Capítulo 1 - Normalidad.

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Era de noche, pasada las seis, me encontraba sentada en mi cama leyendo Heist.

— ¡Nunca en mi vida estuve más confundida que con este libro! ¡Qué está pasando! ¡No! — Hablaba sola en mi habitación, debatiendo con el libro y sus personajes como si ellos pudieran escucharme, lágrimas cayeron sin mi permiso sobre mis mejillas, acaba de leer algo que me había dolido, este capítulo me había hecho chillar a moco suelto.

Estaba en los últimos capítulos del libro cuando me llamó valentina.

¡Ahg! Espero sea algo importante, acabas de interrumpir mi lectura.Manifesté molesta apenas contesté.

Te he estado llamando toda la mañana, ¿Dónde has estado? Me tenías muy preocupada. — Dijo alterada.

Cálmate Valentina, tampoco es para tanto, estuve ocupada ayudando a mamá con los que haceres de la casa, a diferencia de ti, si tengo cosas que hacer Ella sabía que siempre la trataba de ese modo, a veces solía ser un poco malumorada y más cuando me interrumpían en algo, de igual forma ella ya se había acostumbrado. ¿Qué sucede?

¿Vas mañana al café? Preguntó sin titubear, sabía que estaba de mal humor por haberme interrumpido.

­El café era el lugar donde siempre nos reuníamos valentina y yo, era como nuestro lugar para contarnos todo.

Sí, claro que iré, tenemos que hablar, tengo una genial idea que te gustará escuchar de seguro. Sonreí para mi tirándome en mi cama boca arriba dejando el libro a un lado una vez que marqué la página en la que me quedé.

Bien, te veré mañana, no me falles. — Se despidió y colgó el teléfono.

Tomé el libro en la posición que estaba, lo abrí en la página marcada y seguí leyendo, pero fui interrumpida de nuevo, esta vez por mi mamá.

— Ángela, ven a comer. — Me habló desde la puerta de mi habitación.

Ahg ¿Es qué no puedo leer el libro en paz?

— Ya voy mamá. — Contesté sin mirarla.

— Apresúrate si no quieres que se te enfríe la comida.

Si lo sé, a veces mi mamá solía ser un poco molesta, de ahí mi carácter.

— Sí, ya voy. — Cerré el libro nuevamente y bajé a comer.

Cuando llegué a la mesa ya estaban todos sentados, mi mamá sentada junto a mi padre quién estaba sentado en la cabecera de la mesa, ella se veía elegante como siempre, usaba unos jeans oscuros, una camisa color rosa palo y llevaba su cabello rubio suelto en ondas, mi papá siempre con su traje de trabajo azul, corbatin y su cabello castaño oscuro bien peinado hacía atrás, luego estaba mi prima, Melissa, ella siempre vestía a la moda y con cosas caras, de marca, llevaba puesto un vestido floreado alternando colores entre amarillo y anaranjado, estaba bien maquillada y llevaba su cabelellera negra alzada en una coleta alta dejando a la vista su delicado rostro, ella y yo eramos todo lo contrarío en estilos, por mi parte siempre solía vestir muy casual y no me importaba en lo absoluto estar a la moda, en estos momentos llevaba puesto una sudadera ancha de color gris y un abrigo más grande que mi cuerpo de color negro con una frase de letras blancas en el centro y mi cabello rubio hecho un moño.

Melissa vivía con nosotros desde hace dos años, mis tíos, es decir, su papas habían muerto en un accidente de auto y mis padres decidieron adoptarla en su momento porque era menor de edad, pero ahora era una señorita hecha y derecha de diecinueve años, aún así seguía viviendo con nosotros y a pesar de nuestros diferentes estilos nos llevabamos muy bien, con esto no quiero decir que nunca discutieramos, pero eran pocas las veces y la mayoría eran por idioteces.

Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora