Capítulo 6

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—No lo puedo creer, ¿en serio viste a Candace besándose con Cayetano?— pregunta Ximena mientras lleva una papita frita a su boca.

—Sh— tapo su boca con tres dedos y continúo hablando— Si lo gritas un poco más tal vez en Japón también te oigan. 

—Ja, Ja, si muy graciosa. Ahora explícamelo todo o lo grito hasta el otro lado del planeta.— lleva otra papa a su boca y sus ojos cafés se cierran al sentir su delicioso sabor.

Miro hacia el horizonte y veo a el resto de los Angeles y también a todo el equipo de futbol acercándose a nuestra mesa, la más grande de todo el comedor de la escuela.

—Luego te digo— susurro y sonrío para disimular ante Lucrecia y Yago.

—Wo-Wola a todos— grita Cayetano haciendo unos movimientos de pelvis que para el son realmente irresistibles pero en realidad son penosos solo que nadie se atreve a decírselo.

—Si, Wo-Wola a todos— repite Enzo que va detrás de todos.

Enzo siempre vino a ser el "wannabe" del grupo. El que imita lo que los otros idiotas hacen para encajar y nadie lo soporta. En serio, puede ser un poco insoportable.

—No es divertido cuando tu lo dices, idiota.

Levanto la mano y saludo. Todos toman asiento menos Giovanni que se da la vuelta para robarme un beso en la mejilla y también la atención de todo el colegio que solo trata de darle un mordisco a su hamburguesa, que es la especialidad de hoy.

Luego de tremendo show por fin Giovanni se digna a tomar asiento y a unirse en la conversación que se esta creando en nuestro entorno.

—Es obvio que ganaremos este año, como todos los años.

—No lo se ah— dice Cayetano.

Como lo vas a saber, ayer estabas metiéndole la lengua hasta la traque a la líder de las Diablitas.

Ximena me dedica una mirada y las dos explotamos en risa.

—Mi princesita y sus amigas ganarán. Ellas son las mejores porristas y las mejores en todo.— afirma Giovanni orgulloso de ser mi novio.

—Mi amor eres tan adorable como un osito de peluche— digo con la voz que solemos hacer al hablarnos así. Ya saben, aguda y tierna.

—No, tu lo eres mi cosita— responde él con el mismo tono.

—Dan asco.— reprocha Velma, como siempre envidiosa.

—Hola, ¿me puedo sentar con ustedes?— dice una pequeña niña que aparece de la nada.

—¿Porque quieres estar aquí, mocosa? Es una mesa para grandes. —gruñe Yago que de vez en cuando puede ser muy agresivo.

—Tranquilízate Yago— le ordeno.

—Quiero estar aquí porque ustedes son los más populares de la escuela y quiero ser como tú, Beatriz.

—Pues primero espera que te crezcan las tet...

Fulmino a Yago con la mirada y el deja de hablar.

—Tu eres genial también, linda. Puedes ser la más popular de tu grado, eso suena perfecto ¿no es así?

La niñita sonríe y sin previo aviso me sorprende con un tierno abrazo y sale corriendo.

—Wow, Giova ya te ganaste a alguien que cuide a tus futuros mocositos. —dice entre risitas Hugo.

Velma rueda los ojos, una vez más y yo solo sonrío.

100 maneras de detener el tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora