Hermana de Isma (Fanfic Kajal y tú)

El padre de Alicia

Fue con el vestido al baño y dentro de un rato salió. El vestido le llegaba hasta un poco más de las rodillas y el color azul eléctrico le resaltaban los ojos verdes que tenía.

-Estás guapísima- dije.

-Gracias.

-¿Nos vamos ya?

-Sí.

-¿Quieres desayunar primero?

-Vale.

Salimos de la habitación, y fuimos hacia la cocina. Allí estaba Isma desayunando.

-¿Qué hay de desayuno?- pregunté al entrar.

-No preparé nada, acaso de que quieras un bocado de mi sandwich de pepinillos- me miró.

-No gracias- cogí unas cuantas rebanadas de pan y el bote de Nutella que me compró Kajal- ¿Te gusta la Nutella?- le pregunté a Alicia.

-¡Me encanta!- exclamó emocionada.

Desayunamos tranquilamente. Y, después de despedirnos de Isma, que ha estado muy raro, la acompañé a la parada. Me quedé con ella hasta que llegó el bus.

-Bueno Alicia, un placer conocerte, espero que nos volvamos a ver pronto.

-¿Ya te vas?

-Sí, tu bus ya llegó.

-¿No me vas a acompañar a casa?

-No, lo siento.

-Yo quiero que vengas.

-No puedo.

-Porfaaaa- sulplicó.

-...

-Porfaaaa- repitió.

-Vale...

-¡Sí!- me cogió y me llevo dentro del bus, pagamos y nos sentamos en cualquier butaca vacía.

-Solo te acompañaré hasta la parada, no sé a que hora pasará el siguiente bus así que volveré con este mismo.

-¿Por qué no vienes a mi casa? Tú me has dejado domir en la tuya.

-Si voy, no sabré como volver. Y tu padre no me conoce, no creo que me deje entrar.

-Pues claro que te dejará, me ayudaste, le contaré todo lo que hiciste por mi y os llevaréis bien. Y no te preocupes por volver a casa, te puede llevar mi hermano o mi padre. Solo quiero pasar más tiempo y divertirnos, y que conozcas a mi padre.

-Pero Isma no lo sabe, se preocupará.

-No te preocupes tanto.

-Vale, pero solo un momento y me voy.

-¡Bien!

Después de un rato hablando sobre cualquier cosa, llegamos a un edificio grande.

-Nunca he visto esta parte de Barcelona- dije.

-¡Venga bajemos!- dijo emocionada.

Bajamos y entramos en el edificio, subimos a la segunda planta y nos paramos delante de una puerta donde ponía el número 103. Tocó el timbre y se oyeron pasos pesados. Un hombre abrió la puerta y se sorprendió al ver a Alicia.

-¡Alicia, hija mía! ¿Dónde te habías metido? Me preocupé mucho- dijo para luego darle un abrazo a la niña.

-Lo siento papá, me perdí y era tarde, no pasaba ningún bus. Pero esta chica de aquí me ha ayudado, - dijo señalándome- dormí y desyuné en su casa. También me regaló este vestido- el padre de Alicia se separó de su hija y la miró de arriba a abajo, luego me miró  y se acercó a mi.

-Hola señor... me llamo ____- dije extendiendole la mano tímidamente.

El hombre me abrazó, a lo que me extrañé, pero luego le devolví el abrazo.

-Gracias- me dijo.

-No hay de que, su hija es una maravillosa niña- dije para luego separarnos.

-¿____?- al oír aquella voz miré hacia la puerta aún abierta del apartamento. Y mis ojos se cruzaron con aquellos ojos verdes.