¿La verdad sobre Tsuna?

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Gokudera no entendía cómo se supone que había terminado en una situación así, es decir, de todos los conocidos que tenía Chrome ¿Por qué lo había escogido a él para que le diera un consejo? No tenía sentido.

–¿No debiste haber esperado y ver qué te decía?–La chica lo miro con los ojos llorosos.

–Pero es de Ken de quien estamos hablando, él nunca sentiría algo por mi–Gokudera suspiro.

–No sé como sea ese tal Ken, pero estoy seguro de que por lo menos te hubiese rechazado correctamente–Chrome bajo la cabeza.

–Gokudera-san, ¿Usted sabe lo que se siente ser rechazado por la persona que te gusta?–La pregunta de la pelivioleta le trajo muchos recuerdos al peliplata.

Hayato no podía olvidar el hecho de que varios días atrás había terminado saliendo con el friki del béisbol, su querido Juudaime le había pedido que se llevasen bien y lo estaba intentando, sin embargo nunca se espero que el azabache se le declarara y lo que es peor, lo besara y que Kurokawa los viera, desde ese día había estado evitando estar a solas con Yamamoto.

–Chrome, sinceramente yo siempre he pensado que lo mejor es mantener distancia con los demás para no ser herido–Respondió el chico después de un rato.

–¿Es por eso que no acepta sus sentimientos por Yamamoto-san?–Chrome miro extrañada al chico frente a ella, el dueño de la casa se ruborizó.

–No entiendo de lo que hablas, además no estábamos hablando de mi, eres tu la que estaba buscando un consejo–Se quejo el avergonzado peliplata.

–Me disculpó, supongo que debería ir con M.M ya que al parecer sólo busco consejos de personas que no aceptan su realidad–La ruborizada pelivioleta se dispuso a irse.

Hayato sólo pudo ver a la hermana de Mukuro irse, él era consciente de lo que sentía por Takeshi, no había necesidad de ser tan dura con él, a veces Chrome daba miedo, incluso con su corazón en una balanza buscaba ayudar y abrirle los ojos a los demás, Gokudera considero el darle una respuesta al friki del béisbol, después de todo no le era indiferente.

La pelivioleta suspiro, ¿Qué debería hacer? Tal vez el chico tenía razón y debió aceptar la respuesta de Joshima, sin embargo le daba demasiado miedo ser rechazada, sonrió ligeramente al recordar a su querido boss y a Hibari, tal vez el castaño había entendido su indirecta y esperaba que el peliplata siguiera su ejemplo.

–Siempre termino haciéndole caso a los consejos de boss y Gokudera–Murmuró para sí misma al ver al rubio que parecía haber estado buscándola.

Giotto miro a Alaude, el de ojos azules no lo miraba, estaba concentrado en grabar a su primo, a su parecer podría usar aquel vídeo como una manera de chantajear al azabache.

–¿Podrías escucharme cuando te estoy hablando?–Preguntó el irritado rubio.

–Estas ensayando tu encuentro con Tsunayoshi, ¿Por qué debería escucharte? Eres aburrido–El mayor ni siquiera miro a Giotto mientras decía aquello.

–Eso no me lo decías anoche–El Hibari mayor miro a su acompañante con molestia.

–Por supuesto que no, es divertido ver que tan torpe puedes ser durante la noche–Se burlo Alaude.

–Eres malo, a veces quisiera terminar contigo–Lloriqueo el menor.

–Te reto a que lo hagas, no encontraras a nadie que pueda soportar tu ego como lo hago yo–Se burlo Alaude sin tomar en serio a su pareja.

Giotto no tardo mucho en intentar matar al Hibari rubio, ¿Cómo podía ser tan insensible? Pero debía admitir que tenía razón, nunca encontraría a alguien como Alaude.

Tsuna miro disimuladamente en la dirección de aquellos dos, no tardo mucho en reconocerlos, debido a que Reborn le había mandado toda la información que tenía sobre uno de ellos y el otro era técnicamente idéntico al chico frente a él.

