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— No voy a dejar que sigas con ella. — Me solté de su agarré y me acerqué a él para que viera que hablaba enserio, necesitaba que se diera cuenta de que no estaba jugando. — Hasta aquí llegó tu fachada de niño bueno.— ¡Vaya! Ahora te la das de muy machito. — El tono en su voz era escéptico. — Bueno, ya veremos no sólo lo que pensará Ángela, si no toda la universidad cuando se enteren de que te gusta chupar pijas.
— Pues ya veremos también que dice Ángela cuando se entere de que le fuiste infiel.
Él se quedó en silencio, anonadado, sus ojos parecieron perder la órbita, dejó de pestañear unos cuantos segundos y luego fue como si hubiera recuperado el sentido de todo.
— ¿De qué carajos estás hablando? — Sus ojos destellaban ira.
Bingo, lo tenía justo donde quería.
— Te vi con aquella rubia la otra noche en la alberca. — Reí victorioso.
Él pasó saliva grueso.
— No tienes como probarlo, nadie va a creerte. — Se relajó un poco, creyendo que había ganado nuevamente.
Pero lo que él no sabía, era que habían cámaras de seguridad escondidas en cada rincón de la casa, y esto lo sabía porque Ángela me lo había confesado sólo a mi días antes del viaje. Pero, claro está que no se lo diría, no le daría la ventaja de poder ir y borrar todo.
— Vale, puede que tengas razón, pero a ver... ¿A quién piensas qué le va a creer? — Exhale profundo para luego mostrar una sonrisa relajada y segura. — Sabes, no deberías de subestimarla, en un abrir y cerrar de ojos puede joderte la vida sin pedir ayuda.
Él seguía ahí, pero la seguridad y tranquilidad que había adquirido fue retirada nuevamente, esta vez llenándose de dudas, él sabía perfectamente que si me atreví a enfrentarlo, es porque debo tener algo más que sólo un testimonio.
Cuando porfin se decidió a decirme algo, la voz de Ángela nos atrajo desde la sala. Nos miramos fijamente un par de segundos, nuevamente la voz de Ángela nos llamó sacándonos de nuestra concentración.
Sonreí victorioso al igual que le guiñaba un ojo y me daba la vuelta para ir a la sala.
— Nada que me contestan, deberíamos ir por ellos. — Nos comentó cuando nos juntamos todos.
— Concuerdo, ya me estoy preocupando. — La acompañó Valentina.
— Bien, vamos por ellos. — Orqueste.
Estábamos por abrir la puerta cuándo comenzamos escuchar un par de gotas grandes caer sobre el techo, y a menudo se fueron haciendo más y más constantes y pesadas que antes.
— Genial, excelente momento para una tormenta. — Apoyó Valentina se regresó al sofá.
— Bien ¿Entonces qué hacemos? —Preguntó Lucas sentándose a su lado, después de asesinarme con la mirada.
Así me gusta rubio, ahora el control lo tengo yo.
— ¿Qué tal si vemos una película? Así damos tiempo de que lleguen o que baje la tormenta. — Mencioné esperando aceptación.
Ángela lo pensó un poco, al escuchar que la tormenta se hacía más fuerte, suspiró en derrota. — Sí, es buena idea. — Aceptó.
De la nada todo se tornó oscuro.
— ¡Genial! Lo que faltaba ¿Ahora qué vamos a hacer sin luz? — protestó Valentina.
Al instante unos sonidos raros, provenientes de afuera comenzaron a escucharse, eran como si alguién estuviera rondando alrededor de la casa y pisara las ramas viejas que estaban en el suelo.
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Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).
Romance(COMPLETO) Ángela nunca se ha enamorado de nadie más después de los doce años, jamás se ha entregado a alguién, tiene aventuras, amoríos, le gusta pasar buenos ratos, tiene crushes, amores platónicos, pero ella tiene un lema: "Enamorarse es de débi...