24

9 0 0
                                    

-Pensé que habías mencionado algo acerca de un oso gigante— le recordé al observar uno de los puestos donde un grupo de enormes animales de felpa se encontraban exhibidos bajo las brillantes luces del lugar. El castaño permaneció en silencio y sin esperar mas se dirigio al sitio mientras yo lo seguía con inquietud.
-Que irónico ¿No crees?— cuestiono risueño con total seguridad al encontrarse de frente al insulso reto que debía realizar para conseguir el oso. Reí observándolo con gran fascinación y Harry tomo el rifle de plástico en tanto uno de los hombres del lugar se aproximaba para explicar el procedimiento.
-Debes apuntar a los patos... serán 5 puntos por cada ocasión en que aciertes... debes dispararle a 10 como mínimo para tomar uno de estos premios...— señalo el hombre a un grupo de peluches de tamaño pequeño— y si aciertas a los 20 podrás tomar uno de estos...— prosiguió señalando los premios mas grandes.
-Perfecto...— acepto el castaño sin temor, apreté los labios a causa de la desbocada impaciencia y en un segundo me encontraba atónita observando al enrulado derribar cada uno de los patos que aparecían frente a él. No tuve palabras para emitir en ese instante y me mantuve inmóvil hasta que Harry finalizo con un estupendo record de 100 puntos. Claro, él era un agente del FBI. Disparar era su profesión.
-Dame el oso más grande y gordo que tengas— pidió el victorioso chico, recibiendo de inmediato un gigantesco oso de felpa blanco y yo continuaba de pie en espera del momento que ocasionaba un maremoto en mi interior.
-Aquí tienes linda— susurro dulcemente entregándome el oso y tomando suavemente mi rostro entre sus manos para plantar un incomparable beso que me dejo casi al borde de la locura.
-Gracias— hable estupefacta y una ves mas fui guiada por Harry, para finalmente dirigirnos de vuelta a casa.
........................................

-¿Qué piensas?— pregunto susurrante. Su cuerpo continuaba aprisionándome contra la puerta de madera y yo apenas podía sostener el aire que se escapaba de mis pulmones en un simple suspiro. En tanto el enorme oso yacía en el suelo a un lado de nosotros.
-Nada...— titubee apenas audible y su rostro se encontraba a solo centímetros del mio. Harry sonrió levemente y mis ojos continuaban perdidos en los suyos, al mismo tiempo en que mis manos jugaban con las suyas entre el maravilloso silencio en que nos encontrábamos.
-Dime linda... ¿Que quieres hacer ahora?— pregunto con picardía sujetando mis manos con mas firmeza para elevarlas por arriba de mi cabeza y sus labios no se demoraron en atacar mi cuello entre estupendos besos que consumían mi piel. Gemí sin mas fuerzas en mi cuerpo y descendí mis manos por su cabello, dirigiéndome lentamente hasta su pecho para sujetar la tela de su camisa con gran excitación— Vamos a la cama— gruño mordiendo mi cuello y cerré los ojos sabiendo lo que se aproximaba, hasta que un inesperado movimiento nos interrumpió abruptamente. La puerta a mis espaldas se abrió de pronto y Harry tomo mi brazo con fuerza en el momento exacto, para impedir que yo callera hacia atrás.
-Hola chicos... ¿Qué tal su día?— pregunto un imprudente castaño de mirada celeste, que nos analizaba con suma expectación.
-Gracias Louis— suspiro el enrulado con sarcasmo mientras yo era comida vivía por la vergüenza y la incomodidad. Maldije con discreción entre dientes y sentía mi rostro enrojecido a causa del terrible acontecimiento. Con el nudo atado a mi pecho me incline para tomar al oso de felpa que continuaba en el suelo. Me aferre al objeto con el pánico recorriendo mi cuerpo y no me atrevía a mirar a Louis que mantenía la misma sonrisa burlona y lo único que me cuestionaba en ese instante era, si acaso el habría escuchado la insólita propuesta de Harry antes de que él abriera la puerta para interrumpirnos.
-Que lindo oso...— alargo fingiendo ternura y lo ignore para caminar de largo dirigiéndome a mi habitación, intentando no detestarlo por su evidente inmadurez. Escuchaba las discretas risas de ambos castaños desde mi correspondiente lugar, ellos parecían divertidos por mi atemorizada actitud, pero no demoro mucho tiempo antes de que me encontrara nuevamente con ellos, en cuanto aparecieron a la entrada de mi habitación.
-Cariño, ¿Quieres cenar?— pregunto Harry con despreocupación al hecho de que su fastidioso amigo se hallaba a su lado. Pero eso era obvio, después de todo ellos eran casi hermanos y supuse que Louis estaba consiente de mi reciente situación con Harry.
-Emm...— dudé.
-No te enfades _____, pediremos lo que tu quieras— ofreció el torpe Louis para destensar mi animo y suspire tratando de relajarme.
-Seguro— acepte forzando una pequeña sonrisa y finalmente seguí a ambos chicos para elegir entre una amplia gama de comida chatarra.
.............................

-Pensaba en algo mas... comestible— enfatizo Louis en señal de desagrado al apreciar de frente la cena que yo había encargado esa noche.
-Al menos inténtalo... te gustara— asegure aproximando la bandeja de sushi al par de chicos que se mostraban inseguros. Pude notar una vez más que Louis se negaba rotundamente, antes de que la resignación de Harry apareciera de forma inesperada. Lo observe en espera del suceso en cuanto el tomo una porción de sushi para llevárselo rápidamente a la boca. Pero de inmediato frunció el ceño con repulsión para escupir la comida premasticada en la palma de su mano.
-Que asco!— hablamos ambos al unísono y Louis carcajeaba ruidosamente mientras Harry regresaba el asqueroso bocado a la bandeja.
-Harry! eso es asqueroso!... ya no podremos comerlo— me queje disgustada, pero el aparentaba despreocupación.
-Pediré un pizza— afirmo inmediatamente, sobrepasándome en dirección al teléfono y suspire nuevamente resignada a la grasienta comida que aquel par de tontos me imponían.

THE SADISTIC MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora