CAP. 23 - Mi amiga Chloe

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Narra Oliver

Ya no me podía sentir mas nervioso, mis uñas casi desaparecieron de camino a la escuela en donde por primera vez intentaría hablar con Chloe de frente, solo ella y yo y hacernos amigos. Hasta mi mama se dio cuenta de lo nervioso que me encontraba, lanzando miradas picaras por el retrovisor de la ventana solo porque le encantaba ver mi expresión de enojo cada vez que me que daba cuenta. "Eres adorable cuando molesto amor" me dice mi madre, pero no, ¡Tengo 10 años! Ya soy un hombre y un hombre no debería verse tierno.

Ya intentaba calmar mi respiración, tomaba un gran bocado de aire y lo dejaba salir con gran fuerza esperando que mi pierna dejara de temblar y moverse constantemente, mis manos ya sudaban cada vez que me acercaba, pero tenia que hacerlo, tenia que ser hoy para por fin vencer estos nervios. ¿La quería como amiga? Tenia que esforzarme.

Me acerque a aquella banca cerca de la entrada de nuestra aula y allí estaba ella, sentada con un color amarillo trazando un dibujo en su cuaderno forrado de un color rosa. Su melena castaña algo enrulada caigan de su cabeza, con un hermoso ganchito con forma de mariposa sosteniendo su flequillo. Sus ojos se con centraron tanto en el dibujo que no noto cual apreciaba belleza desde una corta distancia, solo a unos pasos.

Pronto la conciencia volvió a mi cabeza y decidí ir a hablarle antes de que sonara el timbre para entrar al aula y una de mis oportunidades se fuera.

Estuve a punto de tocar su hombro para que se percatara de que yo estaba allí, pues su coloreo consumía su completa atención. Respire hondo y mi boca pareció abrirse para soltar unas cuantas palabras, pero el ruido del timbre me interrumpió de golpe haciéndome dar un pequeño brinco y alejarme de la chica. Ella ligeramente subió el rostro y guardo el cuaderno en su bolso para luego gindarselo en los hombros, no sin antes percatarse de mi presencia y regalarme una sonrisa antes de entrar al salón.

Exhale por la decepción, no logre alcanzarla para hablarle antes de entrar a clases, pero estaba seguro de algo, que para el receso le hablaría, habría mas tiempo y podrían compartir mas. Pero antes debía también entrar a clases y concentrarse en aprender aunque ahora me sea imposible por los nervios que pasare estas horas.

...

La profesora entro inmediatamente con una radiante sonrisa y un par de libretas y libros en sus manos.

-Buenos días niños- Dijo apenas tomo asiento.

-Buenos días profesora- Dijimos todos los alumnos al unisono, levantándonos de los asientos y luego volviéndonos a sentar.

Y como siempre, mi pupitre favorito era uno cercano a la ventana pues siempre me encantaba ver el parque de al lado y no solo por eso, si no también porque siempre Chloe se sentaba a unos dos pupitres diagonal a mi.

-Es momento de iniciar la clase, no sin antes pasar listado- La profesora saco una lista en una de sus libretas y prosiguió en nombrar a cada uno de los estudiantes. -saquen cuaderno y lápiz, hoy nos toca ver clase de Educación Religiosa.-

Mi madre me inscribió en un colegio cristiano ya que siempre ha sido nuestra creencia y yo no me negaba a eso, todo lo contrario, adoraba a dios sobre todas las cosas y mi madre y yo rezábamos todas las noches antes de dormir.

A medida que la clase fue desenvolviéndose, la profesora dejo una lista con varios versículos anotados para que cada estudiante pudiera leer y la profesora pase a explicarlo. Y así pasamos la mitad de la mañana, debatiendo versículos simples a nuestro entendimiento.

