19

4.5K 633 227
                                    

Jimin entró al hospital con un ramo de flores en una mano y una caja de cupcakes en la otra. Se acercó rápidamente a la secretaria detrás del mostrador y le enseñó una de sus más encantadoras sonrisas.

-Hola, señorita. Lo siento... ¿Podría hacer una visita a Yoongi?

-¿Yoongi?

-Verá, es que... Es amigo de un amigo, así que no recuerdo el apellido -mintió Jimin, algo cohibido.

-No se preocupe -la mujer se acercó a la pantalla y clickeó un par de veces-. ¿Será Min Yoongi?

-Debe ser -el pelirrojo se encogió de hombros inocentemente-. Está herido del oído.

-Siga por éste pasillo, habitación número diecinueve.

-¡Gracias! 

El pelirrojo se giró y comenzó a caminar por el pasillo, sintiéndose como si estuviera dentro de una película romántica. Ahora encontraría a su amor tendido en una cama, posiblemente durmiendo o dolorido, y él se sentaría a su lado y tomaría su mano. O tal vez él estuviese despierto, y exclamara su nombre con una sonrisa ni bien verlo. O quizá...

Jimin entreabrió la puerta diecinueve y vislumbró al muchacho recostado sobre su cama, mirando hacia arriba. La luz de la tarde entraba a raudales por la ventana, y caían directamente sobre el rostro pálido y el cabello verde del muchacho. 

Cerró la puerta tras de sí y caminó dentro de la habitación, algo nervioso.

-Esto... Hola -saludó alegremente, sonriéndole con ganas.

Yoongi, con los ojos fijos en el televisor, ni siquiera respondió. 

El pelirrojo frunció el ceño, extrañado. ¿Es que no lo había oído? Sin embargo, se limitó a caminar hasta el florero vacío del escritorio y metió sus flores dentro.

-Que aún no me he muerto, niño -dijo con voz burlona el peliverde-. ¡En serio, que la televisión es basura ahora!

Jimin levantó la vista para ver qué miraba Yoongi, y se sorprendió de ver el dorama que él y su hyung Seokjin solían ver por las tardes.

-Es un buen drama -se encogió de hombros-. Supongo que me he perdido el capítulo el día de hoy.

-No te has perdido nada: la chica se la pasó llorando todo el día y el chico no tiene huevos para decirle que le gusta.

-Es que él está enamorado de ella y... -agachó la mirada y le observó con detenimiento-... no sabe como decírselo.

-No tiene huevos -sentenció Yoongi, tanteando a su lado para tomar el control remoto y apagar el aparato.

Se sentó en la cama, revelando su camisola de hospital, y entrecerró los ojos debido al sol para mirarlo a los ojos. Jimin no entendía como una persona de apariencia tan delicada y angelical pudiera ser un demonio por dentro.

-Eh... yo... -el pelirrojo levantó rápidamente la caja que aún sostenía en sus manos-. He traído cupcakes.

-Pues me dieron un puddin asqueroso por la tarde; ojalá hubieras llegado antes.

Jimin le sonrió y, al ver que Yoongi no hacía amago de aceptar su regalo, se limitó a dejarlo en el escritorio también. Si luego le daba hambre, podría comérselos tranquilamente, ¿no?

-Entonces... -murmuró, algo cohibido. Junto sus manos delante de su vientre y comenzó a retorcerlas, nervioso-. ¿Cuándo te van a dejar salir de aquí?

-Creo que hoy mismo, tal vez mañana -se encogió de hombros-. La verdad es que tengo cosas que hacer, así que tendrán que darme el alta pronto.

El pelirrojo tragó saliva, preguntándose internamente qué cosas tendría que hacer su príncipe oscuro. Sin embargo, no se atrevió a preguntar, pues si algo había aprendido de Yoongi es que era un chico bastante cerrado y frío. Tal vez un poco tímido, ¿no? Y es que no se conocían de nada; no es que esperara menos.

My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©Where stories live. Discover now