Capítulo 15

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N/A: Infinitas gracias por leer... especialmente por sus comentarios que como no me cansare de recordarles me ¡ENCANTAN!

Ok, nuestro viaje esta por llegar a su fin; así que calma y entereza, nada de homicidios cuando menos por ahora.;-)

Espero les guste y hasta mañana...

Ningún personaje es mío...




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***KATE***

Trague saliva; no tenía ni idea de lo que paso ahí. De lo que si estaba segura era de que no me necesitaba, la requería a ella. De que no me pidió que me quedara, se lo pidió a ella. De que no podía tocar su hombro para consolarle y ella no solo podía sino que lo había hecho. Di la vuelta impulsada por el llanto de Alexis. Sintiéndome inútil Salí del edificio. Una ráfaga de viento vaciaba el aroma de las flores que me rodeo dejando una codiciosa sed de echarme a llorar.

- Hola, tu eres la chica de las orquídeas ¿no? -, saludo la mujer que había salido del Loft.

Fumaba un cigarrillo parada sobre la banqueta; las grisáceas ondas flotaban tan sosegadas como los pensamientos de aquella mujer. Parecía que la profunda tristeza se le difuminaba en vaporosos suspiros. Sonrió apesadumbrada cuando se dio cuenta de que no tenía ni idea de quien era; como refugiándose de la soledad en mi mirada.

- si trabajo para el señor Castle como su publicista-, dije en tono profesional.

- ¡OH! - exclamo ampliando la sonrisa. - así que formas parte de las fuerzas enemigas, solo espero que no vengas a golpearme como la loca de Lucy-, rio.

Maldición como puedo ser tan estúpida es ella. Su ex esposa. La madre de Alexis. La recordé de las fotografías en la prensa. No debería de estar hablando con ella.

-No, no la golpeare-, dije con fastidio al ser comparada con la abogada.

-Pero sabes quién soy-, arqueo las cejas.

-Si-, asentí.

-Bien-, sonrió. -dime una cosa ¿hace cuánto que trabajas para Rick? -, dijo dándole una última fumada al cigarro para después soltarlo y aplastarlo contra el pavimento

-Algunos meses-, conteste mientras ella se acercaba.

-mmmhh...-se mordió el labio inferior. - ya veo, y supongo que sabes porque nos divorciamos, a Rick le encanta hablar pestes de mí.

-no, en realidad solo se lo que pude averiguar por la prensa-, dije tímida.

-por la prensa ¿eh? -, suspiro aliviada. -entonces sabes que Rick me fue infiel, pero apuesto a que tu jefe no te dijo que me engaño con Lucy

-No -, murmure.

-escucha, pareces ser una buena persona, te daré un consejo.... Ten cuidado con ese par-, señalo el edificio. -después de lo que me hicieron todavía pretenden quitarme a mi hija.

No podía sentir nada cuando esa mujer se fue. Nada, no sentía nada y sin embargo lo sentía todo. Espinas se hincaban en la piel provocando heridas tan superficiales como profundas. Debía estar loca para ver con tal claridad la nublada tarde. Para andar sin rumbo esperando llegar a algún lugar. Debía estar loca porque aun, pese a las palabras de aquella mujer, el deseo sobre sus labios seguía intacto. Las lágrimas habían convertido mi orgullo en un mito. Lloraba por él. Por algo que no me había hecho pero que me dolía igual. Lloraba por perderlo. Porque no era mio. Es que.... lo quiero... Maldita sea... si, lo quiero...lo quiero...lo quiero. Hizo que me enamorara de él. Sigiloso. Expectante. Nunca tomo un pedazo lo suficientemente grande de mi como para que advirtiera su falta; sino que se apodero de pequeños trocitos hasta que ya no quedaba nada de mi por robar. ¿Por qué?, ¡porque lo deje hacerme esto! Ahora solo puedo evocar sus brazos rodeándome en el coche. Solo puedo recordar sus labios contra los míos. Convirtió mi vida en recuerdos de él.

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