Capitulo 14

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Se oía el penetrante ruido del despertador de fondo mientras soñaba como iba corriendo con mi moto por las calles de Madrid. Casi todos los días los sueños eran así y me encantarían si no fuese porque luego acababan tragicamente, cada vez de una forma distinta y cada vez me gustaba menos.

Desde hace dos semanas que me encontré a ese tío y no he dejado de darle vueltas, no ha pasado nada, pero vivo con algo de miedo y no puedo quitarme el malestar.

Me preparé como todas las mañanas para ir a trabajar, desayuné junto a Alvaro que tenía reunión pronto por la mañana y marché dándole un beso de despedida. Los niños estaban todavía en la cama y no quería molestarles, luego Alvaro les llevaría al cole.

Por la calle iba andando para despejarme y como iba con tiempo, no me importaba. Iba pensando en mi mundo, sin fijarme en quién pasaba o en que ocurría a mi alrededor, pues cuando divagaba por mis pensamientos me podía perder profundamente. Tenía un objetivo fijo, llegar al trabajo que pasasen las horas y luego poder marchar de nuevo a casa. Pase por las típicas paredes llenas de propagandas que hay en todas partes y justo hoy me dio por fijarme en lo que había colgado, siempre había algún anuncio interesante.

No sé como había llegado hasta ahí o de donde había salido o quién había sido el responsable, pero había pegado entre tanto anuncio un cartel de una foto mía junto a More de nuestros años jóvenes, de cuando nos buscaba el internado. Estaba de piedra mirando aquella imagen, sin poder perder detalle.

Con rabia arranqué el cartel y le hice cachitos, seguí andando pero se me hacía imposible lo que veía, todas las paredes contenía un cartel como el que había roto: paredes de la derecha, de la izquierda, los callejones... todas partes.

Todo el camino al trabajo me lo pase arrancándolos uno a uno, y me hacía una idea de quien había sido, al parecer tenía mucho tiempo libre, porque si no a ver quien iba a ser. Me daba miedo, sabia donde vivía, el camino que cogía par el trabajo, donde trabajaba....dios esto era increíble, surrealista.

Cuando llegué a mi mesa tiré todo a la papelera y me guardé uno para enseñárselo a More a la hora de comer. Ignorando mis sentimientos de furia e indignación cogí todo para comenzar mi día laboral.

-Hola Jefe

-Hola Laura.

Tomé apunte de todo y me volví a mi sitio, quedaban muchas horas de duro trabajo y lo tenia que aprovechar para poder salir antes.

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Después de tres horas de escribir documentos, coger llamadas, recados de gente y de realizar fotos, llegó la hora de la comida. Antes tenía que entrar al despacho de Germán a enseñarle todo.

-Muy bien Laura, solo te quedan unas pocas cosas y te podrás ir.

-Vale Jefe, Gracias.

Feliz como una perdiz, salí del despacho y me fui a buscar a More, con el cartel en mi bolso.

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EDITADO

Comentad y Votad a ver que os parece y difundirlo por grupos. Me hace mucha ilusion.

Muchas Gracias. Aqui Carmen:)

Los malos son Ellos®Donde viven las historias. Descúbrelo ahora