Dipper
No había visto a Bill desde que me descubrió llorando por una fotografía en la que estábamos juntos mientras la abrazaba contra mi pecho, y eso había sucedido meses atrás. Ahora, nuevamente me encontraba libre de escuela y trabajos, en la habitación que tantos recuerdos me traía.
Sí, había vuelto a Gravity Falls con la esperanza de ver a Bill una vez más, y sí, estaba instalándome en el cuarto que él había usado el verano pasado.
¿Masoquista? Para nada, simplemente me gustaba la sensación que me proporcionaba esa parte de la cabaña, podía sentir como si su calor estuviera envolviéndome al momento de cruzar esa puerta.
—Brobro, ¿ya te has ubicado? —di un respingo al oír la voz de Mabel, y giré mi rostro hacia ella mientras seguía doblando mi ropa para guardarla en el armario— ¿Aún no has terminado de desempacar?
Suspiré y le sonreí, volviendo la vista al armario.
—Mabel, llegué hace tan solo media hora, y debería estar descansando y no haciendo esto —sonreí de lado e hice un vago ademán de manos, señalando la ropa y el mueble.
—Vale, vale, eres tú quien no quiere dormir en el bus después de todo —rió, y realizó un vago ademán de manos antes de retirarse.
Quedé sumido en un reconfortante silencio en la oscura habitación, y sin perder tiempo me arrojé boca abajo en la cama, escondiendo mi rostro en la almohada. Un ligero sentimiento de abandono me invadió en el pecho cuando noté que las sábanas y las almohadas olían como el bosque, y no de esa forma tan elegante que habían adquirido por el cuerpo de Bill.
Extraño de explicarlo, su olor natural era delicioso y, por alguna razón, me hacía sentir que era una persona sumamente elegante.
Bufé, y abracé la almohada sin dejar de enterrar mi rostro en ella. Deseaba con todas mis fuerzas que las sábanas recuperaran la esencia de Bill, aunque sabía que sería imposible.
—Huh... ¿por qué has vuelto? —abrí los ojos como platos al sentir un pequeño peso en mi espalda, que se movía en círculos sobre mí.
Era como un bebé que estaba caminando en mi espalda, pero era muchísimo más ligero. Y entonces lo deduje.
Bill...
—¿Bill? —volteé mi rostro intentando no tumbarlo o que perdiera el equilibrio.
Él giró el ojo, y me dio un golpe —que no dolió, a decir verdad— en la cabeza con su bastón, antes de empezar a levitar hasta una silla del otro lado del cuarto, junto a la puerta.
—¿Podrías responder a mi pregunta, niño? —me miró de una forma que me erizó los vellos de la nuca, y me senté como indio sobre la cama.
—Solías llamarme Pino —murmuré inconscientemente para mí mismo, tomando la almohada y poniéndola sobre mis piernas.
—Me da igual como te llames y los apodos absurdos que te habré puesto —frunció levemente el ceño, o al menos eso parecía—. Contesta.
Suspiré pesadamente y me crucé de brazos sin parecer —ni estar— molesto, le miré a su único ojo que me observaba con algo de molestia y curiosidad, y hablé un tanto inseguro.
—Porque son vacaciones, no hay escuela ni estudios... y quería volver a ver Gravity Falls —murmuré.
Bill entrecerró su ojo y me miró de una forma que me hacía sentir que estaba desconfiando de mis palabras, ¿a caso no podía simplemente leer mis pensamientos?
Desvié la mirada ya bastante avergonzado, sólo esperaba que no preguntara algo que implicara decirle que sólo quería verle y esa era una de las principales razones por las que estaba en ese cuarto, más bien, en ese pueblo.
—Te lo preguntaré una vez más —habló con tranquilidad, pasando su bastón de una mano a la otra con lentitud—... ¿por qué has vuelto?
Apreté los labios formando una fina línea con ellos y lo miré, estaba seguro que él ya sabía la razón pero por algún motivo quería que se lo dijera yo mismo, y no tenía otra opción más que hacerlo.
—Porque quería verte —murmuré, bajando la mirada al piso de madera.
Oí un pequeño y algo agudo gruñido proveniente del demonio isósceles, y levanté la vista para verlo, notando que su ceño parecía extrañamente fruncido. El color amarillo natural de su piel ya no estaba, en su lugar había un atemorizante y fuerte color rojo, mientras sus ojos se volvían blancos con la esclerótica negra.
Parecía realmente molesto.
—¿D-dije algo malo? —tartamudeé, genial, no había cambiado ni un poco y mi voz seguía poniéndose insegura en los peores momentos.
Él suspiró cerrando su ojo, y volvió a la normalidad de un segundo a otro. Aún me sorprendía su capacidad y molestarse y calmarse en pocos segundos.
—Yo me largo de aquí —masculló, y desapareció.
Sentí la comodidad del colchón en mi pecho de un momento a otro, y algo suave justo en mi rostro, obstruyendo levemente mi respiración. Apoyé mis antebrazos en la cama y levanté mi torso los centímetros suficientes como para ser capaz de ver todo a mi alrededor, dándome cuenta que, cuando estaba con Bill, la habitación había perdido el color.
Suspiré. Él no tenía cuerpo físico y por eso la única forma de hablarle sería en la MindScape.
—Esto apesta, maldición —dejé caer mi cuerpo de nuevo en el colchón, cerré los ojos intentando dormir.
—o—
No se la esperaban eh? eaeaeaea ahre
Si no se entendió, Dipper quedó "dormido" (como en el tejado con la laptop) por culpa de Bill ya que lo mandó a la MindScape (???)
Mis historias siguen sin tener sentido, aire
Soy re BIPOLAR KDJNFKJNJ dije que iba a hacer una secuela basándome en una visión de Bill (idea de una lectora), pero alv la cagué en una parte de CAMM y no tendría sentido sjjsjs
Me gua matar, sopermi
ESTÁS LEYENDO
MindScape •BillDip•
FanfictionLa existencia de ese leve odio hacia aquel castaño que alguna vez amó ya era malo, pero, ¿qué tan malo era verlo únicamente en la MindScape? •Secuela de Conociéndome a mí mismo. •Yaoi (chicoxchico) •Lenguaje vulgar. Créditos de la portada: @BooksLov...