Como Olvidar A Tu Ex

Quincuagésimo octavo paso; ¿Que es el amor? Cariño, no me lastimes

Entro al apartamento de Jack con mi pequeño morral al hombro, no es como si tuviera algo planeado, solo no quería pasar la noche sola y fue esto lo mejor que se me ocurrió. ¿Sandra? Ella tiene una cita así que no está disponible por el momento.

Puedo ver a Dan, está sentado en las escaleras mirando sus nudillos, sus manos tiemblan levemente -Dan, tenemos visitas- comenta Jack suavemente. Dan levanta su mirada y encuentra la mía, desvía otra vez sus ojos y recoge sus manos contra su pecho- Iré por el botiquín- comenta Jack.

Me acerco a Dan dejando el morral a un lado -Hola- saludo con una suave sonrisa la cual no contesta, no me mira a los ojos y parece un poco triste, es algo que no puedo descifrar, me es difícil decir si está frustrado o solo cansado. Yo estoy cansada, solo quiero caer donde sea. -¿Duele?- pregunto. Él niega. Tomo sus manos e intento que me muestre sus nudillos, pero él hace fuerza para lo contrario.

-Déjame solo, ¿si?- pide. Por un momento siento mi corazón latir tan fuerte y ruidosamente que no sé si es por la rabia o la tristeza que su frase causa en mi. Quiero a Dan, como amigo y como persona, y no soporto que esté lastimado. Mucho menos si fue por mi culpa.

-No- contesto, mi ceño fruncido. Incluso si es más fuerte que yo no es más persuasivo. Me paro frente a él y le halo hasta hacerle levantar- ¿Donde hay un baño?- pregunto.

-Al fondo- susurra Dan. Le tomo y camino con él hasta el baño- No es necesario, puedo hacerlo yo- menciona con firmeza. Trago saliva al escuchar su voz tan cerca, debo impedir que esto me afecte. Miro al frente y abro la puerta del baño, enciendo la luz y miro a Dan- ¿Que?- pregunta con una leve sonrisa, su ceño se suaviza un poco y eso me alivia.

-Tus manos, por favor- pido extendiendo mi mano, he estado jalandolo del brazo todo este corto momento y no es lo que necesito. Con dudas pasa su mano derecha primero, es la más lastimada. La observo detenidamente; sus manos son grandes, sus dedos son largos y sus uñas están bien arregladas. Carajo, soy una estúpida. Quito el el reloj de su muñeca y con calma lo dejo en la pequeña repisa sobre el lavamanos. Abro la llave y coloco sus nudillos bajo el agua, él se queja levemente- No seas un niño- me burlo.

-Lo siento- susurra. Siento como avanza dos pasos hasta mi, yo me alejo instintivamente- No tengas miedo, por favor. No te haría daño- aprieta suavemente mi mano con la suya, pero es tan suave que parece como si apenas lo intentara. El agua fluye sobre su mano y la mía, levanta su meñique y atrapa uno de mis dedos con él- No a ti. No a la mujer que amo.

Lo último me deja sin aire, mi garganta arde y siento mis mejillas ardiendo al máximo -¿Amas?- pregunto en tono bajo- ¿Presente?- le miro; sus mejillas están rojas y su cabeza levemente ladeada hacia la derecha, una sonrisa cruza su rostro.- No puedes- digo de inmediato. Él cierra sus ojos en visible dolor.

-Lo sé- susurra. Se acerca a mi y yo retrocedo lo que más puedo, mi mano sigue atrapada con la suya bajo el chorro del lavamanos, ni siquiera escucho el agua fluir, solo escucho el latido de mi corazón- No pensaba decirte, pero... las cosas cambiaron- sus ojos parecen tan tristes y tan brillantes- No he dejado de amarte. Cada vez que te veo es como si la presión en mi pecho desapareciera, como si los problemas se desvanecieran y... sé que estás con mi hermano. Lo entiendo- su tono baja bastante, un ruido hace que los dos saltemos.

-Todo bien- grita Jack desde lo que creo es la cocina, me relajo, como si estuviéramos haciendo algo malo. Dan me sigue mirando, esa suave sonrisa se vuelve una línea fina, parece como si quisiera decir todo con ello.

-No puedo evitarlo- menciona. Se inclina a mis labios, pero yo cubro mi boca con mi mano libre. Me mira con una expresión tan triste y me remueve el corazón- Lo siento- susurra, las lágrimas se escapan de sus ojos. No, no tú. Endereza su espalda, suelta mi mano y pasa la suya por el rostro, mojando sus facciones -Lo siento tanto- su voz se quiebra completamente. Sale del baño con paso lento, sin mirarme. Yo me quedo ahí, con la llave aún abierta.