–Me pregunto si ellos son conscientes de que sabemos que están allí–Murmuró el castaño.

–Son bastante idiotas, no dudo que Alaude lo sepa, pero Giotto es otra historia–Comentó el azabache, Tsuna sonrió levemente.

–Hibari-san, ¿Alaude-san y usted se llevan bien?–El mayor se removió incómodo.

–Nos llevamos como es normal, supongo, de vez en cuando intentamos matarnos el uno al otro–Respondió incómodo, tenía suerte de que la idea de llevarse bien que tenía Tsuna estaba un poco torcida.

–Eso es genial, sobretodo porque ambos siguen vivos, tengo un primo que intenta matarme cada vez me nos vemos–Comentó Sawada con una sonrisa.

La conversación de esos dos duro otro rato más, ambos llegaron a la conclusión de que tenían muchas cosas en común, y que Giotto y Alaude eran idiotas, cuando notaron que se estaba haciendo tarde ambos se despidieron y Tsuna empezó a regresar a su casa, siendo consciente de la persona que lo seguía discretamente.

–¿Le gustaría pasar, Giotto-san?–Preguntó el castaño cuando llego a su casa.

–¿Cómo sabías que estaba aquí?–El mayor salio de su escondite y miro extrañado a Sawada.

–No es muy discreto que digamos–Se burlo Tsuna dejando al rubio entrar.

–Tsuna-nii llegas tarde–Fran detuvo su queja y miro extrañado al rubio.

–Me distraje un poco, pero ya estoy en casa no te preocupes–El castaño se divertía al ver aquella expresión desconcertada en el rostro de Fran.

–Creo que mejor me iré a dormir, mis ojos me están engañando, no puede haber un Tsuna-nii rubio, el castaño ya es demasiado insoportable–El peliverde se fue balbuceando sobre los defectos de Sawada.

Tsuna tomo la retirada de Fran como una señal de que no tendría que preparar la cena esa noche, por lo que fue a buscar algo de té para ofrecerle a su invitado, una vez sentados y con una taza de té frente a ellos el menor miro al rubio con una expresión bastante seria.

–He de imaginar que no sabes como decirme que eres mi hermano–Comentó el castaño al notar la duda en la cara de su acompañante.

–¿Ya lo sabías?–Giotto miro sorprendido al chico frente a él.

–Mi tutor es una persona que carece de delicadeza y piedad, me dijo que era adoptado cuando tenía alrededor de ocho años, cuando nos encontramos por primera vez le pedí a Reborn que investigara más a fondo todo lo referente a mi verdadera familia–Respondió el castaño restándole importancia.

–Ya veo, ¿Qué sabes?–Preguntó curioso, Tsuna suspiro.

–Vongola Giotto, hijo de Vongola Ricardo y Gokudera Bianchi, tu padre murió hace muchos años, Bianchi tuvo otros nueve embarazos y los aborto a todos menos al último, lo que me haría a mi el décimo niño que estuvo en su vientre y el segundo en nacer, producto de su segundo matrimonio con un hombre llamado Shamal–Respondió casi inexpresivo.

–Un hombre que no soportaba al sexo masculino, me mando a mi a un internado al otro lado del mundo y dio a su hijo varón en adopción–Añadió el mayor, Tsuna suspiro.

–Posteriormente asesino a su mujer cuando esta le reclamo el haberla engañado tantas veces, actualmente se encuentra en la cárcel–Finalizó el menor.

–Que vidas tan interesantes–Ambos chicos se sorprendieron al escuchar aquella voz que no tardaron en reconocer.

En la puerta de la cocina se encontraban dos personas de las que a Fran se le olvido avisar a Tsuna que habían llegado, uno de ellos tenía una sonrisa alegre y una bolsa de malvaviscos, el otro miraba desconfiado al que sería su rival por el cariño del castaño, el complejo de hermano que tenía ese chico era muy grande.
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Supongo que saben quienes han llegado a robar cámara(? XD

Problemas con el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora