Thinking of you || Edson Puch

19

           

No podía concentrarme en el segundo tiempo del partido de Chile, de hecho lo único que quería hacer era llorar, me sentía como la mierda, era una zorra cualquiera, quizás lo mejor era irme de Chile ahora mismo, tenía que irme, era la única maldita solución a mis problemas.

                Finalmente el partido terminó, terminó dos a cero, nada cambió en el segundo tiempo y si hubiese cambiado no me hubiese dado ni cuenta porque estaba en otra, ya estaba decidida me iba a ir lo más pronto posible de aquí.

—¡Vamos abajo a ver a Edson! — exclamó mi mamá y apresuró el paso con sus enormes tacones hacia el área de camarines. Yo en cambio no me moví de mi asiento.

—Isa vamos— dijo Raúl. Negué con la cabeza— ¿Qué pasa nena? — no dije nada solo exploté en llanto como una estúpida sentimental— Dime qué pasa, me estás asustando...— dijo estrechándome entre sus brazos.

—Es que la cagué Raúl, la cagué brigídamente— dije apretándome contra su pecho

—Isa yo te dije que no iba a salir nada bueno de meterte con mi hermano.

—No, no es eso— lloré aún más, al recordar la cara de Edson cuando se enteró de que yo me seguía metiendo con el Charles— es que yo le prometí al Edson que no me iba a tirar más al Charles y ahora nos encontró juntos y me odia— los sollozos me embargaron.

—Por Dios Isabel, ¿Estás loca no cierto? ¿Te fuiste a tirar al Charles en el entretiempo? —asentí— ¿Y el Edson los pilló tirando?

—No exactamente, fue la esposa del Charles quien nos encontró— él negó con la cabeza— la cosa es que la mina me empezó a pegar y ahí llegó el Edson a separarnos, y ella le contó lo que vio... y ahora el Charles y el Edson me odian, pero yo no quiero que me odien— enterré mi cara entre mis manos y sollocé.

—No llores nena, no me gusta verte llorar... Además no creo que te odien Isa, nadie podría odiarte con tu carita de ángel...— sé que intentaba subirme el ánimo, pero solo comencé a llorar más. Dios odiaba llorar como la mierda, malditas hormonas femeninas del llanto, muéranse. Sé que no existen las hormonas del llanto, pero igual...

—Eso es mentira, Raúl. Todos me odian, partiendo por mi mamá hasta el Edson y el Charles. Quizás sería mejor que me comiera un gusanito como la canción.

—No seas tonta Isa, tranquilízate mujer, todo estará bien, además conozco al Edson y el hueón no se enoja por mucho tiempo, se le pasa rápido el enojo...

—Eso espero...— y en verdad esperaba que fuera así, no quería que el Edson me odiara toda la vida...

—Ya cambia esa cara sobrina linda— me dijo haciéndome cosquillas en la guata, no pude evitar soltar una risita— así me gusta... ahora ¿vamos a buscar a la Maca para irnos? — preguntó. Asentí. Y lo acompañé hacia el sector de camarines. Lo primero que me encontré cuando llegamos fue una escena desagradable, mi mamá y Edson se estaban comiendo la boca. Dios ¡qué asco! Ayer su boca estaba en mis labios, y hoy estaba en la de mi mamá, Dios todos los bichos de mi mamá estaban en mi... quizás qué ETS tenía ahora... Ay no, creo que voy a vomitar... La bilis lentamente comenzó a subir por mi garganta, ¡Mierda! Corrí al baño, al mismo baño en que hace un rato estaba tirando con el Charles... Entré y vomité toda la mierda que comí en el día. DIUG.

—¿Isa estás bien? — preguntó el Raúl. No sé en qué momentos llegó a mi lado, pero ahí estaba.

—Sí estoy bien— dije con voz rasposa por haber vomitado. Diug el sabor asqueroso seguía en mi boca, y la imagen asquerosa seguía en mi mente— Solo me dio asco ver a mi mamá con el Edson, me puse a pensar hueás y diuggg.