Se presento la hora del recreo y al momento de sonar la campana todos los niños salieron corriendo y atravesando esa puerta con rapidez para salir al patio, todos excepto la profesora, Chloe y yo. En ese justo momento supe que era mi momento, mientras ella buscaba su desayuno en el morral me le fui acercando a paso lento con mucho nerviosismo. Trague saliva lo mas fuerte que pude que incluso pudo escucharse cerca. Mis manos arrugaron ligeramente el pantalón del uniforme y sentía que al estar lo suficientemente cerca iba a tartamudear a mas no poder.

-Oliver- Me llamo la profesora desde su escritorio. Ya estando a unos pasos de Chloe tuve que detenerme, estaba algo atónito, algo aturdido porque nuevamente no iba a poder a hablar con ella pues la profesora iba a pedirle un favor. ¡Rayos! Me quede unos cuantos segundos meditando y no tuve mas opción que caminar hacia el gran escritorio color caramelo.

-¿Si profesora?-

-¿Podrías llevar estos papeles a la sala de profesores amor?- Acodo unas cuantas remas de hojas y me la entrego en las manos. ¿Como diría que no? Es mi maestra, no podía faltarle el respeto, ella siempre ha sido amable y tendría que hacerlo aunque fuera de mala gana. Tome los papeles con algo de recelo.

-Por supuesto- Exhale.

-Gracias amorsito-

La profesora siguió haciendo aquellas cosas triviales que siempre hacia y que simplemente no prestaba atención. Pero me irrito y me molesto saber que tendría que esperar otro día para poder hablar con esa niña que tanto me gustaba. Con algo de tristeza traspase la puerta y me dirigí hacia la sala de profesores que no quedaba muy cerca de mi aula.

-¡Espera!- aquella voz, esa voz que me pidió prestado un color la otra clase, esa voz que siempre que decía su nombre en la lista decía "presente", esa voz de la niña que me hacia poner mas nervioso que un examen, una prueba o cualquier otro desafío en mi vida. Era Chloe, con sus bellos ojos cafés y su arreglado cabello castaño corriendo hacia mi. Instantáneamente me sonroje, mis mejillas no pudieron evitar ponerse mas rojos, es mas no solo mi mejillas si casi todo mi rostro.

-¿Chloe?-

-Hola Oliver- Me entrego una sonrisa tan bella que me hizo derretir por dentro. ¿En serio me gusta alguien y ese alguien me saludo a mi? Me sentí afortunado pero a la vez decepcionado porque yo quería ser el primero.

-Ho-la C-Chleo- respire profundamente mientras aun seguía confuso y nervioso. -¿Necesitas algo?-

-Solo te quería acompañar para que no camines solo- Le devolví la sonrisa que no paro de entregarme.

-Esta bien- Mi felicidad creció de golpe, quería gritar de alegría pero mis nervios solo me hacían caminar a la par con ella cargando los papeles de la profesora y aunque no nos diéramos cuenta, estábamos caminando muy lento solo para alargar nuestra platica, una platica que hizo ese día el mas feliz de lo que llevo de vida.

...

Llegue a mi casa literalmente brincando de alegría, mi mama apenas había estacionado el coche frente a la casa cuando yo salí disparado hacia la habitación de mi hermano. Le iba a contar lo que paso hoy, estaba emocionado, ¡Se alegrara tanto! Desde que comenzó, todo lo que hablamos fue tan maravilloso y mágico, y lo mejor ¡Un beso en mi mejilla! Ella me lo dio al despedirse de mi, iba a gritar pero me tuve que contener, la emoción que sentía no la podía describir ahora pero si cuando hable con Ethan.

Deje mi mochila en el sofá de la sala... bueno, lo arroje hacia el y camine rápido hacia el cuarto de Ethan, desde el pasillo podía ver si puerta abierta así que acelere.

-¡Hermano! Tenias razón, hoy fue un di....- Mis palabras se cortaron con lo que vi. Quede completamente boquiabierto en el momento en que estuve justo en la puerta y ver a nada mas y nada menos que a Adam acostado en el pecho de mi hermano besándolo en los labios.

Ellos al escucharme se separaron y se miraron con preocupación al notar mi repentina aparición. Yo simplemente no podía comprender... ¿Porque?

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