Me vestí piola, unos jeans pitillos negros, una crop top de color blanco, casaca de cuero y mis infaltables converses, no podía vivir sin mis converses, eran mis mejores amigas. Me puse frente al espejo y me veía bien, con eso bastaba, con verme bien y con sentirme cómoda, yo no soy de esas tipas que salen a carretear por ahí con vestidos y tacones, apenas sé caminar con tacones porque soy muy torpe siempre se me doblan los tobillos por lo que me andaría cayendo siempre y además los vestidos son muy incómodos, hay que andar todo el rato preocupada de que no se te suba, por eso prefiero la comodidad de los jeans y de las converses, no hay nada como eso.
Salí de "mi pieza", bajé las escaleras y me encontré con Edson y Raúl que ya estaban listos, los dos estaban vestidos casi igual ¿Qué tienen los hombres con vestirse todos de la misma manera? Aunque se veían bien. Raúl me sonrió. En cambio Edson solo me miró serio, ese hueón me generaba anticuerpos era como tan pesado, siempre mirándote tan serio y de esa manera tan fija, me perturbaba que me mirara de esa manera era como si estuviera intentando ver dentro de mí, como si intentara ver mi alma.
—Sobrina, pero que fome, no estás mostrando nada de piel, ni siquiera un poquito de pierna— dijo "mi tío" el cual conocía hace seis horas, pero me hablaba como si me conociera de toda la vida.
—¡Oye sí estoy mostrando piel! —él dirigió su mirada hacia mi torso, en el cual el crop top dejaba descubierto un poco de abdomen y que además me apretaba las bubis, haciendo que me viera no tan plana— Y no me gusta mostrar las piernas, no uso vestidos... Y ¿tú por qué no estay mostrando las calugas? — él volvió su vista a mi cara.
—Punto número uno porque no tengo calugas y punto número dos ¿cómo chucha voy a andar sin polera en la calle? La gente me miraría raro, pensarían que estoy loco de remate.
—Lo estás, querido tío y eso que te conozco hace como seis horas— su mirada que estaba fija en mi rostro, se dirigió más allá, hacia las escaleras. Me di media vuelta a ver a la única persona que podría venir bajando, o sea mi madre.
—Podrías vestirte más como ella querida sobrina, dejarías locos a todos los hueones— dijo Raúl susurrándome al oído.
Aunque me vistiera así como ella, nunca me vería tan bien como lo hacía mi madre. Mi autoestima se fue a los suelos al verla, tenía los labios pintados de rojo, estaba usando un vestido negro que se le ajustaba al cuerpo marcando más sus curvas y estaba usando unos tacones rojos del infierno, no sé cómo caminaba con esas cosas, pero la hacían verse más estilizada, con las piernas más largas, además dominaba con maestría el caminar con esas cosas, lo hacía muy segura, yo si estuviera un segundo encima de unos tacos como esos me sacaría la chucha al tiro. Se acercó a nosotros.
—Mi reina— dijo Edson. Arrugué la nariz ante el apodo, no lograba gustarme, era tan... flaite— te ves hermosa— ella sonrió de manera sensual. Tenía malditos treinta y nueve años y era una bomba sexual, ¿Qué hice para merecer una madre así? ¿Acaso no podía tener una madre normal? ¿Alguien más como Erika?
—Gracias mi rey, tú también te ves guapo, guapo— dijo ella con una risita, luego pasó sus brazos por alrededor de su cuello y lo besó. Diug, no pretendía ver eso así que solo desvié mi mirada hacia el suelo— ¡Bebé! — exclamó luego. Levanté mi mirada. Ella tenía el ceño fruncido.
—¿Qué pasa mamá? — pregunté.
—Pero bebé ¿por qué estás vestida así? — dijo con disgusto— ¡Podrías haberme pedido un vestido! — claaaro, y si se lo pedía me iba a quedar suelto en las partes que ella tenía y yo no, ¿Acaso no se daba cuenta de las diferencias de contextura?

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Thinking of you || Edson Puch
FanfictionNunca pensé que esto me pasaría a mí Edson Puch, pensé que había encontrado a la mujer de mi vida, era rica, divertida y me apañaba en todo, pero resultó que estaba muy equivocado. Ella no era la mujer de mi vida, sin embargo gracias a ella llegué a...