Cuando entre cargada y cansada por la puerta los diablillos se me tiraron encima.
-¡Mamá!
-Chicos, chicos, que me tiráis. Yo también os quiero mucho ¿Que tal con Lidia?
-Muy bien.
-Hola Laura-dijo apareciendo por la puerta del comedor.
-Hola Lidia ¿Que tal con estos pequeños?
-Bien, han comido, jugado, han echo los deberes y todas esas cosas.
-Vale cielo, muchas gracias, ya puedes irte.
-Hasta mañana
-¡Adiós Lidia!
-¡Adiós renacuajos!
Cuando se fue me volví para hablar con mis hijos.
-A ver niños, hoy viene papá y...
-¡Bien!- gritaron felices por el comedor.
-Bien no, vosotros vais a iros a la cama y ya mañana la pasáis con él, mientras mamá trabaja.
-Ya ya, lo que queréis es rato solos ¿no?
-Pues sí... ¡Carlos!- le reprendí cuando me di cuenta de lo que quería decir.
Salieron del comedor corriendo y riéndose.
-Iros a lavaros para la cena ¡Venga!
Deje las bolsas en el cuarto y salí para dar de cenar a los chicos, eran las nueve y Alvaro no llegaría hasta las once, me daba tiempo de sobra.
En la cocina, preparé algo para los niños y en cuanto vinieron les ayudé a comer porque al igual que sus tíos no dejaban de hacer bobadas y por tanto no comían.
-¡Chicos venga cenad! No me hagáis enfadar- ambos poniendo pucheros acabaron de mala gana de cenar.
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Las diez y media y por fin los niños se habían dormido, y menos mal que mañana era viernes porque estaba muerta del cansancio. Con el tiempo que me quedaba empece a prepararlo todo.
La cena ya la había echo, algo especial para los dos, puse velas por toda la casa, me duché rápidamente, me vestí con el conjunto que compramos y un vestido por encima rojo y ajustado y luego espere a que llamaran, aunque como tardase mucho me quedaría dormida aquí mismo.
El ruido de la puerta abriéndose me espabilo inmediatamente, y con velocidad me levanté del sofá, me arreglé el estropicio del pelo por haberme quedado dormida en el sofá, apagué la tele y puse la música que tenía preparada.
Segundos después mi perfecto marido entró por la puerta cargado de maletas que dejó en el hall. Le esperaba en el comedor, sentada sexualmente en una silla- imaginad todo lo sexy que se puede estar en una silla- y fui siguiendo todos sus pasos y viendo a ver si me veía o solo estaba demasiado cansado.
Cuando por fin entró al comedor se dio cuenta de todo y de mi presencia.
-¿Hola?- preguntó algo dudoso y con temor.
Me levanté y corrí hacia él.
-Hola mi amor ¿Que tal el viaje? Te he echado mucho de menos.
El pobre seguía algo tímido en el marco de la puerta, sin saber muy bien que decir o hacer.
"Es increíble lo que todavía intimido, sigo siendo sexy"
-Mu-muy bien cariño ¿Qué es todo esto? ¿Se me ha olvidado algo?
-No claro que no, es algo que había preparado para ti ¿No puedo mimarte un poco? ¿No te gusta?
-Si claro, es perfecto, como tú. Muchas gracias.
-Resérvalo par luego- le guiñé un ojo y me separé de él- Voy a por la cena, tendrás hambre.
Con mi paso más sexy fui andando poco a poco hacia la cocina, contoneando bien las caderas para que así no pudiera despegar sus ojos de mi. Cosa que conseguí.
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EDITADO
Comentad y Votad a ver que os parece y difundirlo por grupos. Me hace mucha ilusion.
Muchas Gracias. Aqui Carmen:)
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Los malos son Ellos®
FanficCambiando el destino #2 [TERMINADA] ---------------------- Unos cuantos años han pasado desde que la desgraciada vida de nuestras queridas protagonistas cambió. Unos cuantos años desde que conocieron a Auryn. Unos cuantos años desde que no tocan una...