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— Lucas —
— ¿Qué quieren desayunar? —Pregunté ya en la cocina.
— ¿Es broma, cierto? — Dijo Ángela con una gran sonrisa en su rostro mientras se acercaba con Sebastián a dónde yo estaba.
— No, no es broma ¿Por qué lo crees? — Dije arqueando una ceja.
— No, por nada. — Ángela esbozo una pequeña sonrisa.
— ¿Qué quieres comer tú, Sebas? —Preguntó Ángela.
— Lo que sea, cuando hay hambre todo es bueno. — Sebastián hizo que Ángela riera y asintiera con la cabeza en forma de aceptación.
— Bien, haré unos huevos con tostadas y mermelada ¿Les parece? — Pregunté colocandome el delantal.
— Suena delicioso. — Ángela asintió.
— Por mi está bien. — Sebastián se sentó en una de las sillas del mesón.
— ¡Perfecto! — Dije y sonreí falsamente.
— Iré a despertar a los demás. — Ángela salió de la cocina dejándome con el guardaespaldas, osea, su hermano.
— Sebastián —
Es hora de empezar a sacarle información a este imbécil.
— Así es querida conciencia.
— ¿Por qué estás siendo tan gentil conmigo? — Preguntó mirándome directamente a los ojos al tiempo en que se afincaba del mesón y arqueaba una ceja.
— ¿Por qué lo dices? Tú me agradas. —Dije intentando no poner un gesto de desagrado.
— ¿Seamos honestos, quieres? Dejemos los juegos infantiles, ya estamos lo suficientemente maduros como para hablar como es debido. — Habló serio y con un tono de voz frío, luego caminó hasta quedar frente a mi.
— No soy idiota. Sé que no te agrado, Lucas, y bueno, digamos que tú a mí tampoco. Así que ¿Vas a decirme qué quieres de mi hermana o tengo que averiguarlo por las malas? — Exclamó eufórico, su mirada desprendía irá.
— No sé que estarás pensando, yo sólo quiero cuidar de ella. — Contesté firme y sin tantas vueltas, ignorando lo demás que había dicho.
— Déjate de buenas impresiones conmigo, hay algo mal contigo, lo puedo sentir. — Permanecía firme frente a mi.
Suspire hondo y me giré para darle la espalda. — Mira, no sé que he hecho para que pienses así, de verdad. — Hablaba mientras sacaba los panes de la bolsa. — Pero jamás haría algo para lastimar a tu hermana, y si he actuado mal en ciertos momentos, lo siento, a veces tengo malos días, sabes, mi padre está enfermo, y eso me da vueltas en la cabeza todos los días, agobiandome.
— Por Dios. — Soltó una risa sarcástica. — No me vengas ahora con lo del padre enfermo y que debido a eso son tus actitudes. — Se alejó, caminó al mesón y se recostó de este cruzando los brazos. — No me creas imbécil, conozco a los tipos como tú, siempre andan ocultando cosas.
— ¿Me estás etiquetando? — Contesté girandome hacia él.
Suspiró furioso. — Sólo digo que no me como nada de lo que me dices, así que, yo que tú, tengo cuidado con lo que hago y digo, y delante de quién.
Sin poder aguantarme más, apreté el cuchillo que tenía en la mano que había agarrado antes para esparcir la mermelada sobre las tostadas. Estaba a nada de girarme e irme encima de él, a punto de cagarla por completo, pero gracias a que Daniel entró a la Cocina no pasó nada.
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Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).
Romance(COMPLETO) Ángela nunca se ha enamorado de nadie más después de los doce años, jamás se ha entregado a alguién, tiene aventuras, amoríos, le gusta pasar buenos ratos, tiene crushes, amores platónicos, pero ella tiene un lema: "Enamorarse es de débi...