My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©

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-¡Claro que no! -se apresuró a exclamar Jungkook, mirando a Jimin con tanto odio que éste se encogió.

¿¡Cómo mierda había llegado a estar él en esa situación!? ¡No era un jodido violador! ¿¡Cómo mierda podía pensar eso su hyung!?

-¿No? -Yoongi se rió bajito, con esa risa fría y seca que realmente daba miedo-. ¿Entonces por qué está llorando Jimin? ¿Y por qué le estabas manoseando, eh?

-No puedo creer que me estés preguntando eso -Jungkook rodó los ojos y, al ver por el rabillo del ojo como Yoongi daba un paso hacia él, retrocedió.

-Y yo no puedo creer que te esté dando la oportunidad de explicarte; pero parece que eso es exactamente lo que hago. ¿Quieres explicarme qué sucedía, Jungkook?

-Él lo quería también -el menor miró con asco a Jimin, que se había subido los pantalones y no los miraba, encogido como un jerbo indefenso-. ¡Tan sólo míralo! ¡Está actuando! ¡Me estaba prácticamente rogando que lo follara! ¡Ha sido así desde siempre!

Vió como el rostro de Yoongi se descomponía y, antes de comprender que aquel borrón que se acercaba a su mandíbula era el puño de su hyung, ya se había caído de culo al suelo tomándose la barbilla con las manos.

Soltó un grito desgarrador, por si aquel crujido que llenó el silencio de la habitación no había sido suficientemente representativo, y sintió náuseas al sentir la boca llena de sangre. La escupió sobre la alfombra y, justo cuando iba a pararse, sintió el cuerpo del peliverde saltar sobre su estómago. Se hundió del dolor, sin poder hacer demasiado, y pronto su mirada se vió bloqueada, llena de pequeñas lucecitas que le habían advertido de que había vuelto a ser golpeado, con fuerza, en un ojo.

-Para... -suplicó, con la boca nuevamente llena de sangre- No... n-no...

Yoongi no lo escuchaba. Le seguía dando puñetazos en el rostro, con tanta fuerza, con tanta violencia, que luego de sentir un sentimiento horrible de humillación y dolor al saber que era su hyung quien lo estaba golpeando... Perdió la consciencia.

-¡Para, Yoongi! -gritaba Jimin, tratando de detener sus brazos que iban y venían sobre el rostro sangrante y amorotanado de Jungkook-. ¡PARA, YOONGI!

No podía. No podía parar hasta que la sangre de Jungkook manchara totalmente sus manos, hasta que viera su rostro tan desfigurado que no lo conociera. El odio crecía en él a subidones, recordando una y otra vez una sola imagen: Jimin llorando, inclinado hacia Jungkook, quien le manoseaba descaradamente y sonreía. Aquella escena, tan familiar, tan asquerosa. Se sentía peor que Kan, de alguna forma. Se sentía humillado, dolido, porque habían tocado a una de las personas que inexplicablemente habían pasado a importarle muchísimo en su vida. ¡Y era aún peor que eso! Porque Jimin era suyo, porque él lo quería, porque él lo había tomado, ¡¡¡y ahora un adolescente imbécil pretendía follárselo contra su voluntad!!! ¡A Jimin! ¡Al ser más inocente y generoso de éste mundo! ¡A Jimin, que no era más que un niño demasiado lleno de amor y de sonrisas! ¡A Jimin, quien no se merecía más que pura felicidad en su vida! ¡Había estado a punto de violarlo justo frente a sus ojos!

-¡YOONGI LO VAS A MATAR!

Despertó repentinamente ante el grito de Jimin en su oído y soltó a Jungkook, asustándose ante el charco de sangre que cubría su rostro. Respiró, agitado, y la imagen de su cabeza se borró momentáneamente para dejarle ver como había dejado inconsciente a su propio dongsaeng.

Se apartó, comprendiendo que había estado totalmente cegado a sus acciónes, y observó con ojos como platos como el charco de sangre seguía creciendo.