Como Olvidar A Tu Ex

Cuadragésimo octavo paso; Sigo atascado en ti

¿Estrés? Definitivamente no fue lo que pensé al entrar al nuevo semestre. Toda esta manada de trabajo: parciales, ensayos, libros por leer todo en la misma semana. Todo acumulable para los tres primeros días de la siguiente semana. ¿Quien dijo que la universidad era fácil?

Agregando que Jack no ha hablado conmigo desde que entramos a la universidad otra vez, y también las miles de preguntas que aún tengo con respecto a todo lo que dijo Dan la última vez que nos vimos. Que no es momento de pensar en cosas como esas... lo sé. ¿Culparían a mi mente creativa?

-¡Quiero morir!- exclama Sandra, describiendo exactamente como me siento en este momento. Le miro con la misma expresión de desanimo. La cafetería está vacía, lo que es bastante raro, sobre todo considerando que es miércoles y suele ser el mejor día en el menú- ¿Que hay de tu amor?- pregunta Sandra con una sonrisa pícara

-Bueno... no ha aparecido últimamente- me limito a contestar- Supongo que está ocupado.

-Tal vez- concuerda- ¿Le escribiste?- niego mientras sigo comiendo mi poco saludable comida. Jack me regañará por comer esto, pero no quiero almuerzo, no me siento con tanta hambre- Mujer, así no se puede- reclama. Le miro con una sonrisa.

-Si quisiera verme me escribiría- contesto- Él también tiene mi número

-Bueno, pero también tienes que cooperar con ello- continúa mi loca amiga. Su reclamo me parece razonable, lo sé. Sé que debí escribirle hace tiempo, pero no tenía la suficiente energía para ello.

Tampoco quise responderle el mensaje -si, me escribió- porque no tenía respuesta a ella. -¿Te gusta Dan?- me preguntó. Para responder eso, no. No me gusta de una manera romántica. Como persona es adorable y muy buen amigo -teniendo en cuenta su don de stalker-, pero no, no me gusta de gustar. Pero no sé como explicarle esas cosas a Jack. Ni sé como mirarle a los ojos.

Dan se quedó conmigo hasta el día antes de iniciar las clases, no quería regresar con Jack por que sabía que estaba molesto y le golpearía de nuevo, así que insistió. Mis padres no se negaron, al parecer les calló bien y es un punto a mi favor, supongo.

El punto aquí es que Dan es mi cuñado, y no debería prestarle mi habitación de invitados de una forma tan deliberada. Ese es realmente el punto. Por supuesto que Sandra lo sabe, es la única que puede saberlo -más porque lo descubriría de todas formas que por la amistad que tenemos en sí-, y ya. Ese es mi problema resumido en poco tiempo.

Una voz suave y ronca interrumpe mis pensamientos. Volteo mi mirada para encontrarme con Jack sentado a mi lado, sus ojos grises están enmarcados por el cansancio y sus labios están resecos. -Sheri- me llama. Sus ojos miran directamente a los míos- ¿Me odias?- susurra suavemente. Parece en agonía, y me rompe el corazón.

-Claro que no- respondo de inmediato. Sacudo mis manos en mi pantalón lo más que puedo, tomo sus mejillas entre mis manos y le doy un salado beso. Su cuerpo se relaja visiblemente. Sus brazos me rodean y oculta su rostro en mi cuello- ¿Jack?- pregunto. Él solo se queda así, sin decir nada.