N/A: Infinitas gracias por leer..
Espero les guste..
Ningun personaje es mio..
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Siempre me han puesto nerviosa los aviones, "miedo a volar" concluiría cualquier psicoanalista, de hecho, me da miedo todo lo que eleve mis pies del piso incluido el amor. Sin embargo aquí estoy, intentado que el avión al despegar aterrice mis pies, que su vuelo me distancie de él.Han escuchado, leído o contado esa clase de historias con las que te inflas a suspiros. Si, pues yo la viví.
"Él, era como el viento en un día caluroso, si tenías suerte venía a ti como una brisa regándote la frescura de una caricia. O tal vez simplemente era como el viento, libre, airado, presuntuoso. Si, era como el viento, pues se sabía intangiblemente inalcanzable. Era como la alegre hojarasca bailando su propio tempo, subiendo, bajando, jugueteando a tus pies."
Les gustaría conocer mi historia. Creen que narrándoselas tal vez logre entender porqué ahora rezo el avemaría mientras la azafata me sugiere que me abroche el cinturón. Bien, todo comenzó...
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Ahí estaba, frente a frente con la computadora tratando de terminar el informe para mi jefe, era otro día normal en la espera eterna de "el verdadero sentido de la vida", corria el riesgo fatal de perderme en ese mundo de papel, sin lograr nunca conseguir el asenso que me permitiría trabajar como publicista. Cansada me acomode un mechón de cabello tras la oreja, levante la vista para estudiar el avance en la fatigosa tarea de sus compañeros.
El teléfono sobre mi escritorio sonó distanciándome del monótono ambiente de la oficina, mi jefe quería verme, agradecí al cielo el tener la oportunidad de interponerme en el romance de mi trasero y la silla. Camine inconsciente de mi destino, a la oficina de mi jefe, no es mal tipo, pero es desagradable, todo en él es desagradable. El rancio aliento a cigarro y café, los dientes amarillentos y la mancha grasienta en la camisa, un olvidado, otra víctima de la implacable realidad, pero quien es perfecto después de todo.
- Adelante Señorita Beckett-, me dijo al verme parada en el marco de su puerta.
Y entonces todo había terminado, 5 años desde que salí de la universidad, 5 años esperando la oportunidad de que se me asignara un cliente, 5 años y era otra chica desechable de las copias. uff...5 años...
Luego de recoger mis cosas, salí decorosamente del edificio, "la frente en alto", me dije. La caja de cartón que contenía los últimos 5 años de mi vida (por si so se los había dicho) se balanceaba por el temblor de mis manos, no me sentí engañada, usada, desperdiciada o herida, pero mi cuerpo se empeñó en hacer parecer lo contrario, entonces comencé a llorar, sin gemidos o sollozos, solo llore. Me detuve en la esquina y me limpie la cara contemplado la verde luz del semáforo. Comencé a cruzar la calle en cuando la luz cambio a rojo, de pronto ¿un empujón? , seguido de un agudo grito, esperen, ¿estaba gritando?, vi que los últimos 5 años de vida literalmente pasaron volando frente a mis ojos mientras caía al suelo, ¿qué diablos está pasando?, te atropellaron idiota, respondí a mi muda pregunta.
-necesitare otra caja-, murmure. Entonces todo desapareció.
Creo que despabilo, se escucha a lo lejos el quejumbroso llanto de un niño. Percibo el inconfundible aroma de un hospital, ya saben, a esa triste mezcla de cloro, desinfectantes, amoniaco, alcohol, yodo y lágrimas. Pero no recuerdo como llegue, el ruido de las sirenas de la ambulancia, el frenético paseo de la camilla en el pasillo del hospital, nada, estoy totalmente en blanco. Trato de abrir los ojos.
-Hola bella durmiente-, saludo una voz mientras mis parpados revoloteaban desesperados por alcanzar la conciencia - ¿necesitaras un beso para despertar? -, pregunto serio.

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La Publicista
Fiksi PenggemarEs un AU completamente, Kate Beckett es una publicista a la que acaban de despedir cuando se topa con un desconocido.