THE SADISTIC MIND

cap 12

  -¿____?— escuche una tranquila voz repetirse contra mi oído y los inconfundibles labios rosaban nuevamente con mi mejilla. Sin embargo el agotamiento no me había permitido abrir los ojos y después de unos minutos volví a sumergirme en la inconsciencia, hasta que una escandalosa alarma me despertó abruptamente. Golpe fuertemente el despertador a un costado de mi cama y me acomode plácidamente por debajo del enorme cobertor. Transcurrieron varios segundos antes de que mi cabeza reaccionara.
-Harry...— abrí los ojos confundida al no encontrarlo a mi lado y una pequeña nota se hallaba en su lugar.
-""____: John llamo muy temprano esta mañana, me vi obligado a irme, pero te veré mas tarde en el trabajo... deberíamos hablar""— las escasas palabras habían ocasionado un mal presentimiento en mi interior y los recuerdos de la noche anterior atacaban mi frágil conciencia. Por un instante me sentí estúpida. Me había dejado llevar por el torpe descontrol y ahora debía enfrentar las cosas con el maldito castaño. Yo suponía que quizás el intentaría zafarse de la situación y ciertamente no quería caer en ese tipo de juegos tontos. Me había encontrado en sucesos similares con los típicos chicos tontos que solo les interesaba vivir el momento sin remordimientos y no podía juzgar a Harry por ello, ya que yo había estado consiente y había cedido.
Harry era una persona mayor, a sus 24 años suponía que llevaba otro tipo de conductas con la gente, o para ser más exacto, con las chicas. El podía involucrarse sexualmente con alguien y no necesariamente significaría que le interesaba establecer una relación con esa persona. Por lo que simplemente opte por ignorar el tema antes de que el acontecimiento me destrozara.
Intentaría mantenerme serena ante la realidad, para evitar salir herida, mas no pude evitar sentir un leve dolor en el pecho que me dejaba frágil por mi aparente debilidad.

Me vestí rápidamente...
El aroma a café penetraba hasta mi habitación y camine presurosamente para encontrarme con el chico de la mirada celeste.
-Hola linda, ¿estás mejor?— pregunto en busca de mi rostro para observar la marca que se notaba levemente, aun con la gran cantidad de maquillaje que había utilizado.
-Si— vacile, tomando una taza para servirme de la bebida humeante, que ahora se había convertido en mi adicción.
-Bien... debemos irnos es tarde— inquirió tomando algunas cosas mientras yo ingería el café velozmente para seguirlo.

-No lo mires— reclamo mi mente al apreciar el perfecto cabello ondulado de espaldas a mi. Me atemorizaba su presencia y rogaba para que el no se diera la vuelta y yo evitara toparme visualmente con él, sin embargo eso era inevitable y los gigantescos ojos verdes no se demoraron en mirarme con estupefacción antes de forjar una discreta sonrisa a la que reaccione con desinterés.
Camine atraves del lugar, ignorando a Harry por completo, para evadir la situación con temor. Realmente no quería oírlo decir algo tonto que me hiciera odiarlo, prefería forzar desinteres para que el pudiese sentirse en la confianza de seguir con su vida sin tener la necesidad de decirme que en realidad yo no le interesaba lo suficiente. Pero Harry en verdad parecia interesado por hablar sobre el tema y constantemente se acercaba a mi con cautela, manteniendose neutro para murmurar con discreción.
-¿Podemos hablar?— pregunto repetidamente y yo continuaba evadiéndolo.
-Despues... ahora estoy ocupada— titubee nuevamente nerviosa para caminar lejos de él. Podia sentir su espesa mirada sobre mi a cada segundo, y su seriedad no me agradaba, estaba segura de que algo malo se avecinaba y no encontraba la manera de hacerle comprender que olvidara todo lo sucedido.
-____, en verdad necesitamos hablar...— replico arrebatándome un par de archivos que sostenía en manos, dejándolos en la mesa para luego jalarme con fuerza fuera de la oficina.
-Harry... por favor—rogué sin aliento y nos alejábamos rápidamente entre los corredores hasta que llegamos a una oficina que yo desconocía. Lucia como un lugar de proyección y Harry cerro la puerta con llave, dirigiendo su vista nuevamente a mí. No podía tolerarlo, su gesto no me agrada y el suspiro agachando la mirada con resignación, podía ver que le costaba hablar y sin poder controlarlo mas, lo detuve afónica.
-No te preocupes... enserio, esta bien— murmure entre cortada y el elevo el rostro sin expresión alguna.
-¿A que te refieres?— pregunto después de unos segundos y trague con fuerza para intentar lucir natural.
-Lo sé Harry, fue una tontería, en verdad no necesitamos hablarlo, fue algo que solo sucedió...—describí el suceso y Harry me miraba sin parpadear.
-Oh, si... lo se... es solo que supuse que querrías hablarlo— explico sereno— tu sabes, para aclarar las cosas... no quería que nuestra relación en el trabajo se arruinara— especifico y en verdad me esforcé para que su frase no me desmoronara en ese instante, ya que parecía ser que para Harry, yo solo era la irrelevante niña con la que trabajaba.
-Sí, claro... no... no te preocupes— tartamudee sin poder soportar el repentino dolor que me afligía y temí que el se percatara de ello, asi que sin mas que decir me dirigí a la puerta para huir de aquel ambiente tan nostálgico.

Corrí atraves de los numerosos corredores con la respiración cortada y apenas podía creer que la situación con Harry me destrozara de tal manera, que las lagrimas sobresalían por mis ojos sin que pudiese controlarlas.
No soportaba el dolor que me asfixiaba sin compasión y velozmente me adentre a los baños para encerrarme por largo tiempo con el corazón destrozado, a causa de Harry. Pensar en eso era sumamente extraño, pero era real. Yo sabía perfectamente que el castaño era irremediablemente insensible y aun asi, yo misma me había involucrado con él. Me sentí realmente torpe por todo lo ocurrido y llore ampliamente, tratando de desahogarme para olvidarlo todo.