Amber's POV.
De: Amber.
Para: Tiffany.¿Donde estás? No me dió tiempo de despedirme de ti, ya estoy llegando a Stanford.
De: Tiffany.
Para: Amber.Nunca me gustaron las despedidas.
De: Amber.
Para: Tiffany.Bueno, igual nos veremos cuando vengas para la boda de tu amiga.
Sin esperar una respuesta, guardé mi móvil mientras veía el campus de la Universidad, era enorme. Había gente por todos lados, animadoras, estaba la mascota del equipo, todo se veía como en mis sueños. Crucé mirada con una castaña y por unos segundos sentí una corriente inexplicable atravesar mi cuerpo. Volví a acomodarme en el asiento y a dirigir mi vista al frente, me sentía extraña luego de éso.
- Señorita, hemos llegado a su edificio.
- Muchas gracias. - bajé mi maleta y me ajusté la mochila que traía en la espalda.
- ¿Es Amber Liu? - preguntó un chico captando mi atención.
- Sí, soy yo. - él sonrió.
- Cory la está esperando en la entrada.
- ¿Quién es Cory?
- Es nuestro mariscal de campo, es alto, y tiene una gran sonrisa.
- ¿Una gran sonrisa?
- Nos vemos. - el chico corrió por las canchas y lo perdí entre tanta gente, me acerqué a la entrada y no veía a nadie con sus características.
- ¿Me buscabas? - salté de la impresión y me giré, encontrándome con un chico altísimo.
- ¿Eres Cory?
- Cory Monteith, un placer.
- Vaya, sí tienes una gran sonrisa.
- ¿Tú lo crees? - asentí.
- ¿Para qué querías verme?
- El decano me mandó a mostrarte toda la Universidad.
- Eso es genial, pero quisiera dejar mis cosas en mi habitación antes. - él observó mi maleta y la cogió.
- Te guiaré hasta tu habitación, es la 2516.
- ¿2516? - suspiré por el recuerdo.
- Es una de las mejores habitaciones, debes ser buena en lo que haces.
- Me quiero especializar en fotografía.
- Eso es estupendo, podrías ayudarme con el baile de Otoño.
- No, no, no. - caminé más rápido y él consiguió alcanzarme.
- Oye, está bien. No tienes que hacerlo, pero creí que te gustaría.
- No es porque no quiera ayudarte, es solo que no me gustan los bailes.
- ¿Porqué no?
- No me gustaría tocar ese tema ahora, más adelante quizá pueda contártelo.
- Está bien, tenemos mucho tiempo para conocernos.
- ¿Y qué estás estudiando?
- Derecho.
- Eres valiente, yo no podría.
- Te invito a que me acompañes mañana a un juicio.
- ¿Un juicio?
- Sí, siempre nos llevan como espectadores.
- ¿En serio puedo ir?
- Solo si cuando el juicio acabe me enseñas a manejar una cámara.
- No creo que no sepas..
- Mi familia siempre se quejaba de que no sabía tomar las fotografías, y mis amigos igual, así que hace años que no toco una.
- Para que no te dejen tocar una cámara debes ser muy malo.
- El peor. Pero ya tengo alguien que me enseñe.
- 2516, es aquí. - señalé la puerta que tenía en frente, él sonrió.
- Tu compañera es algo difícil, pero tranquila, no es una mala persona.
- Solo dime que no es una chica engreída.
- No lo es, solo es difícil. Como.. diferente.
- Lo diferente es agradable.
- Claro. - él trataba de animarme, y empecé a preocuparme.
- Bueno, es hora. - toqué la puerta y en segundos escuché pasos aproximarse.
- Hola, compañera. - abrí un poco mi boca, no podía reaccionar.
- Te veo en veinte minutos en la cancha de fútbol, suerte. - Cory susurró todo en mi oído, y después salió corriendo, literal.
- ¡Tiffany! - la abracé y ella abrió sus piernas para acomodarlas alrededor de mi cintura.
- No creí que te alegraría tanto verme.
- ¿Estás bromeando? Es increíble tenerte aquí, además compartiremos habitación.. ¿porqué nunca me dijiste que estudiabas acá?
- Porque tenía que ser una sorpresa..
- Esto es.. ¡VAYA! - grité y la gente en el pasillo me miró.
- Mejor entremos. - ella me jaló hacia adentro riendo.
- Esto es increíble. - le pegué suavemente en el hombro.
- Auch. ¿Eso porqué?
- Porque me hiciste pensar que no te importó que me vaya, y traté de no parecer enojada en mis mensajes, pero lo estaba. - ella me volvió a abrazar.
- Lo siento, pero valió la pena.
- Lo valió.