Dipper
Desperté al sentir un peso en mi abdomen, pero no abrí los ojos. Creí que era Pato de nuevo, que de alguna manera había logrado entrar a mi cuarto y subirse a la cama. Pero descarté completamente esa idea en cuanto, con mi mano, intenté empujar a lo que pensaba era la mascota de Mabel. Me sorprendí al abrir los ojos y encontrarme a Bill, con la cabeza reposando sobre mí y abrazándome las caderas.
Parecía estar dormido, su respiración era lenta y calmada, tan relajante como aquellas veces en las que había despertado en la madrugada por alguna pesadilla y sólo su respiración lograba tranquilizarme. Ni siquiera noté que no estábamos en mi cuarto, ni en un lugar que haya visto antes.
Había poca iluminación, menos de la que me gustaría, pero era suficiente para ver el armario y el escritorio que decoraban el lugar; las cortinas que cubrían las enormes ventanas eran de un color oscuro, probablemente el mismo tono del vino, y una gran alfombra negra estaba junto a la cama y frente a la puerta.
Acaricié la cabeza de Bill, enredando suavemente algunos mechones de su cabello en mi dedo índice, jugando con ellos, hasta que, en algún momento que yo estaba perdido observando cada centímetro y detalle del lugar, se acomodó aún sobre mí y apoyó su mentón en mi abdomen, sonriendo.
—Hola, Pino.
—¿Dónde estamos?
Se quitó de encima y se sentó a mi lado, estirándose como un gato, sin quitar esa sonrisita de su rostro. Por un momento se me ocurrió preguntar la razón del por qué su aparente buen humor.
—No deberías preocuparte —al igual yo, observó la habitación algunos segundos, dándole especial atención a las cortinas y los diseños grabados en la puerta de madera que al parecer daban a un pasillo oscuro—. Es sólo un sueño.
—¿Un sueño? —lo miré con una pequeña mueca y me senté también, sin poder evitar extender mi mano hacia él para acariciar su mejilla, como si esperase a que en cualquier segundo se evaporara y todo se transformase en una horrible pesadilla.
Parecía estar a punto de decir algo, pero en cuanto mis dedos tuvieron contacto con su piel selló sus labios con una hermosa sonrisa. Lo miré en silencio, sonriendo también, y posó una de sus manos sobre la mía para acariciarme con sus pulgares. Ese simple tacto me hizo sentir tan bien, su calidez seguía siendo la misma y eso me encantaba.
—Yo soy real —dijo, antes de que su lado infantil y bobo regresara—, ¿quieres que te lo demuestre con más mordidas?
Solo reí y me acerqué a él para darle un corto beso, y al volver a pensar en sus palabras recordé a Mabel. Le tomé del rostro con ambas manos, e intenté sonar lo menos nervioso posible.
—Bill, Mabel vio la mordida que me dejaste y se molestó conmigo porque cree que mentí cuando le dije que fuiste tú —hablé claro, no quería molestarlo, pero su expresión ya me decía cuál sería su respuesta—. ¿Podrías visitarla en la mindscape? Quizás... decirle que estás bien, que estás... vivo.
—Dipper, no estoy vivo —giró los ojos y me tomó de las muñecas para quitarse mis manos de encima, no fue brusco y agradecía por eso—, es más complicado. Además, ¿cuál es el problema? Se molestó, ¿y qué? ¿Morirás? ¿Eso te matará?
Poco a poco fui frunciendo el ceño, y me prohibí a mí mismo darle demasiada importancia a esas palabras, no podía enfadarme con él luego de todo lo que lo había extrañado.
—Creí que Mabel te agradaba.
—A Bill humano le agradaba, y se murió.
—¿También murió el Bill que me amaba y quería verme bien?
Mordí mi lengua con fuerza luego de decir eso, ¡ni siquiera pensé en lo que dije! Quería disculparme, realmente quería, aún más al ver su expresión, parecía terriblemente sorprendido. No podía creer lo que estaba haciendo.
—¿Qué quieres decir con eso?
Suspiré y cerré los ojos.
