Capítulo 13 - Día loco.

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Valentina se terminó de duchar al igual que yo, agarramos las botanas que estaban en la mesa de la habitación y nos sentamos en la cama, prendimos la Tv y nos pusimos a ver una película mientras nos comíamos lo que habíamos subido, este día había sido bastante tranquilo, todos estuvimos mirando películas y comiendo de todo, sin darnos cuenta nos había caído la noche y sin pensarlo ambas nos quedamos dormidas.

...

Eran las ocho de la mañana, me levanté y vi que la cama estaba repleta de palomitas, envolturas y demás, Valentina tenía un montón de migajas de galletas en toda la cara y me comencé a reír en voz baja, me levanté de la cama y me dirige al baño, cerré la puerta y volteé al espejo, al verme me pegué el susto de mi vida porque tenía pegado en toda la cara muchas palomitas de maíz dulces y luego me comencé a reír, me las quité de la cara, me cepille los dientes hice todo lo que iba a hacer y salí del baño.

Vi a Valentina y decidí despertarla antes de que se la comieran las hormigas.

La iba a despertar de una manera linda, pero si lo hacía definitivamente no iba a ser yo, así que tomé el vaso vacío que estaba en la mesita de noche, fui al baño, lo llené de agua, sin pensarlo me devolví y se lo aventé encima, de inmediato Valentina se levantó de un brinco de la cama y cayó al suelo.

— ¡Ángela, idiota! — Gritó Valentina eufórica, pero luego comenzó a reír.

— Despierta si no quieres que te coman las hormigas. — Dije en tono de burla y abrí la puerta de la habitación.

— Voy a la cocina a preparar el desayuno ¿Qué quieres comer? —Pregunté mientras me recostaba del marco de la puerta.

— Me provocan unos wafles con nutella ¿A ti no? — Preguntó mientras se paraba del suelo y mojaba sus labios con su lengua imaginándose la comida.

— Tú lo has dicho amiga. — Dije mientras le guiñaba un ojo y salía de la habitación.

Iba caminando por el pasillo y tuve la gran curiosidad de asomarme a ver si los chicos estaban despiertos y como dice el dicho: la curiosidad mató al gato.

Me asomé primero en el dormitorio de Lucas, estaba durmiendo como un bebé, luego fui al de Daniel y vi que roncaba como nunca antes, me dirige al cuarto de Max y vi que seguía durmiendo,  por último pasé por la habitación de Drake, pero no estaba,  este ser si que era madrugador.

Supuse que se había levantado y que a lo mejor estaba en la cocina y cuando estaba a punto de cerrar la puerta alguien por dentro la agarró y evitó que la cerrará.

— ¡Drake, me asustaste! — Grité en un susurro.

— ¿Te asuste o te puse nerviosa? — Dijo egocéntrico y lanzó una mirada cautivadora.

— Me asusté. — Contesté evitando cualquier tipo de contacto visual.

— ¿Y se puede saber qué haces husmeando en mi habitación? — Se acercó un poco a mi mirándome pícaro.

— Sólo quería ver si estabas despierto para saber si vas a desayunar, hice lo mismo en las otras habitaciones, pero tu eres el único levantado, así que ya sé para no hacer desayuno para todos, bueno adiós. — Hablé rápido queriendo salir de ahí lo antes posible, pero cuando me di la vuelta para irme Drake me tomó de la cintura y me adentró a la habitación y tras eso cerró la puerta pegandome de esta al instante.

— ¡Drake! Suéltame. — Dije intentando de no alzar la voz para no despertar a los demás, menos a Lucas, no quería que todos se enteraran, pensaran otra cosa y todo se pondría peor.

Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora