My Sweet Prince [Namjin// Yoonmin// Vhope]©

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Éste fanfiction va a tener unos... ¿cincuenta capítulos? Por eso es que es tan pausado, pretendo hacerlo durar porque tengo muchas ganas de rebuscar las cosas con éstos chicos; tanto como smut, drogas, fluff y algún que otro... accidente (No, Jin no se va a quedar embarazada. No ese tipo de accidentes), (Y no; probablemente estén pensando en un accidente automovilístico, pero tampoco de ese tipo). Es que es algo así como mi fanfiction coronita <3

Además estoy escribiendo cuatro fanfictions al mismo tiempo, no pregunten por qué :')

Gracias por leerla igualmente <3

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-Oh, nena -gimió Namjoon, echando la cabeza hacia atrás a medida que el orgasmo le recorría desde el miembro hasta todas las terminaciónes nerviosas del cuerpo. Sintió su líquido salir y se mordió el labio con fuerza, agachando la cabeza para ver como éste manchaba la boca y barbilla de la muchacha; quien se apresuró a lamer rápidamente todo sin ninguna objeción-. Ha sido jodidamente increíble.

-¿Te gustó, oppa? -la muchacha se acomodó el pelo tras las orejas inocentemente.

-Has estado genial -Namjoon sonrió. Levantó su celular y echó un vistazo a la hora-. Vaya, ya debo irme.

-¿Irte? ¿¡Por qué, oppa!?

¡En serio! ¡Aquella chica tendría al menos cinco años más que Namjoon e insistía en llamarle oppa!

Buscó con la mirada sus boxers grises y se los puso rápidamente.

-Tengo asuntos que atender -el pelirosa sonrió, buscando ahora sus jeans por el suelo-. Asuntos de la realeza.

-¿De la realeza?

-Debo atender a una princesa.

-¿¡Tienes otra chica!? -hizo un puchero-. Quédate conmigo, Namjonnie...

¿Por qué hacía mohínes con la edad que tenía? Namjoon realmente no entendía por qué las chicas creían que se veían bien haciendo aegyo. Es decir, se veía bastante patético si trataban de mostrarse como niñas justo después de tragar su semen.

-No es una chica, es un chico -Namjoon tomó su celular y le dió un beso en la frente a su noona-. Y es, también, una princesa.

Vió como su acompañante lo miraba sin comprender, pero se limitó a encogerse de hombros y marcharse de allí. Es decir, no es como si esa chica fuese a entender algo de lo que Namjoon decía. ¿Para qué molestarse en explicar entonces?

Sacó las llaves de su auto del bolsillo y quitó el seguro, para después meterse tras el volante una vez más y comprobar la hora: tres menos cuarto. Y no estaba muy lejos de la casa de Jin. 

Increíblemente, y pese a que aquella mañana la princesa lo había citado a ese horario, Namjoon se quedó esperando tras la puerta durante más tiempo del predeterminado. Dejó un par de mensajes en la casilla del chico, y luego probó llamándolo; pero nadie contestó. 

-¿Qué diablos...? -se rascó la barbilla y comenzó a girar por la cara, rogando internamente que nadie en el vecindario llamara a la policía por intento de allanamiento. 

Cuando dió con la pequeña ventana abierta del baño, y no sólo oyó el agua correr sino también vió el halo de humo salir, sonrió. Abrió la boca para llamarlo, pero inmediatamente la cerró pues se le había ocurrido una mejor idea. Rodeó nuevamente la casa blanca hasta dar con el ventanal de la habitación de Jin que, para su felicidad, yacía entreabierta. Pasó un pie dentro y lo posó sobre el escritorio, para luego pasar con sumo cuidado el otro y... terminar cayendo del escritorio y rodando hasta el suelo. Un par de libros, lápices e incluso la lámpara cayeron con él.