi madre mientras vertía litros de lágrimas por sus ojos. El voltio a verla y la fulminó con la mirada haciendo que se callara del miedo. Volvió a verme a mi, me tomo de la babilla y hizo que mirada de frente sus ojos, aquellos ojos que me aterraban. Estaba muriendo de miedo.

-Te enseñare como se comporta un hombre..- Dijo con una sonrisa macabra, soltandome y dirigiéndose hacia mi madre. La tomo del brazo fuertemente y la lanzo fuertemente al sofá. -No te muevas y solo observa como debe un hombre tratar su mujer-

El hombre comenzó a quitarle con gran brutalidad el pantalón de mi madre. Ella entre lágrimas y sollozos le suplicaba que parara. El no hacia caso y comenzó a desabrochar su pantalón dejando salir su miembro.

-Cierra los ojos amor... todo estará bien...- Decía mi madre entre lágrimas, pero dando una sonrisa completamente falsa en el rostro.

Intentaba no ver esa escena, pero mi cuerpo sentía impotencia. No podía hacer nada por proteger a su madre. Sentía como mis lágrimas comenzaban a caer desenfrenadamente al igual que el moco en mi nariz.

Mi padre sostuvo a mi madre del cuello mientras la penetraba con brutalidad y esta como podía forcejeaba en vano. Se reía, mientras lo hacia mi padre se reía con un tono que le repugnaba y le causaba miedo.

Solo era un niño, no podía hacer mas... No podía hacer mas... Salí corriendo a mi habitación. Escuche como mi padre me llamaba a gritos para que siguiera aquí pero yo entre a mi cuarto y azote la puerta. Entré en mi armario y cubrí mis oídos mientras lloraba. Me senté, mis piernas tocaron mi pecho pudiendo ocultar mi cabeza dentro de ella. No quería salir otra vez... Era un misero cobarde.

...

Después de allí, mi padre se marchó en la mañana... Nunca volvió o supe de el y con mi madre no había tocado el tema. Allí fue cuando nos mudamos de aquella casa. Solo yo, mi hermano y mi madre.

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