Capítulo 5 - Lazos cruzados.

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Y entonces recordé como Drake se coló por mi ventana a la media noche y tuvimos una charla que para nada trató de amistad, claro que para el trato sobre algo mas, pero para mi fue solo eso, una charla bastante divertida, el recuerdo de cuando nos besamos descontroladamente se vino a mi mente, sentí como el calor se apoderó de mis mejillas y supuse que debía estar roja, sacudí mi cabeza para quitar esos pensamientos antes de ponerme peor y que mamá se diera cuenta.

—  Y también necesito que lo hagas, su madre me llamó para decirme que son chicos bastante solitarios y le gustaría que socializaran con personas y bueno, somos sus vecinos, deberíamos de ayudar.

¿Solitarios? Yo no los recordaba así, bueno talvez a Max sí, pero ¿Drake? Aquí había algo más.

—  No parecen para nada solitarios.  — Solté queriendo ser discreta para sacarle información.

—  Comenzaron a serlo cuando su padre murió. — Inquirio con voz tenue.

Oh, eso sí que no me lo esperaba. Por eso era que no había visto al señor Paul desde que llegamos aquí hace un año y eso explica la actitud de la señora Margaret con sus hijos, siempre sobreprotectora.

—  Oh, que mal, no tenía idea. — Hablé pasivamente.

—  Así que espero que los invites. — Volvió al tema.

 — Espera ¿Invitarlos? — Hice énfasis en la última palabra y la mira confundida.

— Sí, a él y a su hermano mayor.

—  ¡Mamá! Sé que es duro para él ¿Ok? Pero ¿Max? No lo soporto. — Refunfuñe.

—  ¿Cómo puedes decir eso si nisiquera lo conoces, Ángela?

Tiene razón, no lo conocía, pero tampoco deseaba hacerlo, tenía suficiente con lo que sabía sobre él, aunque sentía lástima por él eso no cambiara el hecho de que tenía un porte bastante arrogante.

—  ¡Mamá, por favor!

—  He hablado, Ángela, no se discute más.

Caminó al sofa en busca de su cartera.

—  Te veo luego. — Salió de la casa dándome un beso en la frente.

—  Hasta luego, Meli. — Ella se despidió, prima le devolvió la despedida desde el sofá y mamá salió de casa dejándome absorta en mis pensamientos.

Segundos después salí yo, cerré la puerta y me dirige a la casa de Drake, no quería verlo a la cara, me mataba la vergüenza, pero tenía que hacerlo.

A unos pasos de mi casa me encontraba yo, parada en frente de la entrada de la casa donde vivía Drake, pensé mucho en si tener que tocar el timbre o no pero al final lo terminé haciendo.

Pasaron unos cuantos segundos y un chico abrió la puerta, era el mismo que había visto la noche anterior, Max, ahora de frente podía ver lo alto que era y el color de sus ojos eran negros, como su alma seguramente.

—  Tú debes ser Max, el hermano de Drake, ¿cierto? — Hablé nerviosa y a la vez intentando ocultar mi odio hacía él.

—  Sí ¿Qué quieres? — Contestó arrogante.

Su actitud era fría y su mirada vacía, pero seguí firme.

—  ¿Se encuentra Drake? Necesito hablar con él.

—  Pasa, él está arriba en su habitación.

Entré y seguí a Max. En verdad su casa era muy bonita, se notaba que sus padres eran elegantes, habían muebles de cuero muy fino, un comedor para seis de un vidrio bastante grueso y pesado con grabados en el, cuadros originales de los mejores pintores colgados en la sala, una mesita de centro del mismo material que la mesa del comedor, una alfombra aterciopelada color blanco y un pantalla plana enorme colgado en la pared frente al sofá. Subimos y entramos al cuarto de Drake, él estaba acostado en su cama sin camisa y en bóxer con un tazón enorme lleno con palomitas de maíz y jugando videojuegos, admito que fue algo incómodo de ver, pero no estaba tan mal, en realidad se veía bastante sexy. Voltee para dejar de verlo porque sin darme cuenta lo observé por mucho tiempo descaradamente.

Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora