Los malos son Ellos®

Capitulo 33

Al día siguiente a las ocho y media ya estábamos levantándonos y todos teníamos un sueño que no veíamos. Como pudimos, recogimos todo, bajamos a desayunar y una hora después montábamos en el coche.

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Yo no seguía muy segura, estaba muy nerviosa y atenta a todo ruido, era agobiante.

-Tranquila Laura, no va a pasar nada, no se que te ha dado.

Alvaro me cogió entre sus brazos y poco a poco me apoyé no quedándome otra opción que relajarme. A lo mejor era verdad que no pasaba nada pues llevábamos dos horas de viaje y nada malo había pasado, deberían a ver sido alucinaciones mías. Y me lo confirmó cuando el resto del camino lo pasamos entre broma y risas.

-¿Queda mucho?- preguntó como siempre el pesado de Carlos.

-Detrás de esa pequeña cuesta hay un sendero de curvas y llegaremos a un pequeño pueblo, al que pararemos para repostar y después media hora más ¿conforme?

-Sí mamá.

Todo salió como dijo Magí, hasta que...

-¿Pero que?- dijo Magi asustado.

-Magí ¿No crees que vas un poco demasiado rápido?- preguntó Blas y Magi le ignoró- ¿Magi?

-¿Que pasa? - pregunté ante la negativa de Magi por contestar a Blas.

"Ya decía yo que no podía ser todo tan maravilloso"

Un pitido irritante sonó por todo el vehículo, se metía por los oídos y hacía que te zumbase la cabeza, era sumamente molesto.

-¡¿Que pasa Magi?!- preguntó Alvaro al lado mio más alterado.

-No grites, te oigo de sobra. No os preocupéis, los frenos no funcionan.

-¡¿Qué que?! ¡¿Cómo que los frenos no funcionan?!

-Si dejáis de gritar y os relajáis podremos resolver esto por las buenas.

-¡No puedo relajarme!- grito Carlos alterado, y por ende se llevó una torta por parte de Dani.- Vale gracias lo necesitaba.

-De nada, he disfrutado.

Sabía que algo había mal, es que lo sabía y ahora todos íbamos a morir por mi culpa, por no contarles nada, tenía que haber aprendido de la otra vez. Me odiaba por ser una cobarde, por querer resolverlo todo sola y lo único que conseguía era hacer daño a mis seres queridos.

La furgoneta ganaba velocidad mientras descendíamos la cuesta y el tramo de las curvas se acercaba, además de que eran unas curvas demasiado cerradas. Estaba claro, era nuestro final. Aunque Samuel me dijo que nunca mataba, salvarse ahora era imposible. Magi hacía maniobras para frenar o desacelerar, pero no había solución.

-¿Y si nos acercamos al borde de la vía?

-¿Si no? para caernos, muy listo Sherlock.

-No- dije yo- tiene que haber una sección de frenado de emergencia.

-En estas carreteras no, Laura.

-Pues intentemos frenar el coche arrimándonos a un árbol o chocando contra uno.

-El impacto nos mataría ¿Estas loca?- hablaron todos.

-No. Pero hay que frenar con algo antes de llegar a las curvas si no queremos despeñarnos- me defendí.

-¡Laura tiene razón!- habló Magi- me acercaré a los árboles para ir desacelerando el coche. ¡Chicos agarraos muy fuerte!

Cada uno de nosotros nos pusimos en nuestro sitio, atados con el cinturón y abrazados entre nosotros para no resultar muy heridos.

La furgoneta dio un tumbo cuando salimos de la vía asfaltada y empezamos a botar por las desigualdades del campo. Magi como todo experto iba acercando el coche a los árboles para frenarlo, aunque solo conseguía rallarlo y hacer que los cristales se rompieran.

-Funciona- gritó desde el asiento del conductor y no sabía si creerle pues desde aquí no daba esa sensación.

Levanté la cabeza y vi como íbamos directos a los árboles justo antes de llegar a las curvas, si no frenábamos, nos caeríamos.

-Agarraos- volvió a gritar. Los demás le acompañamos.

A pesar de tener miedo no aparte la vista de los árboles, pues cada vez se acercaban más y no sé si era de verdad que había disminuido la velocidad o es que todo a mi alrededor se congeló de golpe haciendo a pesar de ello que el impacto llegase.

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EDITADO

Comentad y Votad a ver que os parece y difundirlo por grupos. Me hace mucha ilusion.

Muchas Gracias. Aqui Carmen:)