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Corrí como si mi vida dependiera de ello, o bueno sí dependía de ello, esos dos flaites me iban a matar, tenía que encontrar mi celular y llamar a los carabineros, pero ¡Mierda! Mi celular estaba en el auto, ahora ¿Qué hacía? No tenía ningún maldito plan. Cuando estaba llegando al segundo piso el flaite que se me había acercado me alcanzó. Entré en pánico y cuando pisé el siguiente escalón me tropecé, lo que provocó que me desestabilizara y casi cayera escalera abajo, pero el flaite me agarró cuando pensé que iba a morir por "caída de escalera"

—Cuidado flaca— me dijo, su voz no era tan flaite como su aspecto. Mi rostro quedó a la altura del suyo, su cara se me hacía conocida, ¿dónde había visto a este tipo? Pero bueno eso no era lo importante, lo importante era que hacia intentando robar la casa.

—¡Quién eres? ¿y qué haces aquí? — exclamé. No sabía qué decirle, o sea ¿qué se le dice a un ladrón? Él frunció el ceño y me miró extrañado.

—Flaca eso lo debería preguntar yo, porque estás en mi casa— ¿QUÉ? ¿Ésta era su casa? ¿Qué mierda hacía mi mamá con este tipo con pinta de lanza?

—¿Qué? — pregunté confundida. Luego miré su mano que aún rodeaba mi cintura— ¡Suéltame! — él lo hizo— eso no es posible...

—Claro que lo es, esta es mi casa—afirmó, estaba totalmente confundida ¿Cómo que su casa? No entendía nada— te preguntaría quién eres, pero esa carita de ángel es casi idéntica a la de la Maca. ¿Tú debes ser Isabel? — asentí levemente con la cabeza.

—No entiendo nada. ¿Quién eres tú? — fruncí el ceño. Él abrió la boca para responder, pero sentí unos pasos en el pasillo. Mi mamá. Él subió los escalones que quedaban en un dos por tres y alcanzó a mi mamá, que venía como un zombie.

—Maca, reina ¿qué te pasó? — dijo mirándola con preocupación. ¿Reina? Hice todo lo posible por ocultar la risa ante el apodo...

—Choqué los cubos de basura— dijo mi madre tocándose la frente— veo que conociste a la Isa— él asintió.

—Sí, pero pensé que era una niña... no que era tan grande— dijo mirándome atentamente, no sé por qué su mirada me puso incómoda, me hizo removerme incómoda.

—Es que aún es mi bebé— dijo mi madre con voz aletargada— Isa bebé, este es Edson, mi pololo.

—¿QUÉ? — ¿mi mamá estaba pololeando con este tipo? Se veía que era mucho más joven que mi mamá, ¿Acaso ahora mi mamá prefería la pedofilia?—¿De dónde sacaste a este tipo mamá? —mi voz sonó despectiva, pero no era la intención.

—Hija, Edson y yo nos conocimos hace mucho tiempo en una fiesta de tu tío Carlos y bueno ahora mientras andaba de viaje por Sudamérica, nos volvimos a encontrar— le sonrió con cara de enamorada a Edson.

¡Pero qué mierda! ¿Mi mamá enamorada de este tipo? O sea no es que tenga nada contra el tipo, pero es que no es como el estilo de mi mamá, es chico, negro, con pinta de flaite, no es discriminación si en verdad me da lo mismo que sea flaite, pero mi mamá siempre me dijo que su hombre ideal, era alto y rubio, algo así como Brad Pitt y este hombre era nada que ver a Brad Pitt. Más encima se llamaba Edson ¿Qué tipo de nombre es ese?

—Ay Dios— dijo mi madre poniendo su mano en la frente— estoy mareada, no puedo ver más esta sangre...—y se desmayó dramáticamente en los brazos de Edson. Suspiré. Típico.

—Hay que curarle esta herida, ella no soporta la sangre— dijo Edson. Ya lo sabía, si es mi madre... Idiota.

—Eso es lo que pretendía hacer antes de que aparecieras... Iré a buscar el botiquín...—dije disponiéndome a bajar las escaleras para recoger el botiquín que se me había caído.

Thinking of you || Edson PuchDonde viven las historias. Descúbrelo ahora