Cuando Menos Te Lo Esperas.© (Primer libro).

Capítulo 11 - Sorpresa.

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Eran las seis de la tarde, todos estaban en sus habitaciones alistandose después de un día de piscina, Drake y Max se ofrecieron para salir e ir a hacer algunas compras que faltaban en la casa, yo caminaba por el pasillo para ir a mi habitación en dónde ya se encontraba Valentina, pasaba por la puerta de Lucas y por alguna idiota razón sentí la necesidad de mirar adentro de la habitación, lo cual fue un gran error, él estaba de espaldas a la puerta, mirando por la ventada, desnudo, sus redondo y blanco culo fue lo primero que captaron mis ojos.

¿Qué rayos acababa de pasar?

¡Y por qué está desnudo con la puerta abierta!

Me giré de inmediato, a pasos de canguro me adentre a mi habitación y cerré la puerta con velocidad, me recoste de la misma con mi pecho subiendo y bajando como desquiciado y el calor adornaba mi cuerpo entero haciendo palpitar partes de mi cuerpo que no sabía que podían, en estos momentos lo único que quería era golpearme sucesivamente la cabeza repitiendo la palabra idiota una y otra vez. 

— ¿Qué te pasó? — Preguntó Valentina mientras que salía del baño secándose el cabello con la toalla, llevaba puesto unos shorts blancos y una camiseta roja. 

— ¡Acabo de ver a Lucas desnudo! — Susurre alejándome de la puerta para sentarme en la cama.

— ¿Nunca lo viste antes? — Me miró confundida.

Pero la confundida y algo molesta ahora era yo y ella pareció notarlo.

— ¡No, no! No pienses mal, sólo pregunto porque estuvieron juntos ¿Ustedes nunca...? 

La miré inocente sin entender a que se refería, luego algo pareció encenderse en mi cabeza y reaccioné.

— ¡Oh, no! Nosotros nunca... Tu sabes. — Bajé la cabeza avergonzada.

Valentina se acercó a mi y me tomó de la quijada para que levantara la mirada y entonces me encontré con sus ojos verdes observándome con ternura.

— Hey, esta bien, no tienes nada de que avergonzarte. — Me sonrió y eso me trasmitió una paz enorme. — Todo a tu tiempo, no tienes porque apresurarte a nada. — Le Sonreí de vuelta y ella caminó al closet porque allí había un espejo. 

...

Drake y Max se habían ido hace cinco minutos, Valentina se encontraba mirando El espacio entre nosotros en la sala de cine, Daniel pasaba su tiempo en la sala de juegos jugando Fornite, no sabía de Lucas desde la última vez que lo vi, y agradezco eso porque no sabría como mirarlo después de lo ocurrido, mientras yo me encontraba en la habitación hablando con mamá por mensajes. 

Por el rabillo del ojo vi una figura recostada del marco de la puerta de la habitación, desvíe la mirada del celular y el calor se apoderó de mis mejillas cuando lo vi, su cabello rubio estaba peinado por primera vez, llevaba una camisa desabotonada dejando ver su escultural abdomen, pecho y su parte baja bien definida, sacudí la cabeza ante todo los pensamientos que se me vinieron a la mente, también llevaba unos shorts de mezclilla algo rotos y en su mano izquiera cargaba un ramo de rosas rojas que resaltaban en todo el lugar.

— Buenos noches, Fluorita. — Lo miré desconcertada.

— ¿Fluorita? — Pregunté frunciendo el seño, pero viéndolo divertido.

Él sonrió y soltó una pequeña risita. — Es por tus ojos, son del color de un diamante llamado asi.

Me sorprendí ante su respuesta y sonreí galante. — Vaya, no has perdido el toque. 

Ambos sonreímos ansiosos. 

— ¿Y esas flores? — Las señale y alcé ambas cejas divertida.

— ¡Oh! Cierto. — Sonrió nervioso, se veía tan tierno. — Son para ti. — Se acercó para entregarmelas, me levanté de la cama, quede de pie frente a él y las recibi agradecida, aspire el olor que desprendían acercandolas a mi nariz.