Capítulo 29 - Reencuentro.

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Entre a casa generando un gran vostezo, estaba demasiado cansada, Melissa estaba sentada en el sofa de la sala mirando la Tv.

— Bienvenida a casa, primita. — Saludó luego de que me tirara a su lado, exhausta, soltando un gran suspiro.

Ella me observó unos segundos. — ¿Cómo estuvo todo? — Preguntó mientras miraba otra vez el programa de televisión.

Me quedé en silencio unos segundos, pensando. — De puta madre. — Sonreí a medias mirando la Tv. 

— ¡Mi niña! — La voz de mamá se hizo presente desde las escaleras. — Me hiciste mucha falta ¿Cómo estás? ¿Cómo estuvo el viaje? Tienes que contarme todo. — Me abrazo con fuerza cuando llegó a mi lado.

— Mamá, no me dejas respirar.  

Ella y papá estaban actuando muy extraños, nunca habian sido asi de cariñosos, jamás. 

— Lo siento. — Se alejó dandome espacio. — Es la emoción. — Sonrió algo nerviosa.

— ¿Qué haces en casa? ¿No deberías estar trabajando? — La observaba seria, furiosa nada más de recordar todo lo que me ocultaron.

Ella me miro sorprendida por mi actitud cortante.

— Tengo turno de madrugada, debo irme ahora a las doce. — Contestó confusa. 

— Vale. — Respire profundo sobando mis piernas. — Ahorita no quiero hablar, estoy muy cansada. — Me levanté del sofá y caminé a las escaleras. — Los veo mañana, buenas noches. — Subi a mi habitación y me encerré en ella dejando a mamá desconcertada. 

...

Eran eso de las once treinta de la noche, Estaba recostada en mi cama con todo apagado hablando por llamada con mi hermano.

— ¿Hablaste con ellos? 

— Aún no, pensaba hacerlo mañana, pero si vieras, están actuando muy extraño, muchos mimos y cariño excesivo, incluida vocecitas como si le hablaran a un bebé, ellos no son así. 

— Creo que lo saben.

— ¿Por qué lo dices? 

— Hay cámaras en la casa ¿Recuerdas? Seguramente ya lo saben y están buscando la manera de acercarse a ti sin que explotes.

— Sea como sea voy a explotar, me han ocultado todo durante mucho tiempo. — Suspire y me acomode para mirar boca arriba en la cama. — No quiero estar más aquí, no puedo seguir después de tantas mentiras ¿Ahora cómo podré confiar en ellos? Ya no sé cuando me están diciendo la verdad y cuando no. 

— Vente a vivir con nosotros. — Escupió sin más. 

Me quedé sin habla unos segundos. 

— ¿Qué?

— Sí, que te vengas a vivir con nosotros, viviriamos con la tia Clara un tiempo hasta que logremos encontrar algo para nosotros.  

Otro silencio de mi parte.

De un momento a otro el sonido de un toque en la puerta llamó mi atención. 

— ¿Se puede? — La voz de mamá llamó tras la puerta.

— Sebas, te llamó luego. — Susurre, colgué la llamada de inmediato, me giré dandole la espalda a la puerta e intente hacerme la dormida.

— Sé que estás despierta. — Demandó apasible.

La puerta se abrió, me acomodé sentandome en la cama y mamá se acercó para sentarse al otro lado de esta. 

— Sé que ya lo sabes todo. 

Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora