Belphegor miro preocupado a su mejor amigo, el pobre hombre no sabía la clase de familia que tenía aquel castaño tan rarito, sin embargo ¿Por qué debería él de advertirle? Eran mejores amigos y todo eso, pero si alguien tan fabuloso como lo era él había tenido un encuentro tan extraño con la familia de su froggi, ¿Por qué alguien como Hibari no? Después de todo se tenía merecido todo lo que le pasara.
–Se supone que decidimos dejar a esos dos tranquilos–El rubio miro aburrido a la chica a su lado.
–¿No deberías estar con el boxeador?–Hana suspiro irritada.
–Ryohei esta en alguna de sus clases, no siempre los descansos del departamento de leyes y el de medicina concuerdan, ¿Sabes?–La chica se sentó junto a la pareja de Fran, espiar a Tsuna siempre sería divertido.
–Lo olvide, además, no estaba espiando a Sawada sólo me lamentaba por Hibari–Comentó el chico.
–Escuche que conociste a Xanxus, es una suerte que sigas con vida, imagino que no dijiste nada sobre ser el sádico que llevara al niño de los ojos de Squalo por el mal camino–La azabache sonrió divertida.
–Como si ese enano necesitara de mi ayuda para descarriarse–El mayor bufo irritado.
–Bueno, cambiando de tema, por lo menos no tuviste que encontrarte con oto-sama o sino tus órganos estarían esparcidos en algún lugar de Suiza–Bel miro extrañado a Kurokawa, sin embargo decidió que lo mejor sería no preguntar, por ahora.
Tsuna miro divertido a su acompañante, Hibari intentaba explicarle la eficiencia de las tonfas y lo maravillosamente prácticas que eran, sin embargo se había quedado sin ideas y no sabía cómo cambiar el tema sin ser obvio.
–Hibari-san, no tenemos que hablar de eso en este momento, me gustaría que habláramos de otras cosas–El castaño miro con ternura a su malhumorado novio.
–Ya que tanto insistes, sin embargo seguiremos esta conversación en otro momento–Kyōya no sabía cómo agradecer el escape que Tsuna le había dado.
–Sí, sí, como diga Hibari-san–Sawada no podía creer lo infantil que podía llegar a ser aquel chico tan orgulloso.
–En fin, escuche de Belphegor que tienes más visitas–El comentario del mayor provocó tensión en el cuerpo del chico de ojos color miel.
–¿Eh? Pues sí, es un primo lejano que hasta hace poco vivía en Italia, vino de visita junto a su pareja–El menor forzó una sonrisa cosa que intrigo a Hibari.
–¿Tienes algún problema con tu familia?–El castaño miro desconcertado a su acompañante, "Yo diría más bien que el que tendrá problemas con ellos eres tu".
–No, me llevo bastante bien con mi primo y todos los demás–En alguna parte de la ciudad cierto azabache sintió la extraña necesidad de comprar más balas, aun no se rendiría en su intento de agujerear el cuerpo de la basura que tenía por primo.
–Si tu lo dices, pero bueno, ¿Qué harás ahora que tu casa esta llena de gente?–Hibari miro divertido el nerviosismo de su pequeño omnívoro.
–Dino-san se ira hoy ahora que esta seguro de que Xanxus sí vino e imagino que Byakuran aprovechara todo lo que esta pasando para irse a vivir con Mukuro y Chrome–La pareja miro con duda el comportamiento agresivo de la piña con su acosador personal.
–Tengo entendido que ellos dos viven solos, ¿Me equivoco?–El comentario del azabache no hizo nada para aliviar el nerviosismo y la preocupación del castaño.
–Sí, Mukuro cumplió la mayoría de edad y se llevo a Chrome con él para alejarla de sus padres–La pelivioleta intentaba evitar que su querido onii-sama matara al peliblanco, por lo menos no con tantos testigos.
Tsuna aún recordaba con claridad el incidente que había llevado a la piña a tomar esa decisión, aquella vez a los doce años cuando la chica había quedado gravemente herida en el hospital por intentar salvar un gato, sus padres se habían negado a donarle algún órgano y nunca aceptaron que Mukuro sí lo hiciera, fue desde ese momento que, a sus catorce años, el pelo·piña había decidido madurar, aunque al parecer algo había salido mal en el proceso y había quedado trastornado, pero bueno, nadie es perfecto.
–Esa es una sorpresa, pero bueno, viven solos y ella es muy leal a su hermano y dudo que lo acuse de asesinato–Comentó el hombre más paciente y pacifista que Tsuna había conocido, después de los miembros de su familia claro.
–Definitivamente ella es la cómplice perfecta, sin embargo me niego a preocuparme por él–Tsunayoshi aparto la mirada de aquel trío, sin embargo no tardo en mandarles una mirada nerviosa.
–¿De verdad te crees capaz de dejarlo morir? No te imagino dejando a alguien en esa situación–Hibari se acerco al menor, cosa que provoco que el sonrojo del chico aumentara al igual que su nerviosismo.
–Bu-Bueno, no debes juzgar un libro por su portada–El castaño desvío la mirada debido a los nervios y la vergüenza.
–Es una lastima, lo que más me gusta de ti es tu portada–El azabache sonrió divertido al ver como el sonrojo del menor aumentaba a medida que se acercaba a él.
–¿M-Mi portada?–Sawada miro confundido al primo del novio de Giotto, léase como el chico frente a él.
–Sí, tu portada, también tienes otras virtudes tengo que admitirlo pero la imagen que tienes de ser una persona que quiere la paz del mundo es bastante curiosa–Tsuna ignoro el tono burlón de Kyōya y sin poder evitarlo él también se acerco al mayor.
Las amistades del chico de ojos miel miraban divertidos el comportamiento de aquellos dos, en realidad se habían extrañado al notar que aún no se habían besado, después de todo en todo el grupo la que más tardo en besar a su novio cuando apenas empezaban había sido Chrome, que tardo alrededor de dos horas más o menos, para suerte de todos, Gokudera y Takeshi se habían perdido hace ya mucho rato y a pesar de que la curiosidad los estaba matando, preferían espiar a Sawada que a Hayato.
Antes de que la linda pareja favorita de Hana culminara lo que habían empezado se anunció el inicio de las próximas clases, Hibari juro matar a todos y cada uno de los profesores mientras Tsuna se limitaba a sonrojarse, ¿Qué había estado a punto de hacer?
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Problemas con el amor
AcakSawada Tsunayoshi era huérfano, fue abandonado por sus padres biológicos y sus padres adoptivos, los Sawada, habían muerto en un accidente, por lo que quedo bajo el cuidado de Reborn, un agente del FBI con complejos de espartano y que también se enc...