Chrome miro confundida la escena delante de ella, el chico a su lado se limito a ruborizarse y desviar la mirada, ¿Qué demonios hacía la piña en aquella comprometedora situación? A la pelivioleta no le importaba demasiado el por qué ni el cómo, ella sólo se lamentaba de no tener una cámara cerca.
Mukuro abrió levemente los ojos y miro el extraño comportamiento de los recién llegados antes de sentar algo pesado sobre él, su cara enrojeció al darse cuenta del peliblanco semidesnudo sobre él, ¿Cuándo había llegado Byakuran a su casa? Más importante que eso ¿Cómo entro y por qué estaban ambos a medio vestir?
El Millfiore gruño al sentir el movimiento de su compañero, se aferró aun más al chico para que no se alejar de él, el rostro de la piña enrojeció aun más.
–Onii-sama, ¿Qué estuvieron haciendo mientras no estuve?–La chica miro con picardía a los dos chicos, Byakuran le sonrió ligeramente y el rostro de Ken siguió el ejemplo del de la piña.
–Chrome-chan~, ¡Cuanto tiempo sin verte!–El peliblanco se sentó sobre las caderas del menor ignorando sus protestas, Nagi guardaría esas imágenes para siempre en su memoria.
–Nos vimos ayer, Byakuran-san, pero eso no responde a mi pregunta–Comentó la sonriente y sonrojada chica.
–¡Fuera de aquí, maldito!–Mukuro reacciono y empujo al mayor fuera del sofá y de encima de él.
–Que cruel~, ¡Chrome-chan tu onii-san no me quiere!–Lloriqueo el de ojos violetas, la chica suspiro.
–¿Van a explicarme qué paso aquí o no?–Mukuro soltó el florero que había estado a punto de lanzar y miro a la chica.
–Pues yo no sé, lo último que recuerdo es haberme bañado y venir a la sala a ver televisión–Comentó la piña confundido.
–¡Oh~!, cuando llegue forcé la puerta y cuando vi a Mukuro-kun dormido decidí dormir con él–El mayor de todos los chicos sonrió como si fuera lo más normal del mundo.
–Nagi–La chica miro a su hermano.
–¿Digame, Mukuro-sama?–La piña miro con cariño a su hermana y al notar al otro chico lo fulminó con la mirada.
–No te olvides de testificar en favor de tu querido onii-sama–El peliblanco tuvo un mal presentimiento.
Esa noche, en la casa de los hermanos Rokudo los vecinos escucharon claramente los lloriqueos y quejidos lastimeros de una extraña voz masculina.
Cuando el castaño miro al peliblanco llegar a casa la mañana siguiente luciendo como si un tren hubiese pasado sobre él tres veces seguido de un par de hermanos de lo más sonrientes decidió no hacer preguntas.
Fran se encontraba junto al dúo de amigos, léase Bel y Kyōya, ambos universitarios lo miraban sin entender una sola palabra de lo que decía, el peliverde suspiro irritado.
–¿Podrían prestar atención a lo que digo?–Preguntó el irritado chico.
–Lo intentamos, pero para mi que estas hablándome en chino–Comentó el rubio.
–Yo sé hablar chino y te aseguro de que no entiendo nada de lo que dice–Fran suspiro, esos dos eran un caso perdido si no podían entender algo tan simple.
–Bel-senpai, tu te encargaras de presionar a Tsuna-nii hasta que decida declararse o lo que sea, Hibari-san usted sólo actuara normal y yo me encargare de hacer que todo esto funcione para seguir con mi vida y mis clubes–El menor de los tres se despidió cuando noto a sus amigos cerca.
Belphegor y Hibari observaron al peliverde alejarse, seguían sin entender del todo qué clase de plan tendría el francés en mente, al rubio le daba un poco de miedo el funcionamiento del cerebro de su pareja, aunque lo negase con renuencia, por su parte el azabache sólo esperaba que sea que lo fuese que planeara él menor funcionara a su favor.
Tsuna miraba ansioso las puertas principales de la universidad, Hibari-san debería haber llegado hace dos minutos y aun no daba señales de llegar, el castaño estaba empezando a preocuparse, Gokudera y Yamamoto sólo miraban a Sawada sin entender del todo el por qué de su comportamiento.
–¿Le pasa algo, Juudaime?–El mencionado se sobresalto al escuchar la voz de su tío y amigo.
–¡Hiiii!, ¡No me asustes! ¿Cuándo llegaron?–El menor se llevo una mano al pecho para calmar su acelerado corazón.
–Te saludamos hace diez minutos, pero nos ignoraste olímpicamente–Respondió Takeshi de la manera más alegre posible.
–¡Ah! Verdad, lo siento lo había olvidado–El castaño se ruborizó antes de que sus ojos siguieran acosando las puertas de la entrada.
Antes de que Hayato y Takeshi siguieran intentando sacarle conversación al menor, Hibari y Belphegor cruzaron aquellas puertas que habían estado apunto de recibir la furia asesina del hijo adoptivo de Reborn.
–Ushishishi~, te digo que yo no entiendo un cincuenta por ciento de lo que habla–El rubio noto la mirada de Tsuna.
–No los soporto a ninguno de ustedes–El mayor suspiro irritado antes de que ambos se acercaran a Tsunayoshi.
–Juudaime ya van a empezar las clases–Comentó el peliplata malhumorado al notar el sonrojo en el rostro del menor y su mirada fija para nada disimulada hacía cierto azabache.
–¿Eh? Bueno, lo mejor sera irnos sentando, ¿No?–El castaño enrojeció aun más al darse cuenta de lo que había estado haciendo.
El jugador de béisbol miro durante unos segundos a su mejor amigo antes de mirar al primo de Alaude, sonrió ligeramente al entender por fin todo lo que había estado pasando en la vida de Tsuna, sería divertido ver cómo se desarrollarían las cosas entre esos dos.
–Creo que conseguiste la aprobación del mejor amigo número uno–Comentó el rubio al notar las acciones del amigo de Tsunayoshi.
–¿Necesitaba aprobación acaso? Deja de decir tonterías y concentrate en prestar atención, no te voy a ayudar en los recuperativos–Regañó el mayor, Bel bufo molesto.
–Que aburrido eres–Murmuró el chico antes de seguir el amable consejo de su mejor amigo.
En alguna parte de aquella universidad cierta chica de cabello violeta miraba divertida a su hermano mayor, la piña estaba completamente ruborizada, el profesor de ciencia lo miraba molesto y el resto de sus compañeros no sabían si reírse o sentir lástima por el chico, por algún extraño motivo sus libros estaban manchados por chocolates y malvaviscos derretidos, definitivamente Mukuro mataría a Byakuran en cuanto lo viera, no le importaría dejar a la adorable Uni-chan sin hermano, Chrome se divertiría mucho viendo a su querido onii-sama intentando asesinar al hombre con el que llevaba dos años de relación, "Seguiré esperando el día en que quiera decírmelo".
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Problemas con el amor
RandomSawada Tsunayoshi era huérfano, fue abandonado por sus padres biológicos y sus padres adoptivos, los Sawada, habían muerto en un accidente, por lo que quedo bajo el cuidado de Reborn, un agente del FBI con complejos de espartano y que también se enc...