Sorpresas para Tsuna

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Tsuna miro sorprendido a sus dos invidatos, ¿Qué hacían ellos allí? No recordaba haber sido informado de su visita, aunque Fran no era del todo confiable de todos modos.

Dino miraba con desconfianza al rubio frente a Tsuna, al parecer el verdadero hermano de Sawada había decidido presentarse, pero si Giotto creía que la tendría fácil estaba equivocado, el castaño sólo puede tener un solo hermano mayor.

–Hola, Tsunayoshi-kun~–El único de buen humor en aquella cocina fue el primero en saludar.

–Byakuran, ¿Qué se supone que hacen ustedes aquí?–Preguntó el confundido universitario.

–¿No lo sabes? Reborn hablo con Verde cuando lo asignaron como respaldo en su misión y al escuchar de todo tu estrés decidió que lo mejor sería mandar a alguien para que te ayudara un poco–Informó el rubio.

–¿Vienen a ayudarme?–Tsuna miro ilusionado a los hombres en la puerta.

–Por supuesto que no, ¿No ves caras de niñeras, Tsunayoshi-kun?–Se burlo el peliblanco.

–Creo que sera mejor que me vaya–Comentó Giotto mientras se levantaba.

–¿De qué hablas? Es muy tarde, puedes quedarte esta noche, somos hermanos después de todo–El menor sonrió levemente, Dino fruncio el ceño.

Byakuran le comentó a Tsuna que la supuesta ayuda llegaría en unos días y que Dino y él se quedarían sólo unos días, por algún motivo el castaño tenía un mal presentimiento sobre la identidad de esas personas.

Dino le mandaba miradas asesinas a Giotto al notar la amabilidad con la que el castaño trataba al rubio, el de ojos dorados por su parte hacía lo que podía para ignorar los escalofríos que le recorrían el cuerpo cuando le daba la espalda al otro rubio, por algún extraño motivo no se sentía muy bienvenido.

Durante el desayuno del día siguiente Fran se sorprendió de ver de nuevo al Tsuna rubio, cuando su querido nii-san le explicó lo que pasaba, también tuvo que darle una buena excusa de porque no le dijo nada sobre la llegada de los otros dos.

Tsuna y Giotto salieron juntos de la casa, debido a que la vivienda de la familia Hibari estaba en la misma dirección que la universidad del castaño decidieron que lo mejor sería conversar un poco.

–¡Buenos días, juudai...me!–Gokudera miro confundido a esa cara familiar que acompañaba a su querido décimo.

–Buenos días, Hayato–Saludaron ambos chicos al recién llegado.

Gokudera palideció cuando termino de reconocer al acompañante de Sawada, las palabras se atoraron en su garganta, ¿Cómo se habían encontrado? Siempre pensó que Giotto estaría demasiado asustado como para acercarse a Tsuna y que por ello podría ser feliz estando cerca del último hijo de su hermana.

–¿Te encuentras bien?–Tsuna se acerco a su mejor amigo preocupado.

–¿No esta molesto, Juudaime?–Giotto suspiro pesadamente, se sentía culpable.

–No hay motivo para estarlo, después de todo somos mejores amigos–Respondió el castaño, el peliplata sintió su alma volver a su cuerpo.

Durante el resto del camino los tres conversaron, Tsuna y Gokudera se enteraron de la relación que mantenía el rubio con el primo de Kyōya, por algún motivo el peliplata tuvo el presentimiento de que el mayor no sería el único en relacionarse con un Hibari, ese presentimiento no le gustaba ni un poco.

Kyōya y Alaude se miraron indecisos, ambos se preocuparon cuando el de ojos dorados no volvió la noche anterior, aunque ninguno de ellos lo admitiría, era por eso que se encontraban caminando en dirección a la universidad del azabache en silencio, tenían la esperanza de que ese idiota siguiera acosando a Sawada, que no debería tardar mucho en llegar.

–Nunca pensé que llegaría el día en que vería a los primos Hibari caminar juntos y sin heridas sangrando–Comentó Belphegor cuando los alcanzo.

Antes de que alguno de ellos pudiese decir algo, o atacar al chico, el objeto de su preocupación, acompañado de otros tres, se hizo visible cuando se acercaron a la entrada.

–¿¡Qué ustedes qué!?–Tanto el rubio como el castaño miraban perplejos al ruborizado peliplata y al jugador de béisbol.

–¿Giotto?–El rubio miro a quien lo llamaba por encima del hombro.

–Silencio, esto es importante–Alaude no tardo demasiado en irritarse, eso se ganaba por preocuparse por ese imbécil.

–Creo que sera mejor que entremos, ya después me explican todo y yo le aviso a Giotto–Comentó Tsuna al notar el mal genio del Hibari mayor.

Todos aceptaron la sugerencia, menos Giotto porque se dio cuenta de lo que hizo y conociendo el carácter de su pareja el castigo sería un poco cruel, pero no se quejaría demasiado.

El día de Sawada estuvo lleno de muchas sorpresas, el ver a Ken aparecer en su universidad durante el descanso y siendo amenazado por la piña le dio una señal de lo que paso entre el rubio y Chrome, Gokudera al final había terminado aceptando sentirse atraído por Takeshi y lo que más le impacto fue el hecho de que Bel le comento que había empezado a salir con Fran, ¿Qué demonios pasaba con el mundo?

–¿Te pasa algo, Tsunayoshi?–El castaño miro sorprendido al azabache.

–No, nada de que preocuparse Hibari-san, sólo pensaba–Respondió el menor ruborizado.

–Eso es raro, nunca te había visto tan distraído, ¿Estas sorprendido de que el idiota de Bel este saliendo con Fran?–Hibari se sentó junto a Sawada.

–Mentiría si dijera que no, pero en realidad lo que no entiendo por completo y lo que no sale de mi cabeza es la idea de que mis amigos están saliendo, ¿Esta bien que dos chicos tengan una relación amorosa?–Tsuna miraba con el ceño fruncido el comportamiento tsundere que estaba teniendo Gokudera con Takeshi.

–No veo que tenga de malo, después de todo el físico y el sexo de la persona no importa siempre y cuando haya amor, o eso es algo que diría Giotto–Comentó Kyōya, Tsuna sonrió.

–Supongo que es verdad, después de todo lo ideal sería enamorarse de la personalidad de la persona, ¿Qué clase de persona le gustaría a usted, Hibari-san?–Al castaño le pareció ver una expresión sorprendida y un leve sonrojo en el rostro del azabache.

Belphegor vigilaba a los enamorados desde la distancia, le dedico una mirada sabionda a Kusakabe, después de todo conocía lo suficiente a Hibari como para saber que en el momento en que el castaño hiciera preguntas sobre amor y esas tonterías no sabría que decir y entraría en pánico.

–Aquí es donde tenemos que intervenir–Comentó Bel y el azabache lo tomo como la señal de salvar a Kyo-san.

Cuando Tetsuya se llevo a Hibari Tsuna se sintió solo, por un momento se había sentido nervioso al esperar la respuesta del mayor, por algún motivo había esperado que él azabache le dijera que quien le gustaba no era nadie más que él.

–Esto tiene que ser una broma–Murmuró al por fin darse cuenta de sus sentimientos.

Problemas con el amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora