Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).

Capítulo 12 - Comportamientos.

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Desperté a eso de las nueve de la mañana, abrí mis ojos con normalidad, gracias a las percianas la luz solar no entraba con potencia a la habitación, Valentina dormía placidamente a mi lado, su cabello rubio estaba desordenado por toda la almohada, su rostro estaba enterrado en ella y las sábanas gruesas la arropaban hasta el cuello, fui al baño, me lavé los dientes, luego salí, me coloqué un abrigo sobre el pijama y levanté a Valentina de un almohadazo.

— Despierta, bella durmiente. — Arrastre la voz porque aún tenía sueño.

Ella refunfuño retorciendose en la cama, salí de la habitación dejándola para que se levantara, caminé por el largo pasillo y me encontré con Drake saliendo de su pieza.

— Buenos días, dormilona. — Dijo bostezando.

— Buenos días. — Contesté somnolienta. 

Bajamos las escaleras y al llegar a la cocina nos encontramos con Lucas y Daniel en la cocina bebiendo café, Max estaba en el sofá de la sala viendo la Tv. 

— Buenos días, chicos. — Saludé seguido de un bostezo. 

Todos devolvieron el saludo, luego se escuchó la voz de mi mejor amiga muy alegre mientras bajaba las escaleras, estaba tarareando una canción, Amnesia de 5SOS.

— Bueno, ahora si ya podemos comenzar la fiesta, ya estoy aquí. — Esbozo sonriente.

Valentina siempre lucía radiante y enérgica, era una de sus muchas características y cualidades. 

Caminó hasta Max, se sentó sobre su regazo y él la recibió ganador dejando a los chicos boquiabiertos, yo ya lo sabía así que sólo goze de los gestos asombrados de los demás. 

— Vaya, ya veo que aquí nadie vino a perder el tiempo. — Habló Daniel e intercalo la mirada entre todos, lo cuál me dejó desorientada. 

Todos nos quedamos absortos por su comentario, pero al parecer todos decidimos no decir nada. 

Lucas me lanzó una mirada vigoroza, llena de ansias, y me hizo recordar lo que había sucedido anoche, los roces, lo que me hizo sentir, las caricias, las charlas, el vino, las risas, su calor corporal, su aroma, todos esos recuerdos me hicieron trepitar, acelerando mi respiración y ocasionando un descontrol en mi tranquilidad, Drake pareció notarlo porque pasó su mano frente a mi rostro para llamar mi atención. 

Lo miré animosa intentando disimular, pero era claro que él se había dado cuenta, ahora me sentía acorralada, atrapada, descubierta. 

— ¿Todo bien? Te quedaste distraída mirando a un punto de la nada. — Disimuló sus notorios celos. 

— Sí, es que aún ando medio dormitada. — Me excuse y le sonreí. 

— Oigan ¿Qué les parece si salimos a desayunar? Porque supongo que nadie de los presentes va a querer cocinar para todos los que estamos aquí. — Insinuó Lucas recostado de la nevera.

Todos asentimos, Daniel llamó al taxista que nos había traído el día anterior y nos aseguro que llegaría en menos de diez minutos, nos arreglamos, yo me coloqué unos pantalones vaqueros algo rotos en las rodillas y el mismo abrigo tejido gris que llevaba puesto sobre el pijama, terminé con unas botas blancas y mi cabello suelto, tomé mis cosas y todos salimos a la entrada de la casa dónde ya nos esperaba el señor del taxi.

Llegamos al lugar, era bastante bonito y elegante, la decoración era estilo invierno, tonos blancos y figuras en forma de copos de nieves colgaban del techo, y ni hablar de la vista, el restaurante estaba rodeado de ventanales que dejaban la vista expuesta al público para apreciar el paisaje que era espectacular debido a la altura, se lograban apreciar las montañas cubiertas en nieve y la neblina espeza que se esparcía por todos lados, estaba observando el lugar cuando llegó el camarero e hizo que regresará a la realidad.