Thinking of you || Edson Puch

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Hace dos días pasó el rechazo de Edson y estaba en la depre, sabía que él no me quería que solo le atraía físicamente y no me importaba, lo que no entendía es por qué no quería tirar conmigo ¡Maldita sea! No me importaba que solo me utilizara para tirar, ya no, solo quería un pedacito de él, prefería eso a que su indiferencia, ahora ni siquiera me hablaba, no me dirigía la mirada y lo peor de todo es que cada vez que lo veía se estaba besando con mi mamá, no sé si lo hacía a propósito o qué.

                Raúl me tuvo que llevar obligada de compras por Nueva York, les juro que no tenía ánimo de nada, me hizo andar de tienda en tienda e intentaba que yo comprara cosas, pero yo no tenía ganas de comprar nada, aunque decían que las minas cuando estaban tristes lo único que hacían era comprar para ponerse mejor, pero a mí no me hacía sentir mejor. Tuve que comprar una polera horrible para poner a Raúl contento. Lo único bacán de la salida es que el Raúl me regaló una manzana confitada para endulzar la vida, amaba las manzanas confitadas, eran lo más.

                Cuando llegamos al hotel en Nueva Jersey estaba muerta, me dolían las piernas de tanto caminar, es que la jodió el Raúl era un comprador compulsivo en especial de gorros flaites compró como mil gorros, lo que más me daba risa es que eran horribles los gorros que compró, o sea según yo.

                Como estaba en la depre no quería comer, pero el Raúl insistió en que bajara a comer con él, pero yo no quería, no tenía ganas de encontrarme con el Edson y menos con mi mamá y lo más probable es que ellos estuvieran ahí, porque el Enzo me había dicho que ahora comerían todos. Me resistí a ir, pero el Raúl me obligó y por obligó me refiero a que me tomó entre sus brazos y me llevó hacia abajo.

                Estaba comiendo una hamburguesa enorme con queso que me compró el Raúl, ahí fue cuando vi al Edson pararse de su mesa y llamar la atención de todos, ¿Qué onda este hombre? Se paró en frente de mi mamá. Luego puso una rodilla en el suelo. No, hueón no, este tipo no podía ser tan hueón de hacer lo que creo que va a hacer... Sacó una caja de terciopelo roja, la abrió y ahí había un anillo que brillaba con la luz. Dios, este hombre es tan ahueonao. ¿Por qué mierda le va a pedir matrimonio a mi mamá? No, por favor, no, no quiero ver esto, quería moverme, pero parece que era masoquista porque no podía...

—Macarena Carmona, eres la mujer más especial que he conocido en la vida, nunca pensé que me harías sentir así, tan feliz... Me gustaría que lo siguieras haciendo por el resto de nuestras vidas... ¿Te casarías conmigo? — ¿Por qué mierda a ella todo le sale bien? ¿Por qué mierda enamora a todos? Siempre he intentado ser lo más distinto posible a mi mamá, pero en este momento lo único que quiero es ser como ella, quiero estar en su lugar, maldita sea, solo quiero sentir que alguien me quiere y como que con Edson lo sentía, pero solo fue producto de mi imaginación, o si no él no le estaría pidiendo matrimonio a mi mamá ahora mismo. Una puta lágrima se deslizó por mi mejilla, la limpié violentamente con el dorso de mi mano para que nadie la viera.

—Mi rey, pero obvio que quiero— gritó mi mamá con su voz chillona de mierda, la odiaba tanto, nunca había odiado tanto a alguien en mi vida... Edson tomó el anillo y se lo puso en su dedo, ella pegó un grito y luego se paró de un salto de su asiento y se abalanzó encima de Edson. Tomó su cabeza entre sus manos y lo besó apasionadamente. ¡Qué asco! En ese momento todos los weones de la selección y la otra gente que había ahí aplaudieron. Yo solo concentré mi vista en mi hamburguesa. No podía seguir viendo

—Isa, nena ¿Estás bien? — me preguntó Raúl. Asentí con la cabeza. Aunque sabía que era mentira, y sé que él también lo sabía. Pero no dijo nada, solo puso su mano sobre la mía en gesto de apoyo. Le di una sonrisa falsa—Yo... supongo que tengo que ir a felicitar a mi hermano...— dijo el Raúl. Asentí con la cabeza. Las palabras no me salían. Escuché a lo lejos como el Raúl abrazaba al Edson y a la Maca, luego se le sumaron más personas que les daban sus mejores deseos. Levanté mi vista de mi hamburguesa y miré hacia al frente ahí me encontré con la mirada del Johnny, el que estaba sentado junto a su esposa y su pequeña hija... Ahí fue cuando mis neuronas hicieron sinapsis, yo podía hacer que no se casaran, pero le prometí al Johnny que no le diría a nadie. Él me miró suplicante, creo que podía imaginarse lo que yo estaba pensando. Dios ¿qué hago? No, creo que es mejor mantener silencio voy a parecer una mina loca desesperada ante los ojos del Edson, no me va a creer ninguna palabra... Sí es lo mejor quedarse callada.