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Más le miraba, y más le gustaba.

Taehyung le gustaba.

Mierda, cuánto le gustaba.

-¿¡Me estás escuchando!? -su amigo abrió mucho los ojos, haciendo un puchero inconsciente con el labio.

No sólo era simpático y un fiel amigo, sino que era tierno y muy sexy. ¡Dios mío! Kim Taehyung tenía lo mejor de dos mundos.

-Sí, sí -Jungkook asintió con la cabeza, sonriéndole con todos los dientes.

Taehyung pretendió mirarlo serio, pues sabía que el menor no le estaba prestando atención; sin embargo terminó por sonreír con los labios apretados y rodar los ojos.

-¡Te estaba hablando de Hoseok! ¡Hace exactamente veinticuatro horas que no me habla! -el chico volvió a comprobar la pantalla de su teléfono, que claramente yacía vacía de notificaciónes-. No es justo...

-Deberías olvidarlo, hyung...

-¿Olvidarlo? -repitió, pensándoselo. Jungkook bebió con fuerza de su batido, haciendo mucho ruido con éste, y asintió con la cabeza-. ¿¡Olvidarlo!? ¡Jeon Jungkook! ¿¡Cómo olvidas al amor de tu vida!?

El azabache estuvo a punto de responder que era un exagerado, que apenas le conocía; pero pensándolo mejor él también apenas conocía a Taehyung y sin embargo... jamás podría olvidarlo. Era simplemente tan lindo...

-Pues sólo espera, haz otras cosas y no pienses en ello -la verdad era que, como amigo, se veía obligado a aconsejarle... aunque en realidad, Jungkook no creía que ese tal Hoseok volviera a hablarle y, para él, mejor.

-Pero... ah... ¡Au! -Taehyung soltó su propio batido y se agarró la cabeza con ambas manos-. ¡Auuu! ¡Se me congeló... el... cerebro!

Jungkook rió ante la situación de su amigo.

-A ver, ven aquí -sin miramientos, metió su pulgar en la boca del mayor y lo pegó sobre su paladar.

Taehyung abrió mucho los ojos ante aquel acto inesperado, pero se tranquilizó más al sentir que su dolor se desvanecía lentamente. Por la parte del menor se lo... Bueno, se lo estaba pasando fenomenal. De tan sólo ver a su hyung, mejor amigo y chico de ensueño rodeando su pulgar con la lengua...

Cuando Jungkook comenzó a malpensar la situación, retiró bruscamente el pulgar de la boca cálida del otro y ni se molestó en limpiar la saliva. ¿Para qué? No le daba asco, todo lo contrario.

Hacía apenas unos meses se habían visto por primera vez en el Seven Eleven del barrio. Taehyung no tenía dinero para gomitas, y parecía que realmente necesitaba unas tres docenas de bolsitas para una pijama súperespecial, así que planeaba robárselas. El policía lo cachó metiéndose las bolsas en la campera, pero para su suerte Jungkook estaba ahí con suficiente dinero en el bolsillo para pagarlas con él. El pelimorado se había mostrado tan, tan encantado, que le había invitado a su súperespecial pijamada con su único amigo Park Jimin que... se enamoró de él perdidamente ni bien verlo. Aunque, para su suerte, unos cuatro meses de acoso y de ser rechazado fueron suficientes para que el pelirrojo lo olvidara. Aún así, Jungkook no se fiaba del mayor y éste parecía odiarlo mucho en su rencoroso silencio.

El celular de Taehyung vibró en la mesa y éste lo levantó desesperado, volteando el batido que por suerte estaba en envase cerrado. Mientras Jungkook lo levantaba pacíficamente, Taehyung rodaba los ojos al celular y tecleaba una respuesta rápida.

-Es mi mamá -murmuró.

-¿Seokjin?

-No, la otra.

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now