Capítulo 8 - El día.

88 23 2
                                    

🔆

Sentí una presión que me invadió el cuerpo inmediatamente, a lo mejor y estaba actuando de una manera tonta, pero para mi era como si se estuviese acabando el mundo.

— Hola, An. — Se enderezó para mirarme mejor.

— Hey, Lucas. — Saludé esbozando una sonrisa inquieta y sosteniendo la puerta para que no se abriera por completo.

Lo que me faltaba.

— Disculpa por venir sin avisar. — Sonrió simpático. — Quería verte.

Miré hacía el comedor rápidamente y devolví la vista al frente dónde estaba Lucas.

— ¿Interrumpo algo? — Preguntó al verme inquieta.

— No, no, es que...

No terminé la frase porque Drake se acercó a mi lado tomando el control de la puerta y la abrió por completo revelando su estancia.

— Hola. — Saludó Drake serio.

Lucas lo miró de arriba a abajo.

— Hola. — Me miró — Creo que sí interrumpi algo. — Esbozó y noté cierto tono molesto en su voz.

— No, sólo estábamos... — Miré a Drake quién me dio una mirada juguetona. — Hablando sobre unas dudad que tenía Drake sobre el viaje.

— Sí, sólo quería saber si Ángela y yo dormiríamos juntos. — Esbozo orgulloso.

Lo fulmine de inmediato con la mirada y luego volví a Lucas, iba a excusar lo dicho por Drake, pero Lucas se me adelantó.

— Bueno, creo que... Mejor me voy. — Su mirada viaja de Drake a mi.

Sus ojos desbordaban lo que eran ¿Celos?

No puede ser, debo estar volviendome loca.

— No, espera, yo...

— Sí, es mejor que te vayas, aún tengo cosas que hablar con este solesito. — Me interrumpió Drake y se acercó a mi.

¿Enserio estaba tratando de marcar territorio cómo un perro?

Lo miré molesta y bufé.

— Te veré luego. — Lucas me guiño el ojo y se marchó cabizbajo.

Cerré la puerta y enseguida descargué toda mi ira con Drake.

— ¡Por qué actúas así, el sólo venía a saludar! — Arrugue mi frente y lo miré furiosa por su comportamiento.

— ¿Qué? Actué normal. — Esbozó tranquilo.

— ¿Normal? ¿Te parece normal actuar cómo un perro celoso qué quiere marcar territorio?

— Sólo actúe como debía actuar.

Su maldita tranquilidad me hacía enfurecer aún más.

— Ya te vas, Drake.

— Solecito, no te enojes, lo siento ¿Sí?

— Ya te vas, Drake. — Volví a repetir firme.

Él me miró cabizbajo, ahora si bajó su actitud de perro celoso y me miró apacible.

— ¿Enserio te vas a enojar por eso? — Intentó acercarse, pero retrocedi.

— ¡No soy un objeto al que puedes poseer! Ahora vete por favor, quiero estar sola, te veré luego. — Caminé a la puerta y la abrí.

— ¡No eres un objeto, An! ¡No entiendo por qué te pones as... — No terminó de decir la frase y se me quedó mirando detalladamente, luego de unos segundos soltó una risita molesta. — Claro... —Suspiro.

Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora