La Publicista

Capítulo 20

N/A: Infinitas gracias por leer y especialmente por sus comentarios.

Espero les guste y hasta mañana sino me asesinan primero, que con ustedes nunca se sabe…

Ningún personaje es mío…

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***RICK***

Esperaba en el solitario camerino. Kate había ido a decirle a Peter que preparara el coche. Los compromisos agendados se terminaron e iríamos a comer a un restaurant antes de regresar al hotel. Sentía el pecho ligero hasta que mi móvil vibro. Ninguna virtud hallaba en el infortunado nombre en la pantalla. Meredith. El destino giraba y la suerte se terminaba.

–si–, conteste pasándome la mano por la frente. Buscando cualquier indicio de una desconocida enfermedad que se transmitiría a través de la ponzoñosa voz de mi ex mujer.

–Rick–, mi nombre sonaba como un insulto. –Espero que estés disfrutando de tu viaje–, le escuche reír.

–que quieres Meredith–,masculle.

–tú ya sabes lo que quiero

–no dejare que dañes a Alexis.

–eso es lo que menos te debería de importar ahora, no has hablado con tu abogada eh, ...me sorprende que no haya corrido tras de ti

–Meredith, que hiciste–, le solté un puñetazo a la pared

–te daré un consejo llama a Lucy–, colgó.

"Llama a Lucy", claro que lo hare. Que estará tramando ahora. Los ojos de mi hija me acometían; la duda en su voz durante la llamada de ayer. Maldición debí poner más atención; debí suponer que algo la molestaba. Odiaba sentirme a la deriva; la incertidumbre. De qué diablos debía proteger a mi hija. Porque mi madre o Lucy no me han llamado para advertirme. La tranquilidad desertaba de mí.

–Lucy, que demonios está pasando Meredith acaba de llamar, pasa algo… es Alexis–, decía incoherentemente histérico.

–Rick escucha dime en que hotel estas e iré para allá–, tranquilizaba la abogada.

–¿Qué?... ¿Dónde estás?...¿estás aquí? – , rugí caminando por el encerrado camerino.

–Rick, estoy en el aeropuerto–, me decía Lucy en el teléfono.

Carajo. Si Lucy está aquí entonces es grave. Es lo suficientemente serio como para no decírmelo por teléfono; como para no esperar mi regreso; como para venir a buscarme. Corrí a la salida. Kate y Peter ya estaban frente al edifico. Ella me sonrió pero luego parecía haber visto un fantasma.

–Peter dame las llaves–, impere.

–señor–, dudo el chofer frunciendo el ceño.

–Las llaves–, ordene extendiendo la mano.

–Rick que está pasando–, dijo Kate mirando extrañada como Peter acataba la petición.

–Los veré en hotel–, dije montándome en el coche.

Acelere para alcanzar la luz verde del semáforo. Le dije a Lucy que iría a recogerla en el aeropuerto. No podía esperar. ¿Cómo podía simplemente sentarme a esperarla? Necesitaba hacer algo. Sentir que daba batalla. Lucy ya estaba parada en la acera. Me estacione a un lado de ella y baje la ventanilla. Abrió la puerta apenas me reconoció. Permanecimos en silencio; negando la presencia del otro; como si rehuyéndonos el problema no existiría.

–Rick–, trago saliva dejándome entrever la gravedad del contratiempo. – hice todo lo que estuvo en mis manos–, se excusaba antes de que yo supiera de qué diablos se trataba.