Capítulo 4 - Cálido.

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Me acomode junto a la cama exasperada por la situación en la que me encontraba, había pensado que se habían metido a robar y ya mi cabeza se había hecho ideas retorcidas acerca de lo que ese desconocido me haría, pero luego de escuchar a Drake hablar sentí un alivio estremecedor.

Ironico, lo se. 

— ¿Qué te sucede? ¿Estás demente o algo? ¿Qué haces en mi habitación a estas horas de la noche?

Lo sé en este momento tenía muchas preguntas que hacer.

— Cálmate, no vengo a hacerte daño. — Lo escuché murmurar algo, pero no logre descifrar que dijo. — Sólo vine a verte.

— ¿En medio de la noche, Drake? — Ambos hablábamos en susurros.

— Sí, es una visita nocturna ¿Tan raro es?

— Sí lo es, Drake, lárgate a tu casa y déjame dormir.

Tenía demasiado sueños, él no dormir y su presencia repentina de tal manera me estaban colocando de mal humor.

— Oye, cálmate está bien, en realidad vine a responderte el mensaje.

— ¿Te costaba mucho enviarme un mensaje de texto?

— Es algo que debe ser hablado en persona.

— ¿Y no podías esperar a mañana?

— Ya es mañana. — Sonrió galante.

Miré el reloj en mi mesita, marcaba pasada la media noche, puse mis ojos en blanco aceptando mi derrota.

— Bien, habla. — Dije ya molesta y me senté en la esquina de la cama.

Quería que esto acabara lo antes posible para que él se fuera y así yo pudiera dormir. Él se quedó de pie frente a mi.

— Recuerdas ese día. — Tomó asiento a mi lado en la cama. — Mi hermano vino a decirme algo mientras jugábamos en los columpios.

Así que ese era su hermano, por eso se parecían tanto.

— Ajá. — Pronuncié.

— Max me dijo que se habían besado... — Suspiro. — Eso me partio el alma en dos, por eso me fui y te deje sola, pense que me habias engañado. 

Entonces ese era su nombre, Max, debió ser él la otra noche que saqué la basura, ese idiota que aún no conocía, pero que ya odiaba.

— ¡Qué! Jamás tuve contacto con él, nunca. — Subí un poco el tono de la voz levantándome de la cama y al darme cuenta lo bajé.

— Lo sé, tranquila. — Suspiro y se levantó. — Oh bueno, lo supe cuando crecí y pude entender que el imbécil de mi hermano sólo lo hizo para alejarme porque también tenía interés en ti, pero esa atracción que sentía hacía a ti se esfumó  dias despues cuando conoció a otra chica. — Río por lo bajo pasando una de sus manos por su nuca haciendo evidente su nerviosismo. — Y yo quedé como un idiota por haberle creído y por haberte dejado ahi sola sin darte explicaciones o haberte encarado. 

— Eras sólo un niño, Drake, esta bien. — Lo intenté animar. — Ademas, es tu hermano, la familia esta primero ¿No?

Inhalo profundo. — Me gustabas, Ángela, y mucho, yo... Estaba enamorado de ti, pero después de tu supuesto engaño me rompi y a la vez no quise entrometerme entre mi hermano y lo que sentia por ti, no iba a quitarle a su chica. — Suspiro fuerte despues de enfatiza la ultima palabra. — Repito, después me di cuenta que me había engañado, que todo fue mentira y para cuando quise volver a retomar las cosas contigo ya era tarde, te vi tan feliz con aquel niño de cabello café que siempre te acompaña después de la escuela, no quise meterme, pense que ya me habias superado, que me odiabas y decidí dejar las cosas así.

Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora