Capítulo 21 - Hay que hablar.

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Valentina — 

El desconocido me observaba recostado en la pared frente a mi, yo seguía sentada en el inodoro temblando y preguntándome si era una completa idiota por quedarme callada. 

— ¿Quién eres? — Pregunté aterrorizada.

Él pareció pensar divertido unos segundos.

— Soy Sebastián. — Aquellas perlas verdes me miraron fijamente provocándome un escalofrío.

— Bueno, Sebastián. — Me puse firme, necesitaba hacerle notar que no me intimidaba aunque así fuera. — ¿Se puede saber qué mierdas estás haciendo en ésta casa?

— Bueno... — Hizo un gesto de espera con su rostro. 

— ¿Qué? — Pregunté seca, estaba confundida.

Él puso los ojos en blanco después de bufar aburrido. — Tu nombre ¿Cuál es?

— Estás demente si crees que te diré mi nombre. — Enarque cruzándome de brazos. 

Él volvió a poner sus ojos en blanco y luego regresó a mirarme.

— Bien. — Contestó cortante. — Yo vivo en esta casa, rubia amargada. — Comentó alzando una de sus cejas.

— Rubia amargada tus pelotas. — Me defendí levantándome del inodoro.

— Pues no te hubiera llamado así si me hubieras dicho tu nombre. — Afirmó mirándome con diversión.

Torci mis ojos fastidiada, pensando. — Valentina. 

— Gracias. — Contestó pesado. 

— Entonces, tu debes ser el primo de Ángela. —Mencioné bajando un poco la guardia.

— En parte sí. 

Me quedé un poco confundida. Yo seguía mirándolo desorientada.

 — Yo... No entiendo. — Mi tono de voz salió frustrado, en verdad no entendía un carajo. 

— Mis padres me querían dejar en un orfanato, pero Clara no lo permitió, así que ella se quedó conmigo. 

— Sigo sin entender. — Lo sé, a veces podía ser bastante lenta.

Él bufó cansado. — Clara es mi tía.

Yo analicé todo durante unos cuantos segundos, Clara es su tía, ella es la única hermana de la señora Poli, y por parte del señor Marcus no tiene hermanos ni hermanas, entonces...

¿Quiénes son los padres de Sebastián?

Mis ojos se abrieron tan grande que incluso sentí que se me iban a salir.

— Tus padres... 

Me quedé callada ya que escuché un ruido proveniente de la habitación. 

Ambos volteamos a mirar la entrada del baño con detenimiento, él también lo había escuchado. 

La manilla comenzó a moverser y mi desesperación se incremento, por suerte tenía seguro.

— ¿Rubia, estás ahí? — La voz de Max somnoliento me llamó. 

No sabía que hacer, estaba paralizada mirando la puerta, mi garganta estaba seca evitando que pudiera esbozar alguna palabra. Miré a Sebastian aterrada.

— Voy a salir. — Susurró casi inaudible. 

— ¿Qué? ¡No! ¿Te volviste loco? — Me apresure a ponerle una mano en el pecho cuando se movió hacía la puerta. Esto de susurrar me secaba aún más la garganta.

Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora