Segundo paso; Ten una conversación agradable

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Decir que terminar Rick no me afecta es como decir que la lluvia no moja y, aunque sea un completo idiota, yo amé a ese completo idiota. Ahora lo desprecio, o por lo menos lo intento. Pienso muy seriamente en que su traición es más grande que mi amor por él, pero es difícil.

Dios, cuanto quisiera nunca haberlo conocido. Nota para mi yo del pasado; cuando un chico lindo te invite a una fiesta con sus primos no le invites a pedirle permiso a tus padres, o terminarás así, con el maldito corazón roto. Pero es que soy idiota, enamorándome del mujeriego de la escuela, como típico libro de bestseller, malditos clichés. Odio mi vida en este momento, apuesto a que mi ex mejor amiga la pasa mejor que yo, maldita sea, eso me hizo sentir peor.

Para deshacerme de los pensamientos salgo a caminar por la calle; el día está brillante, de esos que desearías ir a la playa, luego recuerdas que en tu ciudad no hay una y que vives a poco más de 1500 metros sobre el mar y lo máximo a lo que puedes aspirar es ir a un parque. Mientras intento ocultarme de la luz solar en una librería -como buen vampiro social que soy-  veo pasar a Michael, el novio de mi ex mejor amiga, con otra chica. Ah, como es la vida. En cuanto me mira parece nervioso por que se acerca a saludarme, cosa que nunca hace.

-Sherese, cuanto tiempo- me dice con una sonrisa nerviosa

-No estoy de humor hoy- le saludo con una muy fingida sonrisa

-¿Que pasó?¿Discusión con Rick?

-¿ Y tenías que recordármelo?- comento haciendo rodar mis ojos

-Uh, mal momento- y se encoje de hombros, aunque sé que no lo siente para anda. Uno de sus mayores gustos es joder los días de la gente.

-Idiota- miro a la chica a su lado y decido hacer lo mismo con él, ¿por que no?- ¿Tu eres?

-Ella es Ana- contesta Michael con rapidez, como si quisiera ¿ocultarla? 

-Le pregunté a ella- y le miro con enojo. Aquí empieza todo mi plan- Creo que tiene voz como para responderme

-Mi nombre es Ana- responde ella con enojo en su mirada, pero una sonrisa en sus labios

-Hipócrita- digo tosiendo, como para "disimular", lo cual es una maldita excusa por que realmente quiero que lo escuche.

-Perra- responde ella con la furia en sus ojos creciendo lo cual me agrada un poco.

-Lenguaje, por favor- le refuta Michael intentando calmarla- Es buena amiga mía

-¿Y a quien defiendes aquí?- pregunta ella cruzándose los brazos, fingiendo estar herida, pero sé que está más enojada que cualquier cosa

-A nadie- responde. Se acerca y le da un beso. Estás muerto para mi y todo lo que eso representa- Sherese, ¿queda entre nosotros? ¿por los viejos tiempos?

Una balanza aparece en mi cabeza; Por un lado apoyar al novio de mi ex mejor amiga y hacerle pasar por lo que yo pasé por cuatro meses; o darle por donde duele al primo de mi ex novio y hacerle sentir un poco de bronca por haberme presentado a Rick. Interesante. Las dos son buenas. -Vale, entre los dos- aseguro, cruzando los dedos a mis espaldas. En cuanto nos despedimos les tomo una foto con mi celular y se la envío a mi tal vez futura, de nuevo, ¿mejor amiga?, la segunda opción sonaba aún más interesante si me lo preguntan. Me quedo en la librería por un rato más ya que no quiero ir a mi casa a ¿llorar? Nah. Las mesas empiezan a llenarse, como si se tratara de un Starbucks y las cosas se complican.

-Disculpa- me llama un chico. Le miro con atención; alto, cabello negro, camisa blanca de manga larga aunque claramente hace un calor infernal últimamente, vaqueros negros y zapatos elegantes. ¿Mencioné que tiene gafas y se le ven endemoniadamente bien? Pues eso- ¿Puedo sentarme?

-Hay más mesas- le respondo señalando el local

-Es el único lugar en el que puedo fumar, si me disculpas- me señala. Tiene un punto

-¿No puedes sentarte en la mesa del frente?

-Mal ubicada y me golpean con la puerta- miro hacia en frente y puedo ver como la muchacha sentada ahí se queja de un golpe que acaba de recibir de un muchacho que iba de salida. Punto, de nuevo

-¿Y tiene que ser en esta mesa?¿En esta librería?- pregunto, acabándose mis opciones

-Es el único local donde me dejan leer el libro que me gusta- Punto y tenemos un ganador. Mierda. Otro chico sencillamente se hubiera ido con todas aquellas excusas, es perseverante en lo que quiere- ¿Entonces?¿Me dejas sentarme o me pondrás una lista aún más larga de estúpidas excusas solo por que no quieres que un completo desconocido comparta una mesa contigo?

-Touche- respondo impresionada- Eres libre de sentarte

-Gracias, su majestad- responde haciendo una leve reverencia. Me rio ante su acto- ¿Y?¿Que te trae por aquí?

-Solo doy una vuelta- mi café, el cual pedí hace un buen rato, llega y yo lanzo una bocanada de aire. Pensé que me iba a morir

-¿Mal día?

-Muy mal día- respondo. Giro mi silla y la coloco de lado, apoyando mi hombro derecho sobre la mesa- ¿Y tu?- pregunto con curiosidad. Una conversación con un extraño es sencillamente interesante y no me la pierdo por nada.

-Algo así- el muchacho dueño del local se acerca a mi compañero de mesa- Lo de siempre, por favor

-Con gusto- y se retira

-Vienes a menudo- aseguro. Por lo que veo muy a menudo

-Me gustan los libros- dice a manera de respuesta. El pedido de mi acompañante llega; un libro titulado El arca de Schindler y una de las muchas bebidas energizantes de las cuales no sé el nombre.

-¿Demasiado trabajo?- pregunto refiriéndome a la bebida

-Universidad, siendo sincero- responde

-Oh, universitario- suena aún más interesante. 

Después de una un poco larga y cansada conversación noto que tenemos mucho en común y que soy buena para contar mi vida privada a desconocidos; le cuento un poco sobre mi relación -o, más bien ex relación- y el solo se ríe- No me parece gracioso- comento tomando un sorbo de mi café

-No me río por ti- se disculpa- Lo hago por él, debe ser un completo idiota dejando a una persona como tu- ¿y tu que sabes? pregunta mi subconsciencia la cual callo de inmediato. Se levanta de la mesa y me sonríe- No vale la pena estar pensando en él mientras hablas con un desconocido, supongo- extiende su mano y yo la estrecho; está un poco fría a pesar del clima- Adiós, desconocida

Entra a la librería, deja el libro que estaba leyendo y sale hacia la calle. Me quedo mirándolo mientras casi choca contra una muchacha en su camino. Encantador, lo admito -Si te interesa- me dice el muchacho de la librería dándome un susto de muerte- Viene todos los jueves a la misma hora y se sienta en la misma mesa

-¿Fuma?- pregunto con curiosidad. Recuerdo que esa era una de sus respuestas a mis excusas

-Sólo cuando está estresado, pocas veces coloca un cigarrillo en sus labios si hay gente a su alrededor

-Lo conoces bien- afirmo

-Viene desde hace cuatro años

Como Olvidar A Tu ExDonde viven las historias. Descúbrelo ahora