-CAPITULO FINAL-
Jimin echó la cabeza de su novio sobre su hombro, abrió su boca con una mano y con la otra introdujo dos dedos. Cuando llegó a tocar la úvula, Yoongi se retorció, abrió los ojos como platos, se echó hacia adelante y vomitó lo que, Jimin supuso, sería el almuerzo y un par de pastillas que aún no se habían terminado de deshacer en su sistema.
No era demasiado tarde.
-Jimin -soltó el peliverde, con voz ronca y rota.
-Gracias al cielo -Jimin estrechó a Yoongi entre sus brazos, preocupándose poco por el vómito o el agua que aún caía de la regadera. Lo estrechó con fuerza, pero con cuidado, dejando que su novio hundiera su rostro en su cuello-. Estás bien, ya estás bien.
-Jimin... lo siento -murmuró caídamente el otro.
-No lo sientas, estás bien -el menor comenzó a llorar, no supo si de felicidad o de histeria-. Ya estás bien, mi amor. Te pondrás bien...
Hoseok abrió la puerta de su casa y se metió, deteniendola con el pie para meter la bolsa con el café negro y los cupcakes de chocolate que traía.
Qué tonto era, pensó, ¿ir así nada más a casa de Taehyung? Primero debía dejarle un mensaje o algo. Aishhh... pabo.
Quitó su café de la bolsa mientras cerraba la puerta y le dió un trago. Se quitó el abrigo maniobrando, dejó la bolsa en el sofá y miró al rededor, en busca de su teléfono. ¿Lo habría dejado en su habitación? Si, seguramente.
Dió un último trago al café antes de dejarlo sobre la mesita ratona y subir trotando por las escaleras que chirriaban de una manera extraña. ¿Debería comprar otras? Porque dudaba que fuera algo que pudiese arreglar; aunque a lo mejor con algo de aceite...
Cuando se metió en la habitación, lo primero que hizo fue estirar la mano hacia el mueble donde generalmente dejaba su teléfono; hasta que comprendió, sorprendido, que sus dedos tocaron la mesa vacía. Se rascó la nuca, ¿dónde lo había puesto? ¿¡Y si se lo habrían robado del bolsillo sin que se diera cuenta!? Pero eso no podía ser, si esa noche lo había usado, y luego...
Miró hacia el escritorio. ¡Bingo!
Sonrió y tomó tranquilamente su teléfono.
Dejó de sonreír.
Frunció el entrecejo.
Levantó un papel que no había dejado sobre su escritorio, al menos no escrito, y lo primero que captaron sus ojos fueron la firma al pie de la hoja.
-Taehyung -murmuró, abriendo mucho los ojos y la boca.
¿¡Taehyung le había escrito una carta!? Pero... ¿¡cómo!? ¿¡Cuándo!? Realmente no veía a Yoongi o a Namjoon trayéndole una carta de Taehyung a esa hora de la mañana; y además estaba la prueba de que ese papel tenía escrito del otro lado la lista de compras de Hoseok y al lado aún estaba el lápiz que el pelimorado probablemente había usado para escribir la carta.
Entonces Taehyung había estado en su casa.
Ni siquiera se detuvo a pensar en cómo había entrado, o en lo raro que era que se metiera así. Tomó la carta y comenzó leerla. Y lo cierto es que la leyó y releyó varias veces, y aunque el hecho de que Taehyung le dijera que estaba tan enamorado de él le inflaba el corazón... sus ojos no podían despegarse de una línea en particular:
"(...) No te sientas mal, yo te cuidaré. Siempre voy a cuidarte. Y que, cuando quieras, podemos nadar juntos, ¿si entiendes? Puedes venir y nadar conmigo y yo estaré muy feliz por eso, porque siempre quise nadar contigo (...)"
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My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©
أدب الهواةGANADORA DE WATTYS 2016 EN SUBCATEGORÍA COMO NOVELA FANFICTION ACLAMADA POR EL PUBLICO Jin no pensaba llevar a los niños a esa fiesta; y lo supo cuando un chico demasiado alto y rubio vino a hablarle descaradamente Jimin no sabía con qué se podí...