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Capítulo final.
— ¿Enserio?, no lo creo. — Dije al escuchar todo lo que me contaba Valentina. — Enserio me hacías mucha falta Val. — Sonreí.
— Y tú a mi. —Sonrío
— Oye y... — Me detuve ya que fui interrumpida.
— Espera. — Miró detalladamente detrás de mi.
— ¿Qué pasa? — Pregunté confundida.
— ¿Ese no es Lucas? — Abrió los ojos como platos.
— ¿Dónde? — Pregunté alterada.
— A unas mesas detrás de ti, el que está con el celular en la mano.— Voltee disimuladamente y efectivamente era él.
— ¡Me lleva el carajo! — Susurré y me giré al frente. — ¿Qué hacemos?
— Saludarlo. — Se alzó de hombros.
La miré aterrada.
— Ya han pasado cinco años, An.
Lo pensé unos segundos, voltee a mirarlo y luego regresé a donde estaba mi mejor amiga. — Sí, tienes razón.
— Vamos. — Ella se levantó haciendo un mohín de que la siguiera.
Me levanté y caminamos hacia él.
— ¿Lucas? — Dije ya estando frente a él.
— ¿Ángela? Ha pasado tanto tiempo. — Contestó asombrado dejando de mirar su celular y una gran sonrisa se formo en su rostro.
— Así es. —Sonreí.
— Hola. — Saludó Valentina, él la saludó de vuelta y luego volvió a centrar toda su atención en mi.
— ¿Y qué te trae por aquí ?
— Pues conseguí un trabajo aquí así que lo acepte, llegué hace unos meses.
— ¡Bueno, pues eso es... Genial! — Por más que la conversación concurriera normal, podía sentir la tensión e incomodidad en el ambiente.
— Si, lo es. — Sonrió. — Que descortes de mi parte ¿Puedo invitarles algo? —Preguntó acomodandose en la silla.
— ¡Oh! No, no te preocupes nosotras ya estabamos por irnos. — Habló mi amiga por mi.
— Ah, vale, entiendo. — Sonrió nervioso.
Hubo un silencio incomodo durante unos segundos. — Vale, nosotras nos vamos, fue bueno verte. — Me despedí.
— Lo mismo digo, espero que esta no sea la última vez. — Me observó perspicaz.
Yo sólo lo observé sorprendida, luego Valentina me tomó por el brazo llevándome con ella.
— Adiós. — Se despidió cortante.
Nos acercamos al mostrador, pagamos lo que habíamos consumido, aprovechamos de pedir dos capuchinos más y nos fuimos del lugar.
— Eso fue incómodo y extraño. —Dijo Valentina dándole un sorbo a su nuevo café.
— Dímelo a mí. — Reí.
— Oye ¿Has hablado con Daniel? — Cambió el tema rapidamente.
— Lo último que escuché fue que estaba en México, ya no hablamos tanto como antes.
— Yo también he escuchado que le está yendo muy bien. — Ambas sonreímos, nos alegrabamos por él.
El tiempo estaba transcurriendo y yo tenía que seguir en el trabajo, así que la invité a mi casa por la noche para realizar una cena, así podíamos celebrar como era debido su llegada, vería a mi hermano y conocería a Alex y Anthonella, así que le envié la dirección de mi casa por mensaje.
— Bueno, te veré esta noche, llevaré vino. — Me guiñó el ojo y marcó un beso en mi mejilla para después darme un abrazo. — Me alegra que estemos juntas de nuevo.
Sonreí cariñosa. — Y a mi, te quiero muchísimo, te veré ahora. — Nos dimos un último abrazo y ela se marchó, la vi pedir un taxi ahí mismo y yo caminé una cuadra, el café al que habíamos ido estaba realmente cerca de donde trabajaba.
...
Ya era de noche y me encontraba en casa con mi familia.
— Hoy fue un día de trabajo súper agotador. — Comenté para después meter un poco de puré a mi boca.
Todos estabamos sentados en la mesa cenando y comentando sobre nuestro día, Valentina ya había conocido a Alex y a Anthonella, quedó fascinada y agarró confianza tan rápido que comenzó a reclamar de ser la madrina del bebé.
— Sí, para mi también fue un día bastante pesado. — Confirmó Alex.
— La vida de adultos amigos, se las presento nuevamente por si antes no se habían enterado bien. — Sebastián comentó gracioso.
— Y yo con esta barriga no puedo ni estar de pie más de diez segundos. — Mencionó Anthonella en forma de risa.
Todos reímos por lo bajo.
— ¿Y has sabido algo de Drake? — Tomé un sorbo de vino esperando respuesta.
— ¡Está casado! ¿Puedes creerlo? Se fue a vivir a Argentina con su esposa. — Contestó alegre. — Fue lo último que supe, hemos perdido contacto y no le pregunto demasiado a Max sobre eso.
Admito que esa respuesta no me la esperaba y me cayó como un golpe en el estomagó, pero aún así me alegraba por él.
— Wao, que loco es ver como cada quien hizo su vida. — Metí un bocado de comida a mi boca.
— Sí, el tiempo transcurre tan rápido... No nos damos cuenta y cuando lo hacemos ya han pasado cinco años. — Apoyó mi mejor amiga con una risa al final.
Todos asentimos y sonreímos nostalgicos.
— Agradezco muchísimo que me hayan invitado a cenar con ustedes esta noche. —Agradeció Val.
— Sabes que eres parte de la familia. —Sonreí y todos estuvieron de acuerdo.
— Los quiero. — Sonrió y noté como sus ojos se colocaron cristalinos. — Bueno, creo que ya es hora de que me vaya. — Se levantó de la mesa y se despidió de cada uno.
— ¿Nos vemos mañana? — Pregunté ya en la puerta despidiendola.
— Por supuesto. — Se despidió por última vez y se fue.
Nota Importante:
Las enfernedades mentales no son un juego y deben ser atentidas y tratadas con toda la atención que se merece.
Piensa bien antes de juzgar a alguien, no sabes porque situación está pasando esa persona, ten presente la empatía, porque Cuando menos te lo esperas podrías ser tu quien se encuentre en una situación así.
Espero que les haya gustado este libro, sé que me tarde un montón en terminarlo, pero ya por fin está completo. Se vienen libros nuevos que subiré más adelante, estén pendientes a las notificaciones.
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Esta historia ha sido actualizada y tiene algunos cambios y varios capítulos nuevos, pero la historia sigue siendo la misma sólo que renovada.
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Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).
Romance(COMPLETO) Ángela nunca se ha enamorado de nadie más después de los doce años, jamás se ha entregado a alguién, tiene aventuras, amoríos, le gusta pasar buenos ratos, tiene crushes, amores platónicos, pero ella tiene un lema: "Enamorarse es de débi...