Conocidos

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Fran suspiro pesadamente al darse cuenta de que todas sus posibilidades de escapar se habían esfumado frente a sus ojos, por lo menos tenía la dicha de no estar solo y haber arrastrado a su príncipe caído y nii-san a aquella situación.

Superbi miraba con superioridad al trío de rehenes que tenía delante de él, Xanxus estaba muy ocupado mirando otras cosas como para prestarle atención a aquellos tres.

–Squalo-san, ¿Cuándo nos dejaran bajar de aquí?–Al escuchar la voz del castaño el azabache reaccionó y no tardo en dispararle, "¡Que viva la familia!"Pensó irónicamente el universitario.

–Callate, basura, no tienes ni siquiera el permiso para hablar–Gruñó el enojado primo favorito de Tsuna, cabe destacar que aparte de ese no tiene más.

–¿Sigues enojado por qué Tsuna-nii te gano jugando ajedrez?–Fue turno de Fran de servir como tiro al blanco.

–Yo ni siquiera sé jugar ajedrez. ¡Estabamos jugando bingo!–Squalo miro confundido a su pareja.

–Yo pensé que era monopolio–Comentó el espadachín, Tsuna suspiro irritado.

–Estábamos jugando piedra, papel o tijetas–Corrigió el castaño, Belphegor miro atónito las cara de estupefacción de los otros tres,.incluso Fran estaba atónito.

–¿¡Qué demonios!? ¡Eso explica porque no me hacían caso!–Sawada decidió hacerse el tonto e ignorar las quejas de los demás, aunque siempre era divertido ver a Fran como el primero en reaccionar.

–¡Voiii! ¡Hiciste trampa!–Grito el italiano de ojos y cabello gris, "Que falta de color".

–¡Muere, basura!–Xanxus levanto sus armas dispuesto a dispararle a su primo, en realidad el único que no tenía armas en esos momentos, además de Tsuna, era Belphegor, la verdad era un total misterio saber de dónde había sacado Fran aquel tridente.

Antes de que cualquier persona matase al lindo chico, alguien intento abrir la puerta, los italianos detuvieron sus movimientos y dieron una orden para que los otros hicieran silencio.

–¡Boss! ¿No esta allí? ¡Boss!–Fran y Tsuna notaron las miradas de molestia en el rostro de sus supuestos invitados y no tardaron mucho en hacer muecas divertidas.

–¿Debería decir que los han seguido?–El menor miro indeciso a su nii-san.

–No debes decir lo que es obvio, ¿Es que acaso no aprendes?–Los únicos de pie y no amarrados de cabeza en uno de los lados de las escaleras miraron con fastidio a los otros dos.

–¿Podrían dejar sus dramas familiares hasta que me vaya? No sé, sólo es una sugerencia–Comentó el aburrido rubio.

–A todo esto, ¿Quién eres?–Fran se tenso al notar la mirada de Xanxus sobre su pareja.

–Es uno de mis compañeros de clases, tenemos que realizar un ensayo de sobre algún caso en el que creamos que la justicia se equivoco–Comentó Sawada.

–Bastante convincente, sin embargo olvidas que te conozco desde que no eras más que una pequeña pulga–El azabache le hizo una señal a su querido espadachín para que soltara al rubio y al peliverde.

–Es por ese complejo de hermano que tienen todos ustedes que no he podido ser feliz en todos estos años, ¿Sabes lo difícil que es salir en una cita y explicarle a tu acompañante por qué un tipo con un látigo, uno con dos pistolas y una con una espada nos siguen?–Se quejo el castaño, Bel miro extrañado a su compañero, y cuñado aunque no quisiera.

–Eso sin contar las veces que el travesti se nos une–Comentó Squalo.

–No le digas travesti a Luss-neesan, y es mejor que los siga él a las veces en las que el loco de los paraguas encuentra al jefe–Se burló el menor.

–No es un paraguas es un pararrayos–Corrigió Sawada.

–¿Luss-neesan? ¿Conocen al hay de Lussuria?–La feliz familia miro con extrañeza al rubio.

–Que precisamente tu hables sobre la homosexualidad de una manera tan despectiva me da ganas de golpearte–Comentó el castaño.

–¿Cómo conoces a Lussuria?–Preguntó Xanxus extrañado, Tsuna decidió que era el momento de escapar, después de todo se había soltado hacen dos minutos y no tenía idea de por qué se había quedado de cabeza.

El resto del día los invitados sorpresa, todos los conocidos de Reborn son invitados sorpresa, se la pasaron hablando con Bel y Fran, al parecer los cuatro se habían llevado lo suficientemente bien como para que nadie le sacara los ojos al rubio, por ahora, cuando la noche llego y el universitario se fue los italianos decidieron que los más jóvenes debían ir a dormir, menos mal que Byakuran había decidido ir a acosar a su piña, que estaba falta de dinero y había optado de prostituirse con su novio a irse a alguna esquina, el paradero de Dino, sin embargo, era un total misterio, que por ahora no le importaba demasiado al castaño.

Por primera vez en muchos años, Tsuna se durmió con una sonrisa tonta, seguía sin poder creer que en serio sus sentimientos eran correspondidos, aunque seguía aturdido por el descubrimiento de que le gustaba un chico, pero bueno, nada sale como lo planeas así que, ¿Qué importa?

–¿Qué estas diciendo? Eso es imposible–Reborn bufo molesto antes de esquivar con facilidad una bala que iba en dirección a su cráneo.

–Si no vas a creerme para qué me pediste que viniera a espiarlos, además, yo nunca mentiría al decir que Tsuna trajo a un rubio a casa, ¿Qué sentido tendría?–Xanxus miro molesto al espadachín que lo acompañaba.

–Pero es que dame-tsuna no tiene amigos rubios con la descripción que has dado y mucho menos uno que se lleve bien con Fran–Comentó el hombre de fedora esquivando al enemigo, una serie de disparos se escucharon en el teléfono.

–Bueno, ¿Qué quieres que te diga? En serio que no te entiendo, hago lo que me dices y te molesta, no lo hago e igual te molesta, eres imposible de tratar–Las quejas de Xanxus fueron ignoradas mientras el agente del FBI se dedicaba a revisar los cadáveres del enemigo en busca de pruebas que inculparan al líder de toda esa organización.

–A veces siento como si estuviera en alguna serie de televisión, mis misiones son poco realistas y mi talento es sobrehumano–Reborn suspiro dramáticamente.

–De acuerdo, hablemos cuando estés dispuesto a creer las cosas que te digo, pero una cosa sí te diré, Tsuna andaba muy alegre hoy y según mis fuentes se paso el día con un chico que se parece demasiado a cierto conocido tuyo–Luego de decir aquello la llamada se corto.

Lal y Colonello notaron como la expresión siempre burlona de Reborn se transformaba en una de desconcierto total al ver la imagen que acababa de llegar a su celular, mataría a todos los Hibari por acercarse a su lindo hijo castaño, pero primero terminaría su misión.

Problemas con el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora