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— Sebastián —
Este era el momento, ella se iba a enterar de toda la verdad, tenia que darse cuenta de cómo pasaron las cosas en realidad.
— Ángela... — Tomé aire y lo expulse fuertemente. Ella me observaba con los ojos cristalizados y rojos. — Todo lo que te dijeron es mentira.
¡Mierda!
Se me hacía imposible hablar, sentía como las palabras se trababan en mi garganta con aquel dolor acumulado de hace muchos años, pero tenía que enfrentarlo de una buena vez si quería recuperarla.
— Ellos no querían un niño, siempre quisieron una niña... Cuando yo nací se quedaron conmigo porque querían quedar bien con mis abuelos, ellos si me adoraban, me iban a visitar todas las tardes, al igual que la tia Clara...
Intente ser fuerte, pero el nudo en la garganta podia mas que yo, sentí como varias lagrimas recorrían mi mejilla hasta llegar a mi barbilla para luego caer hasta impactar con el suelo.
— Pero después de que los abuelos murieran ellos siguieron siendo... Ellos. — Sonrei ironicamente. — Me aborrecían, todo era tortura, hasta que supe que iba a tener una hermanita.
— ¡Mentira, son puras mentiras! — Se levanto de golpe y la imite.
— ¡Mirame a los ojos y dime si te estoy mintiendo! — La tome por los brazos para que me mirara directamente imponiendo un poco mas de firmeza en la voz.
Ella dudo unos segundos, notaba como intentaba evadir mi mirada o se hacia la dura, pero ella sabia que no estaba mintiendo.
¿De que me servivira eso?
— El dia que "me fui" en realidad la tia Clara me fue a buscar, la noche anterior habia escuchado a Marcus y Poli hablar sobre un internado, o mas bien un orfanato, iban a dejarme ahi, asi que llame a la tia Clara para que viniera a recogerme, eso fue lo que paso, ella tomo el primer vuelo que encontro y fue por mi, yo sabia que tu estarias bien, ellos siempre han sido buenos contigo, no te harian daño, pero cada maldito dia que pasaba te extrañaba y no podia hacer nada para comunicarme contigo. — Suspire cansado, no estaba seguro de que me creyera, pero al menos yo sabia que estaba diciendo la verdad, era un desahogo enorme. — Si no quieres creerme esta bien, pero en lo que la tia Clara llegue ella misma puede contarte todo, y veras que no miento. — La solte y me aleje un poco. — No puedo hacer nada para que.
— Te creo. — Afirmo repentinamente.
La observe anonadado.
— Ahora todo tiene sentido. — Paso saliva y secaba algunas lagrimas mientras sorbia por la nariz. — Por eso nunca me hablaron de ti, solo me dieron una version errada y lo dejaron asi, esa noche no me dejaron verte casi, como si me estuvieran preparando para algo, despues de ese dia jamas dejaron que te buscara, me llenaron de odio hacia ti para que no fuera capaz de encontrarte, por eso nunca me dejaban venir a Canada, solo hasta que la tia se fue de viaje con su "hijo", todo encaja perfectamente.
Mierda, ahora era yo el que estaba sin palabras.
— ¿Enserio me crees? — Hable aun en estado de asombro.
— ¿Prefieres que no lo haga? — Sonrio un poco.
— ¡No, no! — Rei por lo bajo. — Es solo que... —Suspire cansado. — Olvidalo, ven aqui. — La arrastre hacia mi, ella me recibio timida y luego la envolvi en un abrazo de oso.
Luego de ese abrazo todo se quedó en silencio unos segundos.
— Lo siento. — Esbozo cabizbaja.
— Hey. — La tome por la barbilla para que me mirara. — Esta bien, ya todo esta bien.
Sequé algunas de sus lágrimas y sonrei.
— ¿Vamos? Quiero conocer a tus otros amigos. — Mencione divertido.
Ella asintio y salimos de la sala de cine.
—Ángela—
Se sentía bien, el nudo en la garganta que guarde por tantos años, ya no estaba, se había esfumado para siempre, ahora sólo podía pensar en una sola cosa, habia recuperado a mi hermano.
...
Estabamos todos reunidos en el sofá de la sala, las presentaciones a los demas ya habian pasado y todos habian quedado con caras de shock. Despues de un rato todos se fueron acostumbrando y ahora nos encontrabamos hablando como si nada.
— Hagamos noche de películas, pizza y helado. — Afirmo Sebastian.
— Este chico ya me agrada. — Comento Daniel y todos nos reímos al instante.
— Lucas —
¿Por que no podia dejar de pensar en Angela?
Era una maldita obsesion rondando en mi cabeza todo el tiempo. Era imposible cuando se viste con cosas tan pegadas, usualmente usa ropa holgada, pero en estos dias todo lo que se pone se le entalla a la perfeccion y eso me hace volar la cabeza.
— Sebas, te quiero presentar a alguien muy especial para mí. — La voz de Angela me saco de mis pensamientos.
¡Carajo!
Me iba a presentar como su novio.
— Él es mi novio, Lucas. — Mire a su hermano tembloroso.
¿Por que estaba aterrorizado?
Porque soy imbecil, por eso.
— ¿Tu qué? — Sebastián me observo fijamente sorprendido, pero con cierto ceño desconcertado en su rostro. — ¡Mi hermanita tiene novio! — Comenzó a repetir esa frasecita irritante una y otra vez.
— ¿Está bien? — Preguntó Ángela confundida y asombrada al mismo tiempo.
— Sólo bromeaba, no la lastimes, no quieres saber sobre lo que soy capaz de hacer por proteger a alguien que amo. — Amenazo serio.
— ¡Sebas! — Salto Ángela y vi como lo fulmino con sus ojos.
— No te preocupes, no le haré daño. — Confirme intentando sonar sincero.
Vi que Daniel me miró de reojo y luego se comenzaba a "ahogar" con el refresco. Solo fue cuestiones de segundos para que Sebastian se diera cuenta de sus miradas hacia mi y de su reaccion tan extraña.
— ¿Daniel, estas bien? — Preguntó Valentina quien estaba a mi lado y Angela no se quedo atras, se acerco a el y comenzo a sobarle la espalda con cuidado.
— El está bien ¿Verdad que si? — Me acerque a el para darle unos golpes fuertes disimulados en la espalda para hacerle saber que si decía algo estaba muerto.
El me observo rabioso.
— Sí, todo está bien, no pasa nada, el liquido solo se me fue por otro lado. — Sonrio para que los demas le creyeran, pero cuando podia me desviaba miradas asesinas.
Sebastián nos miró extrañado, mucho espectaculo por hoy, esto se podia poner feo.
— Bueno, ya ven, no era nada, ahora ¿Quien pide la comida? — Cambie el tema rapidamente ignorando las miradas de Sebastian.
Sebastian tomó el teléfono para ordenar y todos volvimos a lo de antes, hablar y contar historias para pasar el rato mientras llegada lo que ordenamos.
— Sebastián —
Algo raro estaba pasando aqui, sentia unas vibras muy tensas y el ambiente habeses se tornaba algo extraño, mi instinto me decia que no perdiera de vista a ciertas personas, no podia bajar la guardia, todo esto me decia que nada iba a terminar bien.
Que bueno que no me fui con Clara y decidi quedarme unos dias en la Universidad.
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Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).
Romance(COMPLETO) Ángela nunca se ha enamorado de nadie más después de los doce años, jamás se ha entregado a alguién, tiene aventuras, amoríos, le gusta pasar buenos ratos, tiene crushes, amores platónicos, pero ella tiene un lema: "Enamorarse es de débi...