27

6 0 0
                                    

Cruce las enormes puertas del edificio con el rostro pálido y el lodo arrastrándose a mis pies. Sujetaba en brazos las cosas que había conseguido en la casa del lago y me dirigía rápidamente a la oficina de Louis para narrarle el extraño anécdota anterior.

-Louis...— hable con la voz cortada, abriendo la puerta rápidamente para encontrarme con varias personas presentes.
-¿Dónde habías estado?— pregunto un despreocupado pelinegro que deslizo la mirada a mi sucio atuendo cubierto en lodo— ¿Qué te sucedió?— prosiguió curvando una pequeña sonrisa divertida por mi apariencia, pero Harry lo detuvo de inmediato.
-Olvídalo, eso no es importante...— pauso suspirando con desinterés, sin saber todo lo que en realidad había sucedido— Secuestraron a otra chica en Halton... Su nombre es "Camil Smith", desapareció ayer por la noche...— explico el enrulado y repentinamente todo el pulso cardiaco se me detuvo abruptamente.
Un impulsivo pensamiento rondo por mi cabeza y solté todas las cosas que llevaba en brazos, para dejarlas caer al suelo, recordando la temerosa voz femenina, de la persona que se encontraba encerrada en la casa del lago donde yo había estado solo un par de horas atrás.
-Era ella...—tartamudee con debilidad y los confundidos ojos de todos me observaron atentamente antes de que mi estabilidad se desvaneciera por completo.

-______!— escuche mi nombre una y otra vez, y mis ojos se abrían lentamente, encontrándose con cientos de miradas intrigadas por el suceso.
-No sabía que era ella... debí ayudarla—continué hablando sin control y el par de ojos verdes me analizaban atónitos.
-Ven linda, te llevare a casa— murmuro sin comprender mis delirantes palabras. El enrulado me tomo delicadamente en brazos y se dirigió a prisa hacia el ascensor, dejando atrás al grupo de agentes de la oficina, con excepción del par de chicos que lo seguían preocupados.
-Harry... creo que algo le sucedió, deberíamos hablar con John— sugirió Kevin nervioso.
-No, solo necesita descansar...—insistió mi tonto novio y yo luchaba para que mis palabras surgieran y pudiese explicarles todo, pero mi debilidad me lo impedía.
-Creo que Kevin tiene razón— apoyo Louis la teoría del paliducho— creo que ____ sabe algo que nosotros no— insistió el castaño con tono firme pero Harry se negó rotundamente.
-La llevare a casa— insistió sin rodeos. Las voces continuaban debatiendo durante el transcurso a los departamentos y yo mantenía los ojos cerrados sin fuerza para reaccionar.
.....................................

