Fire Truck

03. No Gracias

3.

No Thanks

Jaiden Park

Habían pasado dos semanas desde aquel demente y desastroso día, el día en que "Ellos llegaron", ¿Quiénes eran?, ¿Cómo sabían mi nombre?, ¿Cuál era su propósito?, esas y más preguntabas rondaban por mi cabeza segundo tras segundo, no tenia la respuesta a ninguna de ellas, pero lo cierto era que desde el día de su aparición, las cosas me salían bien y la vida me trataba mejor, las chicas de la esquina no se encargaban de joderme la vida, ya no escribían "Ramera", "Zorra" o "Asquerosa" en mi casillero, me mostraba un poco más participativa en clase, e incluso la comida que antes me resultaba asquerosa, ahora me provocaba un insaciable apetito.

¿De que infierno habían salido estos ángeles?, en especial aquel chico, el de cabello oscuro y desmarañado, no recordaba con exactitud su rostro, sin embargo recordaba los simpáticos hoyuelos que embellecían su rostro al sonreír.

Si lo pensaba estando mi mente cuerda, todo parecía haber salido de un mal chiste, pero, ¿De esto se trataba la vida?, ¿Esperar a que alguien viniera a tu auxilio?

Tras dos semanas de aquel incidente mi mente estaba aparentemente recuperada, se trataba de un día viernes, un grandioso y caluroso viernes, esperaba con todas ansias salir del colegio y llegar a casa, sin embargo una llamada de mi padre frustro todo mi plan.

En cuanto salí del colegio me dirigí a su oficina y me mantuve ahí hasta alrededor de las 19:45 horas, mi padre era un ingeniero sistemático, ocupaba un excelente puesto en ORICON INDUSTRIES, sin embargo algunas veces su secretaria fallaba y era yo quien tenia que pagar por los fallos de aquella mujer.

—¿Tienes hambre?, ¡Puedo prepararte algo de cenar!— Mi padre preguntó al llegar a casa.

—¡No!, solo quiero irme a la cama.—Estaba exhausta, mi racha de buena suerte se estaba esfumando, mi padre notó que me encontraba irritada, y quien no estaría irritada si te obligan a estar en un lugar en donde no quieres estar y hacer deberes que no quieres hacer.

—¡Jay!— Mi padre agudizó el tono de su voz, sabia que eso funcionaba conmigo, justo como solía hacerlo mamá.— ¡Sé que hoy fue un día duro, pero te prometo que te recompensare por esto!

Me quede observando por un momento los oscuros ojos de mi padre riéndome mentalmente, sabia que él estaba mintiendo.— ¡Si esta bien!, me voy a la cama.

—¡Descansa!

Subí a toda prisa los escalones, llegue a mi habitación completamente a oscuras y lo primero que hice fue desnudarme, necesitaba a toda costa quitarme el maldito uniforme escolar, en cuanto estuve en ropa interior, cerré la puerta de mi habitación y encendí la luz, en cuanto la luz de la lámpara iluminó todo el espacio, 4 figuras masculinas aparecieron, eran los mismos tipos, los 4 observándome, ahí, en ropa interior, sola, indefensa, sus ojos riéndose, disfrutando de la situación.

La sangre se me heló y los vellos de la piel se me erizaron, me encontraba en un estado de pánico en el cual mi cuerpo no respondió, segundos después salí del transe y lo único que mi cerebro le ordenó a mi cuerpo fue agarrar una toalla lo suficientemente grande para cubrir todo mi cuerpo.

Pero que jodido día, ¿Acaso no podía empeorar?

—¿Q-Qué es esto?— Apenas fui capaz de hablar, estaba sumamente furiosa, avergonzada, todo al mismo tiempo.—¿Cómo diablos entraron aquí?