Inseguridades

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Giotto miraba con el ceño fruncido su reflejo, por primera vez en su vida se sentía inseguro, no sabía que hacer ni que decir, estaba congelado.

–Como podemos ver, el espécimen se encuentra en estado de shock, después de haberse convertido en todo un acosador a decidido acercarse a su víctima y esta ensayando un encuentro casual–El de ojos dorados miro mal al rubio que apuntaba una cámara a su rostro.

–Baja eso, ya te dije que no puedes hacer un documental y tratarme como un bicho raro–Se quejo el menor, Alaude bajo la cámara, sin dejar de grabar.

–Eres un fenómeno de la naturaleza, el mundo debe saber lo peligroso que eres–Comentó el mayor, Giotto sintió su corazón oprimirse.

–¿Es así como me ves? Yo siempre hago lo que puedo en esta relación y tu sólo te burlas de mi–El Hibari se sintió mal al ver las lágrimas contenidas del otro.

–Ustedes dos, dejen de presumir su ferviente amor, me dan asco–Se quejo el Hibari menor, léase como Kyōya, mientras pasaba por la habitación de invitados.

–Kyōya, deja de ser así es por cosas como esas que no tienes novia–Gruñó el rubio mayor.

–No me interesa tener una novia, por cierto si ves a Viper hazme el favor de decirle que hoy volveré tarde–Comentó el azabache.

–¿Vas a salir?–Preguntó Giotto extrañado.

–Quede en verme con Tsunayoshi, pero ese no es problema de ninguno de ustedes–Respondió el chico antes de seguir su camino.

El Hibari rubio miro a su pareja, Giotto lo había estado arrastrando a todos los lugares donde podría vigilar al castaño, la noche anterior había decidido hablar con Sawada sobre ciertos asuntos de los que no había hablado con él, porque no se conocían y el rubio menor sólo tenía un papel de acosador en la vida del castaño.

–¿Qué vas a hacer con él? ¿Perseguiras a Kyōya para poder verlo?–Preguntó esperando que Giotto le hablara con lógica, pero era justo de él de quien estaba hablando...

–¡Es una excelente idea! ¿Cómo no se me ocurrió a mi?–El rubio de ojos dorados salió de la habitación para ir tras el azabache.

Alaude apago su cámara, tendría que posponer un poco más sus grabaciones para proteger a su conflictivo novio de su aun más conflictivo primo.

Tsuna suspiro atontado, había quedado de verse con Hibari después de haber llegado a casa la noche anterior, por algún motivo estar a solas con el azabache lo hacía extramadame feliz y lo ponía muy nervioso, Fran se había burlado de él cuando lo vio tan agitado en la mañana.

–No debería tardar mucho en llegar–Murmuró mientras miraba alrededor, había llegado antes a la heladería donde habían quedado de verse.

Sawada se sorprendió de reconocer algunos rostros que trataban de ser discretos, Hana y Kyoko estaban allí al igual que M.M y Haru, podía ver claramente a Chikusa también, era el único que no se encontraba disfrazado.

Todos ellos miraban en dirección a una mesa donde reconoció la cabellera violeta de Chrome, la chica estaba sonrojada y frente a ella se encontraba Ken luciendo bastante incómodo, al parecer ninguno de los dos había notado lo obvio, que eran espiados.

–¿Para que me citaste aquí?–La chica miro nerviosa a Joshima.

–Bu-Bueno, yo quería decirte algo importante–Ken miro sorprendido a Nagi, ¿Chrome tendría algo importante que decirle?

–¿¡Le paso algo a Mukuro-sama!?–Exclamó alterado.

Hana y M.M resistieron las ganas de golpear sus cabezas contra la mesa, ¿Por qué creería eso idiota que una chica lo invitaría a una heladería para decirle que le paso algo a una piña? ¿¡Quién se preocupa por las piñas!? Ken las sacaba de quicio a todas.

–N-No, Onii-sama esta bien, lo que quiero decir no tiene nada que ver con él–La pelivioleta miro sorprendida al rubio frente a ella.

–En ese caso no tienes que decir nada que a mi pueda importarme–Ken estaba listo para irse.

–Ken, sientate y escucha a Chrome–Ambos universitarios se sorprendieron al escuchar la voz calmada de Chikusa.

–¿Qué haces aquí, Kakipi?–Preguntó el rubio sorprendido.

–Estoy en una cita con M.M, ya nos íbamos, te sugiero que te sientes y escuches atentamente lo que una chica tiene que decirte–El azabache tomó a su novia y se la llevó del lugar, ya después las otras tres le mandarían vídeo de lo que pasara.

–Ke-Ken, yo lo que quería decir, e-era que tu me gu-gustas–El chico miro sorprendido el sonrojado rostro de la chica frente a él.

Chrome no sabía que más hacer, había terminado aceptando el consejo de boss, le había dicho lo que sentía al chico que le gustaba, pero ahora toda la valentía que había reunido se esfumo, ¿Qué debería hacer? Quería huir, ¿Por qué no hacerlo?

Ken Joshima había vivido durante los últimos años un amor secreto por aquella chica que se encontraba huyendo en esos momentos, porque sí, Chrome se levanto de la silla y se fue corriendo dejándolo impactado y sin poder reaccionar.

Tsuna se sintió culpable, después de todo Chrome había terminado siguiendo su consejo, el castaño sintió miedo al imaginarse en una situación así, había superado a Kyoko con más rapidez de la que espero que pasara, en realidad tenía momentos en los que se sentía enamorado pero no sabía de quién o por qué, la idea de que eso que lo tenía de tan buen humor lo rechazara lo hacía dudar de sí mismo, se sentía pequeño e indefenso.

–¿Esa que vi correr no era Chrome?–Sawada se sobresalto al escuchar la pregunta del recién llegado.

–Parece ser que se ha declarado y por miedo a una respuesta termino huyendo–Respondió el menor, Hibari se sentó frente a él.

–Si la persona a la que se declaro la rechazase sería un idiota y yo mismo me encargaría de romper su cara–Tsuna miro fijamente al azabache frente a él, esas palabras a su parecer tenían un significado que no le gustaba.

–Hibari-san, ¿A usted le gusta Chrome?–Preguntó inseguro, el mencionado se sorprendió.

–Por supuesto que no, pero ella me ha sido bastante útil–Respondió extrañado, Sawada sonrió un poco al escuchar eso.

Mientras los dos chicos tenían su primera cita, sin ni siquiera enterarse, dos rubios los veían desde lejos.

–Creo que a Kyōya le gusta Tsunayoshi–Comentó el menor.

–Al parecer los sentimientos son correspondidos–Opinó el de ojos azules.

–Por lo menos sé que mi hermano estará en buenas manos si no quiere saber de mi–Giotto suspiro empezando a deprimirse.

–¿Sabes cómo le dirás sobre eso?–Preguntó Alaude.

El de ojos dorados volvió a suspirar, no tenía nada planeado aun, es decir, ¿Cómo decirle a un chico que no sabe que es adoptado que eres su hermano mayor y que uno de sus mejores amigos es su tío? Definitivamente no había forma de hacer que eso tuviese lógica.

Problemas con el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora