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Abrí mis ojos por la luz, ya había aclarado. Lo primero que hice fue mirar hacia mi lado para ver a Edson, pero él no estaba, no había rastro de él, la cama estaba fría por lo que debió haberse ido hace mucho... Miré el reloj e igual era tarde y... ¡Maldición! Hoy nos íbamos a Chicago, en dos horas más, por suerte desperté a tiempo. Me levanté a regañadientes, estaba adolorida, me sentía como si hubiese corrido un Ironman, no es que alguna vez lo haya hecho, pero me sentía muy molida.

                Me bañé y me arreglé para ir a tomar desayuno, ahora me vestí decente, o sea me vestí como me vestía siempre no con esa ropa de zorra que me había regalado la vieja. Bajé al comedor del hotel y la primera escena que me encontré fue con mi mamá literalmente comiéndose la boca de Edson, no sé qué onda, pero una punzada de celos apareció en mi estómago. Algo que no debería haber pasado es que o sea yo siempre he sabido que él es su pololo y lo que pasó anoche no lo va a cambiar... Solo fue sexo, aunque no sé igual se sintió como distinto. ¡Ay por la chucha basta! No me puede gustar de verdad este tipo. Seguí mi camino para ir a comer, los ignoré deliberadamente, pero parece que no era mi día de suerte.

—¡Bebé! —la voz chillona de mi madre me detuvo. Tuve que devolverme, me paré en frente de ellos y puse una sonrisa cínica. Mi madre tenía todo el lápiz labial rojo maraco intenso corrido y Edson lo tenía sobre su cara, ¡Qué asco! Y pensar que su boca estuvo sobre todo mi cuerpo anoche, mi estómago se revolvió ante ese pensamiento, las náuseas me invadieron— Edson me dijo que ayer estaba enferma y por eso no fuiste a la fiesta— enarqué una ceja y miré a Edson. Él se encogió de hombros— ¿Cómo estás bebé? ¿Ya te sientes mejor? — preguntó. ¿Desde cuándo tanta "preocupación" por mí?

—No, de hecho tengo unas ganas de vomitar terribles—y era verdad, tan solo pensar en Edson con mi mamá me daba demasiado asco ahora, sentía la bilis subir por mi garganta. Dios. No quería ni mirarlo, porque estaba lleno del labial de mi mamá y eso me daba mucho asco. 

—¿Qué? ¿En serio? — preguntó Edson sorprendido— Si quieres te podemos llevar a la clínica.

—Estaré bien no te preocupes, ya se me va a pasar...

—Oow, pobrecita mi bebé— dijo mi mamá abrazándome y apretándome. Rodé los ojos. Solo cuando estábamos rodeados de gente ella se comportaba toda cariñosa.

—Ya basta mamá, tengo que comer algo, así que por favor suéltame— me solté de su agarre.

—Pero ¿cómo vas a comer si estás enferma de la guata? —preguntó Edson.

—Te aseguro que la comida no es lo que me enfermó— divisé a Raúl entrando al comedor, mi momento de escapar— Mira ahí va el Raúl me iré con él. Adiós— dije mientras salía a la siga de mi "tío" — ¡Raúl! — exclamé. Él no me escuchó o más bien me ignoró, sabía que me estaba escuchando— ¡Raúl espérame! — él apuró el paso, pero no iba a llegar muy lejos, si íbamos con el mismo destino, la comida— Oye ¿por qué me estás ignorando? — pregunté cuando lo alcancé.

—No te estoy ignorando Isabel— rodé los ojos.

—Claro que sí, te venía persiguiendo y gritando desde allá afuera y tú te hacías como que no me escuchabas. ¿Qué onda? ¿Estás enojado conmigo? —pregunté. Él rodó los ojos mientras echaba comida en un plato.

—Es como obvio que lo estoy— dijo. Suspiré. No quería que él se enojara conmigo, había sido un amigo bacán todo este tiempo y como que desde el principio que nos llevábamos bacán.

—Yapo no te podís enojar conmigo por esa tontera po Raúl— él caminó hacia una mesa, lo seguí— Oye po, si es una estupidez no más.

—¿Una estupidez? — preguntó— ¡Isabel te estay metiendo con el Edson! — exclamó. Unos tipos en otra mesa nos miraron por el grito de Raúl.

Thinking of you || Edson PuchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora