100 maneras de detener el tiempo

Capítulo 13

—¿Eres el del restaurante verdad?

—¿Restaurante? No. — afirma el castaño de cabello alborotado.

—Deja de mentir, ya se que eres tú.— miro su tatuaje fijamente y el al notarlo oculta su brazo detrás de su espalda.

—¿Sabes quien es Teodoro Sarmiento?

—No.

Miro fijamente sus ojos y una enorme sonrisa se dibuja en sus labios.

—¿De que te ríes? ¿Eres tú verdad?

—No, Barbie.

—¿Barbie?

—No dije Barbie.

—Si lo hiciste, Terry.

Ya no me engañará más y esta vez debe decir toda la verdad.

—No.

—Si.

—Aquí no, no es buen lugar para discutir sobre quien demonios soy ¿si? Sígueme. — extiende su mano y sus ojos fulminan una vez más mis ojos color océano.

Diez segundo para pensar.
¿Voy con el? ... No necesito ni cinco para saber que quiero ir.

Tomo su mano y  él me lleva por muchos callejones a paso rápido. Al llegar a una callecita la reconozco de inmediato.

Salta en el barril  y jala de la cuerda terminando arriba con una mano extendida.

—Manera de detener el tiempo número cuatro. ¿Tienes algo que ver con todo esto que me esta pasando verdad?— digo.

Él no responde.

Salto en el barril y sin su ayuda logro subir dejando su mano extendida.

—Ouch, eso me dolío.

—Al grano, ojos misteriosos dime quien eres.

—¿Como sabes que este no es otro sueño?

—¿Quien eres?

—Soy...

—¿Eres...?

—No puedo decírtelo.

—Eres Terry.

—No.

—Si, ya admítelo y comienza con la explicación que no tengo toda la noche.

—No te duele eh. ¿No lo amas ,verdad?— pregunta mirándome fijamente.

—¿De que hablas?

—Acabas de enterarte de que Giovanni te es infiel y no estas mal.

—No puedes opinar sobre eso, ni que pudieras leer mi mente ¿O si?

—Eres infantil, Barbie.

—De nuevo no, Terry. Ya se que eres tú.

—De acuerdo tu ganas. Ahora creo que tienes una neurona, esta bien para ser una rubia, supongo.

Entrecierro los ojos y maldigo en mi mente.