-Un maldito destornillador Kevin!— demando la inconfundible voz de Harry y finalmente abrí los ojos para observar a los tres chicos sentados a mi lado en la cama. Ellos parecían contrariados por alguna situación que yo demore en comprender, antes de divisar el pequeño maletín obscuro que yo había conseguido en la extraña casa e intentaban abrirlo con gran esfuerzo.
-Harry...— hable apenas audible intentando incorporarme, pero sus verdes ojos volvieron inmediatamente a mí.
-____, ¿Qué sucedió?— pregunto con suavidad, entregándole el destornillador a Louis para aproximarse rápidamente— ¿Qué sucedió mi amor?— susurro acomodándose plácidamente sobre mi cuerpo, impidiéndome moverme.
-Estuve ahí— murmure ahogada y sus labios rosaban mi mejilla con extrema suavidad.
-¿Dónde?— pregunto como un suspiro.
-En la casa del asesino... al otro lado del lago— inquirí con más claridad y sus labios se apartaron para que sus ojos me miraran con total estupefacción.
-¿Qué casa? ¿De qué hablas?— interrogo sobresaltado.
-Hay una vieja casa al otro lado del lago... oculta entre los árboles, rodeada de fango... ahí se oculta el asesino— explique en transe, con apenas un hilo de voz. Mi estado era crítico, me comportaba como una loca y Harry simplemente me miraba completamente pasmado.
-¿Cómo diablos lo sabes?— pregunto con un tono más demandante y de a poco mis sentidos iban despertando.
-Greg lo dijo— aclare desviando el rostro con resignación para apartarme de Harry. Me acomode en la cama, sentándome cuidadosamente mientras los tres chicos me observaban gélidos.
-¿Greg? ¿Greg Rowland?— hablo Harry de nuevo, frunciendo el ceño con disgusto— ¿Fuiste sola a verlo?— pregunto amargo y pude notar que comenzaba a frustrarse conforme transcurrían los segundos.
-Si... yo, yo te pedí esta mañana que me acompañaras... y tu dijiste...— tartamudee temerosa y él me interrumpió furioso.
-Te dije que hoy no podía... pero no debiste ir sola!— levanto la voz estrepitosamente y fruncí el ceño sin humor de reclamaciones.
-No me grites!— reclame sin una sola gota de paciencia— Tú no puedes decirme que es lo que debo o no debo hacer!... y si... fui para hablar con él...— alegue firmemente y Louis interrumpió cauteloso.
-¿Y qué dijo?— cuestiono con intriga.
-El dijo que había una casa al otro lado del lago, me aseguro que el asesino solía vivir ahí...— narre detalladamente y los tres chicos permanecían expectantes— Yo estuve ahí... tome algunas cosas e intente irme, pero una chica estaba encerrada en alguna especie de armario... creo que era ella...— explique, refiriéndome a la ultima desaparecida— pero me asuste y escape sin poder ayudarla... yo no sabía que...— intente justificarme, pero Harry me interrumpió de nuevo.
-Alto... Intentas decir que un asesino en prisión te entrego una dirección desconocida en un lugar deshabitado, donde quizás se esconde un maldito asesino en serie... y tu decidiste ir sola!... ¿Estás loca?— grito totalmente descontrolado y me paralicé sin encontrar palabras para defenderme.
-Lo siento... yo solo intentaba...— titubee en busca de una justificación a mi torpe comportamiento pero el enrulado se puso en pie para abandonar la habitación sin esperar que yo continuara.

Me ahogue sin saber cómo enfrentar la situación, pero entonces la exaltación volvió a mi cabeza.
-Ella sigue ahí!— reaccione poniéndome en pie y Louis y Kevin me siguieron.
-No entiendo nada— intervino el tonto pelinegro y simplemente ignore todo para dirigirlos de vuelta al edificio.
-¿A dónde diablos vas ahora?— exclamo el enrulado al ver que me dirigía presurosamente a las calles y no pude evitar reaccionar con furia.
-Quizás tú quieras quedarte aquí con los brazos cruzados, pero yo no permitiré que esa chica muera— Bufe con acidez, sobrepasándolo sin temor para dirigirme velozmente al auto mientras me percataba de que comenzaba a obscurecer y debíamos actuar sin más demoras.

-Despejado...— grito una voz desde el interior de la casa y un nudo se sujeto violentamente a mi estomago.
-No puede ser!— me ahogue sin aliento, adentrándome a la casa para observar el lugar completamente vacío.
-Quizás lo...— murmuro Louis pausado, pero lo detuve de inmediato.
-No lo imagine!— chille aguda con la furia descontrolándome. Todo mi esfuerzo había sido en vano— yo la escuche estaba encerrada ahí— señale el armario que ahora estaba abierto y John camino hacia el lugar sin expresión alguna.
-Probablemente el descubrió que estuviste aquí... y escapo con ella—inquirió pensativo.
-¿Pero cómo?— murmure confundida y un insulso enrulado apareció para terminar con mis dudas.
-Quizás noto que robaste todas sus pertenencias... si hubieras avisado a las autoridades antes de venir aquí sola... probablemente ahora el caso estaría resuelto...— alego amargo por el suceso y le destine una feroz mirada cargada de odio.
-Eres un imbécil... aléjate de mí— masculle sobrepasándolo con brusquedad para salir de la casa con el arrepentimiento azotando contra mi pecho. ¿Cómo pude haber sido tan tonta? Las lágrimas cubrían mis ojos y lo único que quería era huir de todo.
Me aleje a toda velocidad entre la obscura zona, corría sin control, no tenía idea de a donde me dirigía y no me interesaba, continué escapando a toda prisa, sin detenerme, alejándome de todo y perdiendo la noción del lugar en donde me hallaba, hasta que resbale torpemente, debido al fango que cubría los alrededores. Grite aguda con las lágrimas descendiendo por mis mejillas y la culpa atada a mi espalda.
Cubrí mi rostro con ambas manos y lloraba desconsolada. Ahora seria la tonta niña que arruino todo. Me reprochaba mi torpe actitud, pero un repentino susurro interrumpió mis pensamientos.
-Niña linda ¿Por qué no vienes conmigo?— cuestiono entre dientes con un tenebroso tono sombrío y eleve la mirada con terror, intentando encontrar a alguien entre las cercanías, pero nada parecía estar ahí— ¿Me has estado buscando?— continuo y trague con fuerza poniéndome rápidamente en pie. La claridad de la voz, me hizo percatarme de la realidad del suceso y estaba segura de lo que había escuchado. Una vez más me encontraba entre el estremecedor silencio y un imponente pánico atravesó mi estomago antes de que comenzara a correr de vuelta a la casa, donde se encontraban todos los agentes.
Mi respiración era caótica y el silencio parecía eterno, hasta que escuche los presurosos pasos siguiéndome y grite desgarradoramente al sentir un par de brazos que me tomaron con gran fuerza.
-_____!— grito el chico, totalmente desconcertado por mi reacción.
-Harry!... esta aquí... me hablo, me hablo— tartamudee sujetando sus brazos con terror y él me miraba gélido sin comprender.
-_____, tienes que calmarte— demando sorprendido por la forma en que me encontraba.
-No... te juro que lo escuche, estaba ahí— llore jalando de él con fuerza, sintiendo que en cualquier momento aparecería el asesino para atacarnos— debemos irnos!— casi grite sin control y él me tomo sin más rodeos entre su brazos para abrazarme con fuerza.
-Tranquila, mi amor, por favor... todo estará bien—asesó con preocupación y yo lloraba precipitadamente en su hombro.
-Arruine todo, soy una tonta... no debí venir sola...— lloriquee arrepentida y Harry respiraba agitado a mi oído.
-Solo fue un error ____... no eres una tonta— susurro suavemente intentando tranquilizarme— no debí culparte... lo lamento, es solo que... lo que hiciste fue demasiado arriesgado— explico entrecortado.
-Lo siento tanto— me disculpe aferrándome a él.
-No vulvas a hacer algo como eso ____... nunca— pidió con firmeza— no puedes perder la cabeza en situaciones como estas— explico tomando mi rostro para enfrentar mi mirada— piensa en lo que pudo suceder si el asesino hubiera estado en la casa— murmuro sin aliento, rodeando mi cuerpo nuevamente entre sus brazos con gran ímpetu. Sus palabras me habían aterrado y mi mente navegaba en el catastrófico suceso.
-Lo siento—repetí ahogada.
-Nunca vuelvas a irte sin mí, mi amor— pidió besando mi mejilla y asentí sin fuerzas para hablar debido a toda la presión que me asfixiaba— Te amo ____...— susurro repentino y me paralicé por la exorbitante profundidad de su frase. Lo mire sin palabras y no podía creer lo que había dicho, pero el momento fue interrumpido en cuanto me percate de la sombría presencia que nos observaba a solo un par de metros de distancia entre la plena obscuridad.

THE SADISTIC MINDDonde viven las historias. Descúbrelo ahora