—Nada, olvídalo, lo siento —volví a mirarlo, se veía irritado pero no lo suficiente como para irse y volver a dejame solo.
—Eres un idiota, un completo imbécil si crees que he dejado de amarte —no dije nada, no sabía qué decir. Pensé que sería mejor dejarlo terminar, dejar que se desahogase y me insultara todo lo que le viniera en gana—. Te amé desde siempre, ¿entiendes? Desde antes que volviera siendo un humano hace un año. No fue la primera vez que fui mortal, y no fue la primera vez que me enamoré por completo de ti. ¡En cada vida que has tenido, yo estuve ahí, amándote y dejando que lo estropearas todo al último minuto! Siempre terminamos de la misma manera, siempre esperando que fuese de noche para yo poder colarme en tu estúpida mente.
No fui capaz de quitarle los ojos de encima mientras hablaba, él en cambio evitaba el contacto visual. Durante todo su discurso, observó sus manos, el colchón debajo de nosotros, o hacia un costado. No sabía si sentir ternura por su comportamiento o culpa por sus palabras.
—Siempre fuimos felices hasta cierto punto. Hasta que me rendí, me rendí completamente a entenderte a ti y a cada aspecto diferente que has tenido en cada vida —negó ligeramente con la cabeza, y para ese entonces yo ya estaba intentando tragar y deshacerme de ese nudo en mi garganta—. La cagaste bien grande, Dipper, por eso te odié, por eso planeé miles de años una forma de que no volvieras a morir y yo no tuviera que repetir la historia una vez más.
—El raromageddon...
—La historia se repitió dos veces en una misma vida —soltó una pequeña risa, como si estuviese riendo para no romperse a llorar.
—Amor —dejé un beso en su frente, y sus mejillas se tornaron rojas. Mi rostro y orejas también ardieron; jamás pensé que me sentiría tan bien llamándole a alguien por apodos cursis—, te juro que esta vez no la voy a estropear.
—Lo hiciste en la fiesta.
—¡Estaba ebrio e idiota, lo siento!
El ver la pequeña sonrisa en su rostro me hizo sonreír también, él rió en voz baja y yo me dediqué a escucharlo y guardarlo en mi memoria. Dejé un beso en la comisura de sus labios, y junté nuestras frentes.
—Tienes una pregunta —dijo en prácticamente un susurro, que había sonado más una afirmación que una pregunta—. Dila.
—¿Qué te hizo rendirte?
Me alejé de él para verlo, y un escalofrío me recorrió la espalda cuando encontré entre sus mejillas una cínica sonrisa. Ahí recordé que era un demonio con quien estaba tratando, y exactamente con Bill Cipher, y quise despertar.
—Velo por ti mismo, hijo de puta.
—o—
Explicarles las razones de mi inmensa tardanza sería dar excusas y hablar de mi vida personal. Por eso sólo les voy a pedir disculpas, y prometer intentar traerles al menos un capítulo los sábados. Sé que dije esto un par de veces y sólo duró un tiempo, pero esta vez en serio estoy apenada por llevar creo tres meses sin actualizar ni dar señales de que voy a continuar las historias, que voy a intentar que dure lo más que se pueda.
Cambiando de tema, hace un tiempo creé un grupo de whatsapp (que está medio muerto porque dije que agregaría más gente alv), y cualquiera que tenga mi número sabrá que cuando me preguntan sobre las fics las respondo aunque dé spoiler y hasta paso screenshots cofcofmooncofcof. 😂
Y en este grupo vamos a poder joder un rato, disfrutar de spoilers y se les va a hacer más fácil exigirme que actualice ahre pero ya posta si alguien quiere entrar me dice juju
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MindScape •BillDip•
FanfictionLa existencia de ese leve odio hacia aquel castaño que alguna vez amó ya era malo, pero, ¿qué tan malo era verlo únicamente en la MindScape? •Secuela de Conociéndome a mí mismo. •Yaoi (chicoxchico) •Lenguaje vulgar. Créditos de la portada: @BooksLov...